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La Arquidiócesis de Puebla pide a los fieles no acudir a las Misas de los lefebvristas


Pide a los fieles católicos no acudir a su nuevo templo, pues la “ni la Fraternidad San Pío X ni el inmueble se sujetan obedientemente a las disposiciones del Papa ni del arzobispo”

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Recientemente se dio a conocer que en el municipio de San Pedro Cholula, en el estado de Puebla, la denominada “Iglesia de Nuestra Señora de todos los Ángeles” -perteneciente a la Fraternidad San Pío X, fundada por el obispo cismático Marcel Lefebvre- comenzará a ofrecer servicios espirituales.

A ese respecto, la arquidiócesis de Puebla, a cargo del arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, pidió a los fieles católicos no acudir al inmueble recién construido, pues “ni la Fraternidad San Pío X ni el edificio por ellos erigido, se sujetan obedientemente a las disposiciones del Santo Padre ni mucho menos a la autoridad del señor arzobispo”.

En un comunicado, la arquidiócesis de Puebla explicó que dicha edificación no pertenece ni jurídica ni canónicamente a la arquidiócesis de Puebla, y pidió a los feligreses acudir a su respectiva parroquia donde los sacramentos son “administrados lícita y válidamente, en plena comunión con la Iglesia y en obediencia al Papa y a nuestro arzobispo”.

El templo no cuenta con el permiso del obispo

La arquidiócesis dejó en claro que los sacramentos ofrecidos por los ministros de la ‘Fraternidad San Pío X¡ son ilícitos, pues no son celebrados en plena comunión eclesial, son administrados por sacerdotes acéfalos que no están bajo ninguna autoridad eclesiástica, no pertenecen a ninguna diócesis ni congregación y no cuentan con licencias ministeriales expedidas por la arquidiócesis de Puebla.

También advirtió: “quienes han sido adheridos a este movimiento cismático, pueden recibir la pena establecida para quienes incurren en cisma“; “en suma, al celebrar ilícitamente los sacramentos, desgarran la unidad de la Santa Iglesia Católica”.

El comunicado también hace referencia al motu proprio del Papa ‘Traditionis custodes’, en el que se afirma como necesario “favorecer la recomposición del cisma guiado por el movimiento de monseñor Lefebvre”.

Por ello -dijo la arquidiócesis- “el Santo Padre previno sobre diversos abusos litúrgicos que tuvieron como consecuencia aumentar las distancias, endurecer las diferencias y construir oposiciones que hieren a la Iglesia y dificultan su progreso, exponiéndola al riesgo de la división”.

Autor: Miroslava López.

Fuente: https://www.vidanuevadigital.com/

Las Misas de los Lefebvristas (FSSPX) son válidas pero no lícitas, ¿cuál es la diferencia?


Es importante entender la diferencia entre las misas válidas y las misas ilícitas. En primer lugar, debemos recordar que la Santa Misa es el centro de la vida de la Iglesia y es el sacrificio de la Nueva Alianza de Cristo con su pueblo. A través de la Eucaristía, Cristo se hace presente en medio de su Iglesia y nos da su Cuerpo y Sangre como alimento espiritual.

El Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 1407, nos enseña que "la Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo asocia su Iglesia y todos sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias ofrecido una vez por todas en la cruz a su Padre; por su sacrificio, él derrama las gracias de la salvación sobre su Cuerpo, que es la Iglesia".

Por lo tanto, es esencial que la celebración de la Santa Misa se realice adecuadamente y en conformidad con las normas de la Iglesia. Cuando una Misa se celebra de acuerdo con las leyes de la Iglesia, se dice que es lícita, es decir, que se realiza dentro de los límites legales y las normas establecidas por la Iglesia.

Por otro lado, una Misa puede ser al mismo tiempo válida pero ilícita, lo que significa que se lleva a cabo de una manera que no cumple con las normas establecidas por la Iglesia. Una Misa válida es aquella en la que se realiza de manera válida la consagración del pan y del vino por parte de un sacerdote válidamente ordenado y que tiene la intención adecuada de hacer lo que la Iglesia hace en la Eucaristía, es decir, consagrar el pan y el vino para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

La validez de la Misa depende de la correcta consagración de los dones y de la legítima intención de consagrarlos por parte de un sacerdote ordenado por un obispo. En este sentido las misas de la FSSPX son válidas, pues sus sacerdotes son verdaderamente sacerdotes, eso no está en duda, pero son inválidas, porque esos mismos sacerdotes se encuentran en una situación canónicamente irregular.  

La ilicitud de la celebración de una Misa puede surgir por diversas razones, como la falta de autorización del obispo o el incumplimiento de las normas litúrgicas establecidas por la Iglesia. Estas normas incluyen el uso de los textos litúrgicos aprobados y el cumplimiento de las rubricas establecidas.

En el caso de la Fraternidad Sociedad de San Pío X (FSSPX) y sus misas, debemos tener en cuenta que aunque la Misa en sí misma pueda ser válida, las misas que celebran la FSSPX son consideradas ilícitas por la Iglesia Católica. Esto se debe a que la FSSPX está en una situación canónica irregular, ya que no tiene una aprobación oficial de la Santa Sede para sus actividades y celebraciones litúrgicas.

En el Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 2089, se nos recuerda que "la obediencia a la autoridad de la Iglesia en lo que se refiere a la celebración del culto público pertenece también al objeto del precepto". Por lo tanto, la celebración de la Misa sin la aprobación y el permiso de la autoridad eclesiástica competente es una violación de la autoridad y la disciplina de la Iglesia.

