Sacerdote arriesga su vida, rescata el Santísimo de una iglesia en llamas en Saint-Omer


En la madrugada del lunes, un voraz incendio consumió la iglesia de la Inmaculada Concepción, situada en las afueras de Saint-Omer, Francia. En medio del caos, el sacerdote Sébastien Roussel protagonizó un acto de fe y valentía al salvar el Santísimo Sacramento del interior de la iglesia en llamas.

El incendio, que según las autoridades fue provocado, dejó a la comunidad profundamente consternada. Un hombre ha sido detenido en relación con los hechos. Mientras los bomberos trabajaban para controlar el fuego, Roussel recibió el permiso para ingresar al templo. “Los bomberos aceptaron que fuera a la iglesia y mirara a mi alrededor para ver qué podía llevarme rápidamente”, declaró Roussel en una entrevista con la emisora de radio RCF, tal como recoge Katholisch.

Conmovido por la devastación que estaba presenciando, Roussel decidió actuar rápidamente. “Pude tomar el Santísimo y llevarlo a la catedral”, relató el sacerdote, haciendo referencia al valioso acto de rescatar la Eucaristía de entre las ruinas. A pesar de que el edificio fue destruido hasta los cimientos, la sagrada reliquia fue salvada, un consuelo para la comunidad en medio de la tragedia.

El incendio causó un gran impacto entre los feligreses, ya que la iglesia, construida a mediados del siglo XIX, había sido objeto de una reciente restauración que culminó hace apenas unos años. Aún resonaban las palabras de la homilía del domingo, celebrada pocas horas antes de que el fuego arrasara el templo.

La experiencia vivida por Roussel durante aquella noche aún le deja reflexiones profundas. "Es bastante impresionante ir a tu iglesia y ver el cielo. Vas allí a rezar para que el cielo se abra, y entonces el cielo es visible", compartió, haciendo una alusión simbólica al impacto de ver el edificio destruido, pero manteniendo su fe intacta.

En medio de la desolación, el sacerdote ya piensa en la reconstrucción y el futuro de la comunidad. Con esperanza, Roussel anunció: “Celebraremos la próxima misa por la restauración”, expresando el deseo de que este trágico episodio sea el primer paso hacia la renovación del lugar sagrado.

El incendio en Saint-Omer ha dejado una marca profunda en la comunidad, pero el gesto de Roussel ha brindado consuelo y fortaleza a quienes ven en la fe la fuerza necesaria para superar esta tragedia.

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