¡Hola
amigo! Este tema que planteas sobre la Eucaristía y la acusación de canibalismo
es una de esas cuestiones que a menudo surgen, y aunque puede parecer
complicada, la respuesta en realidad es muy hermosa y profunda cuando la
entendemos en su totalidad. Así que, vamos a charlar sobre esto.
¿Canibalismo en la Eucaristía? No, para nada
Primero,
hay que entender qué es la Eucaristía. Jesús, en la Última Cena, tomó pan y
vino y dijo a sus discípulos: "Esto es mi cuerpo" y "Esto es mi
sangre" (Lucas 22,19-20). Aquí, Jesús estaba instituyendo la Eucaristía, y
aunque parece una afirmación sorprendente, no está hablando de un acto de
canibalismo.
El
canibalismo, en el sentido común, implica comer la carne y beber la sangre de
una persona de manera física y cruda, lo cual es repugnante y moralmente
inaceptable en cualquier sociedad. Pero eso no es lo que Jesús nos pide hacer
en la Eucaristía.
La Sustancia vs. la Apariencia
Aquí es
donde entra en juego un poco de filosofía. En la teología católica,
distinguimos entre la "sustancia" y los "accidentes" de
algo. Esto viene de la filosofía de Aristóteles, que Santo Tomás de Aquino
adoptó para explicar este misterio.
- Sustancia: Es la esencia o el ser más
íntimo de algo, lo que realmente es en su núcleo. La sustancia es lo que hace que algo sea algo. Pondré un ejemplo que quizá ayude a entender el punto: Si pudiéramos tomar la esencia de un gato y ponerla en un automóvil, seguiríamos viendo un automóvil exteriormente, aunque su esencia, su sustancia, sería la de un gato. Pero claro, nosotros no podemos cambiar la sustancia de las cosas, pero Dios sí, y el Espíritu Santo toma la Sustancia del Cuerpo y la Sangre de Cristo y la coloca en el pan y el vino en el momento de la consagración.
- Accidentes: Son las características
exteriores que percibimos con nuestros sentidos, como la apariencia, el
sabor, la textura, etc.
Cuando
Jesús dice: "Esto es mi cuerpo", creemos que, en la Eucaristía, la
sustancia (o esencia) del pan y el vino es cambiada por la sustancia del Cuerpo y la Sangre
de Cristo. Este proceso se llama transubstanciación (cambio de
sustancia, no de forma exterior). Aunque los accidentes (apariencia, sabor,
olor) del pan y del vino no cambian, la sustancia sí lo hace.
Comemos la Sustancia del Cuerpo Vivo de Cristo
Es
crucial entender que en la Eucaristía no estamos comiendo un cadáver. Cristo
está vivo, resucitado y glorificado. Lo que recibimos es su Cuerpo y Sangre
vivos, su Presencia real en medio de nosotros. San Pablo lo explica de manera
hermosa cuando dice: "El pan que partimos, ¿no es acaso comunión
con el cuerpo de Cristo?" (1 Corintios 10,16).
Jesús Nos Da Su Cuerpo en una Forma Aceptable
Jesús
mismo dijo: "El pan que yo les daré es mi carne para la vida del mundo" (Juan
6,51). Aquí, Jesús nos señala que su Cuerpo será dado a nosotros en la forma
del pan. Este es un detalle importante porque Jesús sabía muy bien que el
canibalismo era inaceptable. Por eso, nos da su Cuerpo bajo las apariencias de
pan y vino, que son alimentos aceptables y comunes para nosotros.
Jesús se
hace realmente presente en la Eucaristía de una manera que es espiritualmente
nutritiva y aceptable, no de una manera que sea moral o físicamente repulsiva.
La Eucaristía es un banquete espiritual, no un acto de canibalismo. San Agustín
lo expresó maravillosamente cuando dijo: "Crean
y coman: el mismo Cristo está presente allí."
La Belleza del Misterio
Para
nosotros, como católicos, la Eucaristía es un misterio de fe. No podemos
comprender completamente cómo sucede este cambio de la sustancia, pero creemos
en la palabra de Jesús y en la enseñanza de la Iglesia. La Eucaristía es un don
increíble, donde Cristo se hace presente para alimentarnos y estar con nosotros
de una manera íntima y personal.
Cada vez
que participamos en la Eucaristía, entramos en comunión con Jesús y con toda la
Iglesia. Es un momento de gracia y de unión profunda con nuestro Señor. Por
eso, la celebración de la Misa es tan central en nuestra fe y en nuestra vida
diaria.
Resumiendo
Entonces,
cuando alguien diga que la Eucaristía es canibalismo, podemos responder con
calma y claridad:
- La Eucaristía no es
canibalismo:
Estamos hablando de la sustancia del Cuerpo y la Sangre de Cristo, no de
carne y sangre física.
- Sustancia vs. Accidentes: La sustancia (la esencia)
del pan y del vino es la que cambia por la esencia del cuerpo y la sangre,
pero las características exteriores (forma, olor, sabor del pan y el vino)
permanecen.
- Cristo Vivo: Recibimos el Cuerpo y la
Sangre de Cristo resucitado, no de un cadáver.
- Forma Aceptable: Jesús nos da su Cuerpo en
la forma del pan y el vino, alimentos socialmente comunes y aceptables.
Este es
un misterio hermoso y profundo de nuestra fe, que nos invita a una relación
íntima con Cristo. La próxima vez que participes en la Eucaristía, recuerda
esta gran verdad y la maravilla de recibir a Jesús mismo, presente en su Cuerpo
y Sangre, bajo las especies del pan y del vino. ¡Es un gran regalo y una fuente
de vida y gracia para todos nosotros!
Autor:
Padre Ignacio Andrade.
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