Además, la FSSPX ha sido declarada como una asociación canónicamente irregular por parte de la Iglesia Católica debido a su rechazo de ciertos documentos y enseñanzas del Concilio Vaticano II, que ha sido reconocido como un Concilio legítimo y autorizado por la Iglesia Católica. La FSSPX también ha sido criticada por sus posturas en temas como el ecumenismo y la libertad religiosa, que han sido aceptadas y enseñadas por la Iglesia Católica.

En este sentido, el Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 2088, nos enseña que "la libertad de conciencia y de religión no puede justificar la falsedad en la enseñanza, el culto, la práctica moral y la disciplina eclesiástica". Por lo tanto, aunque la FSSPX tenga la libertad de seguir sus propias creencias y enseñanzas, estas no deben contradecir las enseñanzas y la disciplina de la Iglesia Católica.

La situación canónica de los sacerdotes de la FSSPX es que no están incardinados en una diócesis ni tienen la aprobación de la Santa Sede para ejercer el ministerio sacerdotal en la Iglesia Católica de manera plena y regular. Esto se debe a que la FSSPX se separó de la Iglesia Católica en 1988, cuando su fundador, el arzobispo Marcel Lefebvre, ordenó a cuatro obispos sin la aprobación del Papa Juan Pablo II, lo que llevó a su excomunión automática.

Desde entonces, la FSSPX ha estado en una situación canónica irregular con la Iglesia Católica, y sus sacerdotes no tienen la autoridad para ejercer plenamente el ministerio sacerdotal en la Iglesia Católica, incluyendo la administración de los sacramentos. Sin embargo, la Iglesia Católica reconoce que la FSSPX tiene una validez sacramental en la celebración de la Misa y demás sacramentos. Es decir, consagran, bautizan, confiesan válidamente, pero no lícitamente. 

Debido a su situación canónica irregular, los sacerdotes de la FSSPX no tienen la misma libertad y autonomía que los sacerdotes incardinados en una diócesis. No pueden ejercer el ministerio en las parroquias de la Iglesia Católica sin el permiso explícito del obispo local y, en muchos casos, no pueden llevar a cabo sus ministerios en los edificios de la Iglesia Católica. Además, los sacerdotes de la FSSPX no pueden ser elegidos para puestos de liderazgo en la Iglesia Católica y no pueden votar en las elecciones del Papa.

En resumen, la situación canónica irregular de la FSSPX y de sus sacerdotes es un obstáculo para su plena comunión con la Iglesia Católica y para su ejercicio pleno del ministerio sacerdotal en la Iglesia. Aunque la Iglesia Católica reconoce la validez de sus sacramentos y la Misa, la falta de incardinación en una diócesis y la falta de aprobación de la Santa Sede limitan su capacidad para ejercer plenamente su ministerio.

Autor: Pbro. Ignacio Andrade. 

¿Puedo cumplir mi precepto dominical en una misa de los Lefebvristas?


Mi respuesta es que no se recomienda cumplir el precepto dominical asistiendo a una Misa celebrada por los Lefebvristas. Para entender esta postura, es importante examinar quiénes son los Lefebvristas y cuál es su relación con la Iglesia Católica.

Los Lefebvristas son seguidores de Monseñor Marcel Lefebvre, un obispo francés que fue excomulgado en 1988 por ordenar a cuatro obispos sin la aprobación del Papa Juan Pablo II. Los Lefebvristas sostienen una posición tradicionalista y rechazan muchas de las reformas litúrgicas y teológicas del Concilio Vaticano II, incluyendo la Misa en idioma vernáculo y la promoción del diálogo interreligioso.

La postura de los Lefebvristas ha sido cuestionada por la Iglesia Católica, que ha afirmado que su ordenación de obispos sin la aprobación papal es un acto de desobediencia y que su rechazo de ciertas enseñanzas del Concilio Vaticano II va en contra de la tradición y la enseñanza de la Iglesia.

La Iglesia Católica reconoce que la Eucaristía es el centro de la vida de fe católica y que la participación en la Misa dominical es un precepto obligatorio para los fieles católicos. Sin embargo, la Iglesia también enseña que la Misa debe ser celebrada según las normas y directrices establecidas por la autoridad de la Iglesia, y que la participación en una Misa que no está en comunión con la Iglesia Católica no cumple con este requisito.

El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que "La participación en la celebración de la Eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia" (n. 2182). La Iglesia Católica también afirma que los fieles tienen la responsabilidad de buscar la unidad con los demás miembros de la Iglesia y de evitar cualquier acción que pueda separarlos de esta unidad (cf. CIC 2099).

Por lo tanto, como sacerdote católico, no puedo recomendar que un fiel católico cumpla su precepto dominical asistiendo a una Misa celebrada por los Lefebvristas, ya que su posición de desobediencia a la autoridad de la Iglesia Católica y su rechazo de ciertas enseñanzas del Concilio Vaticano II van en contra de la unidad y la fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

Es importante mencionar que la asistencia a una Misa de los Lefebvristas solo se puede considerar en casos de extrema emergencia, cuando no hay otra opción disponible para cumplir con el precepto dominical y se necesita recibir los sacramentos de la Iglesia. En tales situaciones, es importante recordar que la asistencia a una Misa celebrada por los Lefebvristas no significa que se acepten todas sus posiciones y enseñanzas. En lugar de eso, se debe buscar la reconciliación con la Iglesia Católica lo antes posible, y en la medida de lo posible, buscar el consejo y la orientación de un sacerdote incardinado en la diócesis del lugar. Es fundamental recordar que la unidad y la fidelidad a Cristo y a su Iglesia deben ser nuestra prioridad, y cualquier acción que nos aleje de esta unidad debe ser evitada en la medida de lo posible.

Autor: Pbro. Ignacio Andrade.

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