¿A qué se refería Jesús cuando dijo "dichosos los que creen sin haber visto"?


Vamos a reflexionar juntos sobre esta maravillosa enseñanza de Jesús. Este pasaje se encuentra en el Evangelio de San Juan, capítulo 20, versículo 29, y dice: "Jesús le dijo: ¿Porque me has visto, has creído? Dichosos los que no han visto y han creído." Esta frase es parte de la historia de Tomás, uno de los apóstoles, que dudó de la resurrección de Jesús hasta que pudo ver y tocar sus heridas.

Para entender mejor esta frase, debemos contextualizarla un poco. Tomás, conocido a menudo como "Tomás el incrédulo", no estaba presente cuando Jesús se apareció a los demás discípulos después de su resurrección. Cuando ellos le contaron que habían visto al Señor, Tomás respondió que no creería a menos que viera y tocara las heridas de Jesús. Una semana después, Jesús se apareció de nuevo y le dijo a Tomás que tocara sus heridas y creyera. Fue en ese momento que Jesús pronunció esta bendición para aquellos que creen sin necesidad de ver con sus propios ojos.

Entonces, ¿qué significa esto para nosotros hoy en día?

Fe y Confianza en Dios

Primero, esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la fe. La fe, según la Carta a los Hebreos 11,1, es "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve". Jesús nos está llamando a confiar en Dios, incluso cuando no tenemos pruebas físicas tangibles delante de nosotros. Esto no significa tener una fe ciega o irracional, sino más bien una fe basada en el amor y la confianza en Dios, que es fiel y verdadero.

Una Relación Personal con Jesús

Además, creer sin ver nos desafía a tener una relación personal con Jesús. Los discípulos tuvieron la bendición de caminar físicamente con Jesús, escuchar sus enseñanzas y ver sus milagros. Nosotros, en cambio, estamos llamados a encontrarnos con Él de manera espiritual y personal. Esto puede suceder en la oración, en los sacramentos, en la lectura de la Biblia, y en las obras de caridad y amor que hacemos en su nombre.

Testimonio y Comunión de los Santos

También es importante recordar que nuestra fe no está aislada. Somos parte de una comunidad, la Iglesia, que ha transmitido el testimonio de Jesús a lo largo de los siglos. El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 857) nos enseña que la Iglesia es "apostólica" porque está fundada sobre los apóstoles, cuya fe y testimonio han llegado hasta nosotros. Creer sin ver es también confiar en este testimonio, en la Tradición de la Iglesia, y en la comunión de los santos.

El Ejemplo de María

Un ejemplo perfecto de esta fe es la Virgen María. Aunque ella tuvo sus propios encuentros tangibles con el ángel Gabriel y con Jesús, también vivió momentos de gran fe sin ver. Cuando aceptó ser la madre de Jesús, ella creyó en la promesa de Dios sin saber exactamente cómo se cumpliría todo. En las bodas de Caná (Juan 2:1-12), ella confió en Jesús para solucionar el problema del vino, sin saber cómo lo haría. Su vida es un modelo de fe y confianza para todos nosotros.

Aplicación Práctica en Nuestras Vidas

Entonces, ¿cómo podemos vivir esta enseñanza en nuestro día a día?

1. Oración Constante: La oración es nuestra comunicación con Dios. A través de ella, podemos abrir nuestros corazones y confiar en su plan, incluso cuando no entendemos todas las circunstancias que nos rodean. La oración del corazón, el rosario, la lectura orante de la Biblia (lectio divina) son formas de profundizar nuestra relación con Dios.

2. Sacramentos: Los sacramentos son encuentros visibles con la gracia invisible de Dios. La Eucaristía, en particular, es un recordatorio constante de la presencia de Jesús entre nosotros. Aunque no veamos físicamente su cuerpo y sangre, creemos en su presencia real.

3. Caridad y Amor al Prójimo: Jesús nos llama a amar a los demás como Él nos ha amado. Al hacer esto, estamos poniendo en práctica nuestra fe. Cada acto de amor y servicio es un testimonio de nuestra fe en acción. Como dice Santiago 2,17, "Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta."

4. Confianza en Tiempos Difíciles: La vida está llena de desafíos y momentos de incertidumbre. Es en estos momentos que nuestra fe es probada y fortalecida. Recordar que somos "dichosos" por creer sin ver nos da la fortaleza para seguir adelante con esperanza y confianza en Dios.

Conclusión

Jesús nos llama a una fe profunda y confiada, una fe que no depende de ver para creer, sino que está fundamentada en una relación amorosa y personal con Él. Nos invita a vivir una vida de oración, sacramentos, y amor al prójimo, siempre confiando en su fidelidad y en las promesas de Dios.

Recordemos siempre las palabras de Jesús: "Dichosos los que creen sin haber visto." Estas palabras son un llamado y una bendición para cada uno de nosotros, un recordatorio de que nuestra fe, aunque no siempre visible, es preciosa y poderosa a los ojos de Dios. Vivamos esta fe con alegría y confianza, sabiendo que estamos profundamente amados y guiados por nuestro Señor.

Espero que estas reflexiones te hayan ayudado a entender mejor esta enseñanza de Jesús y te hayan inspirado a vivir tu fe con mayor profundidad y alegría. Que Dios te bendiga siempre, amigo.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

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