Will Heller, un chico de solo 21 años y originario de Toledo, en el Estado de Ohio, ha dejado de lado las pesas para embarcarse en un camino espiritual: convertirse en sacerdote católico. Heller, quien es dos veces medallista nacional juvenil y poseedor del récord estatal en Ohio y Michigan, fue el campeón nacional universitario de 2023 en la categoría de 102 kilogramos. Sin embargo, este atleta, que ha representado a Estados Unidos en competencias internacionales como los Juegos FISU América y los Campeonatos Mundiales Sub-20, ha decidido enfocarse en una meta más elevada para el alma.
A los 17 años, Heller descubrió el levantamiento de pesas gracias a su entrenador de fuerza y acondicionamiento en la escuela secundaria. Pronto se destacó, alcanzando un arranque máximo de 324 libras y un envión de 388 libras. Pero, a pesar de su éxito en el deporte, Heller ha elegido seguir un llamado más profundo.
Recién graduado de la Northern Michigan University, Heller creció en una familia católica y asistió a escuelas católicas durante 13 años. Sin embargo, admite: "No puedo decir que alguna vez fui un católico practicante... me alejé de la fe cuando llegué a Northern". Fue en la universidad donde, gracias a la influencia de una misionera de FOCUS, comenzó a reconsiderar su camino espiritual. Asistió a eventos en el campus y, poco a poco, se involucró más en actividades religiosas.
El cambio más significativo en la vida de Heller ocurrió en diciembre de 2022, cuando un párroco sugirió que considerara el sacerdocio. "Simplemente me reí como, 'Ja, ja Padre, sí, eso es gracioso', y él dijo: 'No, lo digo en serio'", recordó Heller. Aunque inicialmente lo ignoró, la idea no lo abandonó.
Heller comenzó a discernir seriamente su vocación, consultando a sacerdotes y leyendo sobre el tema. Finalmente, decidió postularse al seminario en octubre de 2023 y fue aceptado en enero. Aunque planea seguir levantando pesas, ha dejado claro que su enfoque principal será su formación espiritual. Su obispo le apoyó, siempre y cuando su rendimiento académico y su vida espiritual no se vean afectados.
Heller ve paralelismos entre su fe y su pasión por el levantamiento de pesas: "El principio de la concupiscencia... lo comparo con una barra y la gravedad... A través de repetidos esfuerzos a lo largo del tiempo... consigo levantar la barra del suelo... Lo mismo ocurre con un hombre que intenta combatir el pecado".
Con clases que comenzarán el 3 de septiembre en el Seminario de San Pablo en Minnesota, Heller aún no sabe qué le deparará el futuro en el levantamiento de pesas, pero está dispuesto a confiar en los planes de Dios: "Si Dios quiere que suceda, sucederá".
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