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¿Pueden recibir el bautismo los hijos de divorciados vueltos a casar?


El bautismo es uno de los sacramentos más importantes en la Iglesia Católica. Es el primer paso en nuestra vida de fe y nos incorpora a la familia de Dios. Pero, sobre tu pregunta específica, déjame darte un poco de contexto primero.

En la Iglesia Católica, el sacramento del matrimonio es un compromiso sagrado entre un hombre y una mujer, que se unen en amor y fidelidad para toda la vida. Sin embargo, sabemos que en la vida real, las cosas no siempre salen como esperamos, y puede haber circunstancias difíciles, como el divorcio y el nuevo matrimonio.

Cuando se trata de bautizar a los hijos de padres divorciados y vueltos a casar, la Iglesia mira cada situación de manera individual, con comprensión y misericordia. La prioridad siempre es el bienestar espiritual del niño y su conexión con la comunidad de fe.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que el bautismo es necesario para la salvación, y que los niños deben ser bautizados lo antes posible después de su nacimiento (CIC 1250). Entonces, si los padres desean bautizar a su hijo, la Iglesia está dispuesta a hacerlo, incluso si han pasado por un divorcio y un nuevo matrimonio.

Pero, ¿qué pasa con la situación de los padres divorciados y vueltos a casar? La Iglesia reconoce que estas situaciones pueden ser complicadas, pero no impiden que los hijos reciban el bautismo. Sin embargo, es importante que los padres entiendan y acepten la responsabilidad de criar a su hijo en la fe católica.

Ahora, es importante tener en cuenta que el bautismo no borra el estado civil de los padres. Si están viviendo en una situación que la Iglesia considera irregular, como un segundo matrimonio civil sin anulación del primer matrimonio, es posible que se les pida que busquen orientación y solución en la comunidad eclesial.

La Iglesia siempre está dispuesta a ayudar a las personas a encontrar el camino hacia la reconciliación y la gracia de Dios. Esto podría implicar buscar una declaración de nulidad del primer matrimonio, si es posible, o vivir en continencia como hermanos y hermanas en el segundo matrimonio.

Recuerda lo que dice Jesús en el Evangelio según Mateo: "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" (Mateo 19.6). La Iglesia toma muy en serio el sacramento del matrimonio y busca proteger su integridad y sacralidad.

Al mismo tiempo, la Iglesia también reconoce la realidad del sufrimiento humano y está siempre lista para ofrecer comprensión y apoyo a aquellos que están pasando por momentos difíciles en su vida matrimonial.

En resumen, los hijos de padres divorciados y vueltos a casar sí pueden recibir el bautismo en la Iglesia Católica. Lo más importante es que los padres estén dispuestos a criar a su hijo en la fe y a buscar el camino hacia la reconciliación y la gracia de Dios en sus propias vidas.

Espero que esto haya respondido tu pregunta, ¡y no dudes en seguir adelante si tienes más preguntas sobre este tema u otros aspectos de nuestra fe católica! 

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Parroquia ofreció bendiciones a parejas de divorciados en nueva unión y a matrimonios por el civil sin sacramento


La parroquia de la Sagrada Familia de Nazaret, en la Arquidiócesis de San Luis Potosí (México), llevó a cabo una ceremonia de "bendición de familias de divorciados en nueva unión y matrimonios por el civil sin sacramento" el 29 de diciembre. La bendición se realizó en el marco de la Fiesta de la Sagrada Familia, celebrada por la Iglesia Católica el 31 de diciembre. La parroquia compartió una invitación a través de su página de Facebook y publicó fotos de la ceremonia esa misma noche.

La ceremonia generó debate y controversia, ya que bendijo a familias en situaciones consideradas irregulares por la doctrina católica. Sin embargo, el Vaticano ha abierto la posibilidad de bendecir a parejas en situaciones irregulares, como los divorciados vueltos a casar por lo civil, sin equipararlas al matrimonio, en un gesto de "caridad pastoral".

El cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha señalado que "se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares sin convalidar el matrimonio, para expresar la cercanía de la Iglesia a estas personas". Esta postura supone un cambio respecto a la que la Congregación publicó en marzo de 2021, que afirmaba que la Iglesia católica no podía impartir su bendición a las uniones de personas del mismo sexo.

La "Declaración" de la Congregación para la Doctrina de la Fe, titulada "Fiducia Supplicans: sobre el sentido pastoral de las bendiciones", es la primera que se publica en los últimos 23 años, desde "Dominus Jesus" (2000). En ella, se establece que la bendición a parejas homosexuales o "irregulares", es decir, que no estén canónicamente casadas por la Iglesia, no puede equipararse al matrimonio, pero se puede entender como un gesto de "caridad pastoral".

