¿Por qué me puedo casar solo una vez por la Iglesia?


Querido amigo,

Tu pregunta toca un tema muy profundo y delicado en la vida de la Iglesia Católica. Hablar sobre el matrimonio, especialmente después de haber pasado por la dolorosa experiencia de un matrimonio que no funcionó, requiere sensibilidad y comprensión. Vamos a explorar juntos por qué la Iglesia Católica sostiene que el matrimonio es una unión para toda la vida y qué significa esto para alguien en tu situación.

Primero, es importante entender la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio. Para los católicos, el matrimonio no es solo un contrato o una ceremonia social; es un sacramento. En el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), se describe el matrimonio como una alianza por la cual un hombre y una mujer establecen entre sí una comunidad de toda la vida, que por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges y a la procreación y educación de los hijos (CIC 1601). Este sacramento es un signo visible de la gracia de Dios y refleja la unión de Cristo con su Iglesia (Efesios 5,25-32).

La indisolubilidad del matrimonio, es decir, la idea de que el matrimonio es para toda la vida, se basa en las palabras de Jesús: "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" (Mateo 19, 6). La Iglesia toma muy en serio estas palabras porque cree que, en el momento del sacramento, Dios une a los esposos de una manera que no puede ser deshecha por el ser humano.

Ahora bien, esto no significa que la Iglesia no reconozca las dificultades reales y a veces insuperables que pueden surgir en un matrimonio. La Iglesia entiende que hay situaciones en las que la convivencia se vuelve imposible debido a diversas razones, como el abuso, la infidelidad, o la incompatibilidad extrema. En estos casos, la Iglesia permite la separación y reconoce que vivir separados puede ser necesario y legítimo (CIC 1649). Sin embargo, incluso en estas dolorosas circunstancias, el vínculo sacramental permanece, lo que significa que los divorciados no pueden volver a casarse por la Iglesia mientras su primer cónyuge esté vivo.

Dicho esto, hablemos de las opciones que tienes dentro del marco de la Iglesia. La Iglesia Católica ofrece el proceso de nulidad matrimonial, comúnmente conocido como "anulación" (aunque éste no es el término correcto). Este proceso no es un "divorcio católico"; en cambio, es una declaración de que, desde el principio, algo esencial estaba ausente en el matrimonio, por lo que el matrimonio no era válido ante los ojos de Dios y de la Iglesia. Algunas de las razones comunes por las que un matrimonio puede ser declarado nulo incluyen la falta de libertad de uno o ambos cónyuges al casarse, la falta de intención de uno o ambos de ser fieles o tener hijos, o problemas psicológicos graves que impedían la capacidad de cumplir con las obligaciones matrimoniales.

El proceso de nulidad puede ser largo y complicado, pero existe precisamente para ayudar a personas como tú a entender si su primer matrimonio fue verdaderamente válido. Si se encuentra que el matrimonio fue nulo, serás libre para casarte nuevamente por la Iglesia.

Entiendo que todo esto puede sonar bastante riguroso y a veces incluso desalentador. Sin embargo, hay una profunda razón detrás de estas enseñanzas. La Iglesia ve el matrimonio como una vocación y un llamado a amar de manera sacrificial y fiel, imitando el amor de Cristo por su Iglesia. Este amor es incondicional y perdurable. La indisolubilidad del matrimonio es una forma de reflejar esa misma fidelidad y amor inquebrantable.

En tus circunstancias, te animo a hablar con un sacerdote o con un tribunal eclesiástico sobre tu situación específica. Ellos pueden orientarte mejor sobre el proceso de nulidad y ayudarte a explorar tus opciones. También, no olvides que Dios es compasivo y misericordioso. Él conoce tu corazón y tu deseo de vivir una vida en conformidad con su voluntad.

En medio de todo esto, es crucial que no pierdas la esperanza ni la fe. La Iglesia está aquí para acompañarte en tu camino, no para juzgarte o excluirte. Recuerda las palabras de San Pablo: "Nada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor" (Romanos 8,38-39). La comunidad de fe es un lugar donde todos somos bienvenidos y donde todos luchamos juntos por vivir en la gracia de Dios.

Si te sientes desanimado, te invito a buscar fortaleza en la oración y en la comunidad cristiana. Participa en la Eucaristía, busca el sacramento de la Reconciliación, y encuentra apoyo en tu parroquia. Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, y aunque a veces no entendamos sus caminos, podemos confiar en su amor y su sabiduría.

Finalmente, quiero ofrecerte una bendición y mis oraciones. Que el Espíritu Santo te guíe y te dé paz en este tiempo de discernimiento y búsqueda. Que encuentres consuelo en el amor de Cristo y en la comunidad de la Iglesia.

Con todo mi afecto y oraciones,

Padre Ignacio Andrade.

2 comentarios:

  1. Es demasiado doloroso estar en pecado porque nuestro primer matrimonio no funcionó y quisimos intentarlo de nuevo con otra pareja, quisiera encontrar la paz para vivir y no sentirme angustiada e infeliz por vivir en pecado 😢.Dios en su infinita misericordia nos perdone🙏🏻

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  2. Jesús en ti confío!!!

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