¿Por qué el Matrimonio es un Sacramento? Explicado por un Sacerdote.


¿Por qué el Matrimonio es un Sacramento?

El Matrimonio es uno de los siete sacramentos instituidos por Cristo y reconocidos por la Iglesia Católica. Ahora bien, un sacramento es un signo visible de una gracia invisible instituida por Cristo para nuestra santificación. En el caso del Matrimonio, este signo visible es la unión entre un hombre y una mujer, que se comprometen a amarse y ser fieles el uno al otro por toda la vida. Pero vayamos por partes.

Origen y Fundamento Bíblico

Para entender por qué el Matrimonio es un sacramento, tenemos que volver a las Escrituras. Desde el principio de la Biblia, en el Génesis, vemos que Dios creó al hombre y a la mujer, y los unió en una comunión íntima y amorosa:

"Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2,24).

Este versículo nos da una pista muy importante: el Matrimonio es parte del plan original de Dios para la humanidad. No es una invención humana; es algo sagrado y diseñado por Dios mismo.

Jesús también confirmó y elevó esta unión natural a la dignidad de sacramento. En el Evangelio de San Mateo, Jesús dice:

"Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" (Mateo 19,6).

Aquí, Jesús nos muestra que el Matrimonio no es simplemente un contrato social, sino una unión sagrada que refleja el amor eterno y fiel de Dios por su pueblo.

El Matrimonio como Sacramento

Entonces, ¿qué hace que el Matrimonio sea un sacramento? En primer lugar, Jesús mismo lo instituyó y le dio una gracia particular. En el Matrimonio, la gracia sacramental fortalece a los esposos para vivir su unión en fidelidad, amor y apertura a la vida.

La Iglesia enseña que el sacramento del Matrimonio confiere una gracia especial para el cumplimiento de los deberes matrimoniales y para vivir las exigencias del estado matrimonial. El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice:

"Cristo es la fuente de esta gracia. 'Como el mismo Señor es el autor del matrimonio, Él también concede a los esposos la gracia de poder vivir su unión en la fuerza de su amor'" (CIC 1642).

La Gracia del Sacramento

Ahora, hablemos un poco más sobre esa gracia. La gracia sacramental es un don que fortalece el amor natural de los esposos, purificándolo y elevándolo. No es una gracia mágica que elimina todos los problemas y dificultades, sino una fuerza espiritual que ayuda a los esposos a superar los desafíos y crecer en santidad juntos.

La gracia del sacramento del Matrimonio ayuda a los esposos a amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia. San Pablo, en su carta a los Efesios, compara la relación entre esposos con la relación entre Cristo y la Iglesia:

"Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella" (Efesios 5,25).

Esta comparación no es casualidad. Cristo amó a su Iglesia de manera total, sacrificada y fiel. De la misma manera, la gracia del Matrimonio permite a los esposos amarse con ese amor total y fiel.

El Matrimonio y la Comunidad

El Matrimonio no solo afecta a los esposos, sino también a la comunidad y a la Iglesia. Los esposos, al vivir su vocación matrimonial, son un testimonio viviente del amor de Dios en el mundo. Su fidelidad, apertura a la vida y amor mutuo son un reflejo del amor de Dios y una inspiración para otros.

Además, los matrimonios cristianos tienen la misión de ser "iglesias domésticas", es decir, pequeños reflejos de la Iglesia en sus propios hogares. En el Catecismo leemos:

"El hogar es el lugar donde los hijos reciben el primer anuncio de la fe. Por eso, la casa familiar es llamada con razón 'iglesia doméstica', comunidad de gracia y de oración, escuela de virtudes humanas y de caridad cristiana" (CIC 1666).

Los Elementos del Sacramento

El sacramento del Matrimonio tiene algunos elementos esenciales que lo constituyen y que son importantes entender:

  1. El Consentimiento: Para que haya un verdadero matrimonio, los esposos deben dar su libre y pleno consentimiento. Este consentimiento es el acto de voluntad mediante el cual se entregan y aceptan mutuamente para formar una alianza matrimonial.

  2. La Forma Canónica: Normalmente, el matrimonio debe celebrarse en presencia de un sacerdote o diácono y de dos testigos, aunque hay algunas excepciones.

  3. La Intención de Permanencia, Fidelidad y Apertura a la Vida: Los esposos deben tener la intención de casarse para toda la vida, ser fieles el uno al otro y estar abiertos a la posibilidad de tener hijos.

Un Camino de Santificación

El Matrimonio es un camino de santificación. Es un llamado a amar de una manera particular, a crecer en virtudes y a ser un signo del amor de Dios en el mundo. No es siempre fácil, pero es una vocación hermosa y llena de bendiciones.

San Juan Pablo II, en sus enseñanzas sobre la Teología del Cuerpo, habló mucho sobre el significado profundo del amor conyugal. Él enseñó que el amor matrimonial es una participación en el amor creador de Dios. Es un amor que da vida, no solo en el sentido de procrear hijos, sino también en el sentido de construir una familia y una comunidad llenas de amor.

Desafíos y Bendiciones

No podemos ignorar que el Matrimonio también enfrenta muchos desafíos en el mundo actual. Las dificultades económicas, las diferencias personales y otros problemas pueden poner a prueba la relación. Pero aquí es donde la gracia del sacramento entra en juego de manera especial. La gracia del Matrimonio ayuda a los esposos a perdonarse, a ser pacientes, y a superar juntos las pruebas.

El matrimonio es una aventura compartida, una peregrinación hacia el cielo. Es un viaje donde ambos esposos se ayudan mutuamente a crecer en santidad y a vivir el amor de Dios en sus vidas diarias.

Conclusión

Entonces, el Matrimonio es un sacramento porque Cristo lo instituyó como un signo visible de su amor invisible y como un canal de gracia para los esposos. Es un medio poderoso para vivir el amor de Dios, crecer en santidad y ser testigos del amor de Cristo en el mundo.

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*El autor de este trabajo es el Padre Ignacio Andrade para Católico Defiende Tu Fe y no puede publicarse en otros medios sin su consentimiento.

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