En el marco del rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco hizo una profunda reflexión sobre el concepto de pureza, poniendo el foco en los peligros del rigorismo y el ritualismo que, según advirtió, pueden conducir a una vida marcada por la hipocresía.
Durante su mensaje, el pontífice se basó en el Evangelio del día, que narra el enfrentamiento de Cristo con los fariseos. A partir de este relato, el Papa señaló que “Jesús aprovecha esta ocasión para explicar que la pureza no está vinculada a actos externos, sino que está relacionada a actitudes interiores. No sirve lavarse mucho las manos, si en el corazón hay avaricia, envidia y soberbia, o malas intenciones como el engaño, el robo, la traición o la calumnia”.
El Obispo de Roma destacó que el rigorismo, lejos de promover la bondad, a menudo puede justificar actitudes contrarias a la caridad. En sus palabras: “El rigorismo no hace crecer en la bondad, al contrario, a veces este ritualismo puede llevar a justificar en sí mismo y en los demás, opciones contrarias a la caridad”. En este sentido, Francisco advirtió que este enfoque puede fomentar una "doble vida", donde las apariencias religiosas ocultan comportamientos reprobables. “No se puede salir de misa y detenerse en la puerta para habladurías malvadas sobre todos”, añadió, lamentando que “los chismes arruinan el corazón y el alma”.
Cuidado de los ancianos y condena al terrorismo
El Papa extendió su reflexión al ámbito familiar, subrayando la importancia de la coherencia en el trato a los demás, especialmente a los más vulnerables. “Se puede mostrar piadoso en la oración y luego en casa se trata mal a la familia, a los padres, a los ancianos…”, dijo, y criticó la hipocresía de quienes aparentan ser justos y filantrópicos mientras en su interior albergan odio, particularmente hacia los pobres.
Tras el ángelus, el pontífice pidió un aplauso para el eslovaco Ján Havlík, quien fue beatificado recientemente. Además, condenó el ataque terrorista en Burkina Faso y se refirió al conflicto en Gaza, pidiendo la liberación de los rehenes y rezando por el “atormentado pueblo de Ucrania”. El Papa enfatizó que “la voz del inocente siempre encuentra escucha ante Dios”.
En el contexto de la Jornada Mundial del Cuidado de la Creación, Francisco hizo un llamado urgente a la humanidad para que adopte un “compromiso concreto con la Casa Común”, señalando que “el grito de la tierra herida se está convirtiendo en algo alarmante que necesita una acción decisiva e improrrogable”.
Con estas palabras, el Papa Francisco reafirma su preocupación por los desafíos éticos y ambientales de nuestro tiempo, instando a los fieles a vivir una fe coherente y comprometida tanto en lo personal como en lo social.
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