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¿Por qué los católicos casi nunca nos decimos cristianos? ¿Por quë le hemos dejado esa identidad a los evangélicos?


¡Qué buena pregunta! Y te digo desde ya que este es un tema que vale la pena aclarar porque a veces hasta los mismos católicos nos confundimos un poquito. Vamos a tratarlo como si estuviéramos sentados en un café, charlando tranquilamente.

Primero, partamos de lo básico: todos los católicos somos cristianos. Decir “soy cristiano” y decir “soy católico” es prácticamente lo mismo, solo que "católico" es un poquito más específico. Cuando decimos que somos cristianos, estamos afirmando que creemos en Jesucristo, que lo seguimos y que lo reconocemos como nuestro Señor y Salvador. Esto está clarísimo en el Credo que recitamos en la Misa, donde decimos: "Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios...". Así que en lo fundamental, somos cristianos, porque el centro de nuestra fe es Cristo.

¿Por qué entonces no nos decimos tan a menudo "cristianos"?

Te confieso que hay un par de razones, y ninguna es que no queramos serlo. La primera tiene que ver con la historia y la evolución del lenguaje religioso. En los primeros siglos de la Iglesia, no había tanta división entre los que seguían a Cristo. Eran simplemente "los cristianos" (Hechos 11,26). Pero, con el tiempo, empezaron a surgir diferencias doctrinales y teológicas. Estas diferencias llevaron a la aparición de otras comunidades y denominaciones cristianas que se separaron de la Iglesia católica, como la Iglesia ortodoxa y, siglos después, las iglesias protestantes. Por eso, el término "católico" empezó a usarse para distinguirnos como la Iglesia universal que tiene continuidad directa desde los apóstoles. De hecho, "católico" significa "universal". Lo que buscamos es resaltar que nuestra Iglesia no es una más entre tantas, sino que es la misma fundada por Cristo y extendida por todo el mundo.

En la actualidad, muchas personas identifican a los "cristianos" con los evangélicos o protestantes, porque ellos hacen mucho énfasis en llamarse así. Y nosotros, los católicos, nos quedamos como más tranquilos en nuestro rincón, diciendo "católicos". Pero eso no significa que hayamos dejado de ser cristianos; es más una cuestión de costumbre que de realidad.

¿Nos hemos dejado robar la identidad de "cristianos"?

Sí y no. Te explico: no es que nos la hayan robado, pero sí es cierto que a veces nosotros mismos no la hemos defendido lo suficiente. ¿Cuántas veces, cuando alguien nos pregunta “¿Tú eres cristiano?”, respondemos “No, soy católico”? En ese momento, estamos perdiendo la oportunidad de decirles: “Sí, soy cristiano y, de hecho, pertenezco a la primera y más antigua Iglesia cristiana, que es la católica”. Ahí es donde tenemos que ser un poquito más valientes y recordar que la palabra "cristiano" nos pertenece también.

El Papa Francisco ha insistido en muchas ocasiones que debemos sentirnos orgullosos de ser cristianos y no dejar que esa identidad se quede como algo exclusivo de otras denominaciones. Así que cuando te pregunten la próxima vez, ¡no dudes en decirlo con toda seguridad! Somos cristianos católicos, es decir, seguidores de Cristo dentro de la tradición que Él mismo fundó a través de sus apóstoles.

¿Qué dice la Biblia sobre esto?

Si vamos a la Biblia, veremos que el término "cristiano" se usó por primera vez en Antioquía (Hechos 11,26). Ahí, los seguidores de Jesús empezaron a ser llamados “cristianos” porque proclamaban a Cristo como el centro de sus vidas. Luego, San Pablo en sus cartas a menudo se refería a los creyentes como “en Cristo” o “de Cristo” (por ejemplo, en 1 Corintios 3,23 y Gálatas 3,28), destacando que nuestra identidad está plenamente en Jesús.

El hecho de que nosotros los católicos no usemos tanto el término no quiere decir que no seamos verdaderos cristianos. Lo somos, y lo somos desde el principio. La Iglesia católica ha transmitido la fe en Cristo desde hace más de 2,000 años. Entonces, si alguien te dice que "solo los evangélicos son cristianos", puedes responderle con tranquilidad: “La Iglesia católica es la primera Iglesia cristiana, y yo soy un cristiano que vive su fe en la Iglesia fundada por Cristo mismo”.

El Catecismo también lo aclara

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) es muy claro en afirmar que somos cristianos. En el numeral 818, dice que "todos los que han sido justificados por la fe en el bautismo son incorporados a Cristo; por consiguiente, tienen derecho a llamarse con razón cristianos, y con razón son reconocidos como hermanos en el Señor por los hijos de la Iglesia católica." Ahí está: ¡somos cristianos y lo hemos sido desde siempre!

Además, en el numeral 1694, el Catecismo nos invita a vivir como cristianos, es decir, siguiendo el modelo de Cristo y viviendo conforme al Espíritu. En otras palabras, nos recuerda que nuestra identidad como seguidores de Cristo está en el centro de nuestra fe y práctica.

¿Cómo podemos recuperar esa identidad?

Ahora, ¿cómo podemos recuperar ese sentido de ser cristianos sin abandonar nuestra identidad católica? Bueno, una forma muy sencilla es empezar a usar la palabra "cristiano" con más frecuencia. Cuando hables con tus amigos, familiares o incluso desconocidos, no tengas miedo de decir: “Soy cristiano, y mi fe cristiana la vivo en la Iglesia católica”. Es una manera de recordarles (¡y recordarnos!) que seguimos a Cristo y que no hay nada más importante que eso.

Otra forma es estudiar y conocer más sobre nuestra fe. Cuanto más sepamos sobre la historia de la Iglesia y la riqueza de la doctrina católica, más entenderemos que somos parte de una comunidad cristiana que tiene sus raíces en los mismos apóstoles. Así, cuando alguien nos diga que los católicos no somos cristianos, podremos responder con amor y conocimiento, demostrando que somos tan seguidores de Cristo como cualquier otro.

En conclusión…

No hemos dejado de ser cristianos, ni nunca lo haremos. El problema es que a veces hemos permitido que la costumbre o la falta de conocimiento nos haga olvidar que ser católico es ser un cristiano pleno, en toda la riqueza de la palabra. Somos parte de la Iglesia que Cristo fundó, una Iglesia que ha mantenido su fe en Jesús durante más de dos mil años. Así que la próxima vez que te pregunten, di con alegría: "¡Soy un cristiano católico, un seguidor de Jesucristo en la Iglesia que Él mismo fundó!".

Y si quieres un último consejo, recuerda lo que nos dijo San Pedro en su primera carta: “Estén siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que les pida razón de la esperanza que tienen” (1 Pedro 3,15). Esa esperanza es Cristo, y como cristianos católicos, ¡tenemos mucho que compartir con el mundo!

Autor: Padre Ignacio Andrade

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