El Vaticano rechaza cualquier "rito u oración que puedan crear confusión entre lo que la Iglesia enseña sobre el matrimonio y la familia y las uniones homosexuales". Por tanto, la bendición a parejas en situaciones irregulares debe realizarse fuera de un contexto litúrgico, separado de las uniones civiles y sin ritual, para no provocar confusión.

La parroquia de la Sagrada Familia de Nazaret ha defendido su decisión de bendecir a estas familias, argumentando que "la Iglesia no puede cerrar las puertas a nadie, porque Dios no cierra las puertas a nadie". Además, ha señalado que la bendición no equipara estas uniones al matrimonio, sino que es un gesto de acogida y cercanía a estas personas.

¿Bendiciones para divorciados? Antonio e Isi sienten esta decisión como un abrazo del Papa


Después de su divorcio en 1997, a Antonio le negaron la comunión, lo que lo llevó a abandonar la fe durante 14 años. Sin embargo, con su actual pareja, comparten "un nuevo camino creyente" y anhelan recibir una bendición. Antonio detalla: "Queremos casarnos y alcanzar ese estado perfecto que tanto anhelamos… Y esperamos que sea pronto, pues ya he formalizado toda la documentación para recibir la nulidad matrimonial y solo falta que llegue la resolución del tribunal eclesial".

El documento 'Fiducia supplicans', aprobado por el Papa Francisco y la Doctrina de la Fe, representa un cambio significativo al permitir que parejas conformadas por personas homosexuales, divorciadas o solteras que conviven sin haber pasado por el altar reciban una bendición de un sacerdote. Esta medida ha generado diversas reacciones a nivel mundial, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Antonio agradece al Papa Francisco por esta apertura, considerándolo "un papa muy próximo al pueblo, siendo consciente de que hay que adaptarse a muchas realidades que nos marcan hoy a los creyentes. Sabe que hay que abrirse a los divorciados, a los homosexuales… A personas que tienen fe y que hasta ahora han sufrido por su condición".

Antonio, a pesar de ser una persona de fe, abandonó su práctica religiosa durante 14 años después de su divorcio en 1997. No obstante, su encuentro con Isi cambió su perspectiva, y ahora ambos comparten un nuevo camino creyente. Antonio ha iniciado los trámites para obtener la nulidad matrimonial, y están a la espera de la resolución del tribunal eclesial. Mientras tanto, han logrado acercarse a la comunión, aunque no ha sido fácil. Antonio, después de hablar con un sacerdote amigo, decidió hablar con su párroco y expresar su deseo de comulgar. Su párroco le permitió apelar a "su libertad de conciencia" y le animó a comulgar si se sentía bien haciéndolo.

Antonio valora la apertura de la Iglesia hacia situaciones como la suya y agradece al Papa Francisco por ello. Considera a Francisco como un papa cercano al pueblo y consciente de la necesidad de adaptarse a las realidades contemporáneas de los creyentes, incluyendo a divorciados, homosexuales y aquellos que han sufrido por su condición. Para Antonio, Francisco es el papa de la auténtica proximidad y ternura, en marcado contraste con pontífices anteriores. Esta historia refleja el impacto positivo que la apertura de la Iglesia puede tener en la vida de aquellos que buscan reconciliación y conexión espiritual.

¿Los divorciados vueltos a casar están excomulgados?



Hay quienes aseguran que los católicos divorciados y vueltos a casar sólo por lo civil, y no por la Iglesia, están excomulgados pues no pueden comulgar. ¿Esto es cierto?

La respuesta es no. Pero vayamos por partes.

Los católicos divorciados vueltos a casarse no están por ello excomulgados. La excomunión es una sanción grave. Quien es excomulgado queda excluido de la comunión con la Iglesia y no puede participar en Misa ni en ningún otro acto eclesial.

Cabe mencionar que la Iglesia aplica este castigo a manera de reconvención, es decir, intentando que aquel a quien se la impone, reflexione, se arrepienta y se enmiende, en cuyo caso, puede levantársele esta sanción.

A los divorciados vueltos a casar sólo por lo civil no se les excomulga; pueden asistir a Misa, participar en actos como la adoración al Santísimo, el rezo del Rosario, etc.

Solamente se les impide participar de la Confesión y la Comunión, porque mientras su primer matrimonio sea tenido por válido se considera que han roto su promesa de fidelidad y están en situación de adulterio.

Cabe mencionar que si los esposos viven en total continencia sexual sí pueden comulgar, cuidando que ello no se preste a malas interpretaciones, para no dar lugar a escándalo en su comunidad.

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