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¿Eres Católico y escuchas música evangélica? entonces debes leer esto


¿ERES CATÓLICO Y ESCUCHAS MÚSICA EVANGÉLICA? ENTONCES DEBES LEER ESTO
Por: Alberto Martin Ventura Grajeda. Map 

Ciertamente, esta pregunta tiene un sin fin de opiniones, pero la iglesia católica nunca ha afirmado que sea pecado escuchar música No-católica, pero por otro lado, un buen Cristiano Católico, bien formado e instruido ¡jamás la recomendaría! Ya que si la persona no está bien preparada en su fe católica podría llagar a confundirse, como ya ha pasado en muchísimos lugares, gente que comenzó escuchando, después fue practicando lo que escuchaba, y al final termino abandonado su fe católica.

''Al escuchar estos temas siento bien bonito''. Jesus nunca dijo que al seguirlo sentirías bonito, sino todo lo contrario.

«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. (Mt 16,24)

No vine a traer la paz, sino la espada. (Mt 10,34)

Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; (Jn 15,20)

“Si quieres saber en qué creemos, escucha lo que cantamos” (San Agustín de Hipona.)
San Agustín es nombrado doctor de la Iglesia católica, ¿Crees que se haya equivocado al darnos este gran consejo? Creo que no. ¿Cómo vas a transmitir tu fe, con Música Anti-Católica? ¿Mencióname un solo tema protestante que hable de María o de la Sagrada Eucaristía? ¡No los hay! ¿Por qué? Porque la música protestante es para los protestantes, y la música católica es para los católicos.

El que canta, reza dos veces. (San Agustín de Hipona.)

¿Cuándo has visto jugar un partido de beisbol en una pista de hielo? Cada deporte tiene sus propias reglas y cada uno de ellos necesita su propias condiciones de juego, lo mismo pasa con la fe, si eres católico necesitas escuchar música que te ayude a seguir profundizando y conociendo mejor tu fe católica, y no por el contrario escuchar música protestante que te puede llegar a confundir.

Rebeldía hacia la Iglesia
Hoy en día ya no se obedece a nuestra Madre y Maestra la Iglesia Católica, sino por el contrario muchos de nosotros como bautizados hacemos los que nos viene en gana, aun sabiendo que está mal, estando así las cosas, les presentare algunos pasajes Sagrados que ojala nos ayuden a comprender este tema tan controversial.

“En cierta ocasión, Esaú volvió exhausto del campo, mientras Jacob estaba preparando un guiso. Esaú dijo a Jacob: «Déjame comer un poco de esa comida rojiza, porque estoy extenuado». Fue por eso que se dio a Esaú el nombre de Edom. Pero Jacob le respondió: «Dame antes tu derecho de hijo primogénito». «Me estoy muriendo», dijo Esaú. «¿De qué me servirá ese derecho?». Pero Jacob insistió: «Júramelo antes». El se lo juró y le vendió su derecho de hijo primogénito. Jacob le dio entonces pan y guiso de lentejas. Esaú comió y bebió; después se levantó y se fue. Así menospreció Esaú el derecho que le correspondía por ser el hijo primogénito”. (Gn 25,29-34)

Esaú cambio lo más valioso que tenia, que era su primogenitura (“Es decir la sucesión en el trono”) es decir el heredero legitimo por ser el hijo mayor, y cambio todo este poder ¿Por qué? Por un plato de lentejas, por algo insignificante, en comparación de lo que perdió en realidad.

Hoy en día nos puede pasar lo mismo al escuchar música protestante, estamos cambiando, cantos gregorianos, música solemne, interpretes católicos de altura por ejemplo, Martin Valverde, Hna Glenda, Athenas, Ministerio de música Jesed, Son By For, Jon Carlos, Alfareros por mencionar solo algunos, nuestros músicos no le piden nada a estos músicos protestantes, tienen la misma capacidad de composición que cualquiera de ellos.

Pues escuchar lo que se te venga en gana, ¿Pero esta música es buena para tu fe católica?
«Todo está permitido», pero no todo es conveniente. «Todo está permitido», pero no todo es edificante. (1 Cor 10,23)

San Pablo nos recomienda que todo nos es permitido pero no todo nos conviene, si escuchar música en la cual se repite una y otra vez, solo Cristo Salva, solo necito amar a Jesus, no necito nada más que a Jesus, tarde o temprano pensaras, que no necesitas a la iglesia, y mucho menos a los Sacerdotes, y tampoco los sacramentos, dice un dicho popular, “El que con lobos anda, a aullar aprende”

Si escuchas música protestante, tarde o temprano, comenzaras a tener ideas protestantes, comenzaras a pensar como protestante, y si no corriges estos detalles ¡podrías llegar a convertirte en protestante! Dios te libre.

Diferencia entre los credos
¿Sabes en que creen la mayoría de los grupos proselitistas o protestantes?

a) Sola Scriptura, (Solo basta la Biblia como regla de Fe.)

b) Sola Fide, (Sola basta la Fe en Cristo Jesus y soy salvo.)

c) Solo la Biblia y la Fe, sin obras.(Esta regla significa que no se necesita hacer ninguna obra de caridad para ir al cielo.

Nuestra doctrina Católica enseña lo siguiente, veamos las diferencias;

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Mi humilde recomendación es, NO ESCUCHES MÚSICA QUE NO SEA CATÓLICA. Apoya la música católica, y no contribuyas con hacer más populares a los ya multimillonarios pastores y cantantes protestantes, apoya a nuestros músicos católicos los que le cantan a Jesús a María y los Santos, los que le cantan Jesús en la Sagrada Eucaristía, a estos si debes escuchar apoyar y promover.

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¿Qué tipo de Católico eres tú?



¿QUÉ TIPO DE CATÓLICO ERES TÚ?
Por: Fr. Ed Broom

Somos muchos católicos, pero cuántos realmente viven la fe.

Jesús nos habla en una de sus parábolas de un Rey que envía invitaciones para la fiesta de bodas de su hijo, y muchos buscan excusas para no asistir a la ceremonia. Aparentemente tienen otras obligaciones más importantes que atender, insultan los siervos del Rey e incluso matan a algunos de ellos.

El Rey, enfurecido, los mata y luego destruye sus ciudades. Más sin renunciar, se mantiene tenazmente y persistente, y decide enviar más siervos, pero esta vez, sí traen a personas al banquete.
Uno no estaba vestido decente para la celebración, y no tenía excusas para ello, así que es expulsado de la sala del banquete. Jesús termina esta parábola diciendo:

"Muchos son llamados, pero pocos son escogidos".

Las parábolas de Jesús son historias humanas con mensajes divinos. Nos desafían a dejar nuestra complacencia y a seguir a Jesús auténticamente.

Miremos objetivamente la sociedad y la Iglesia Católica de hoy en día y preguntémonos dónde estamos. Es cierto que hay un gran número de católicos, al menos, católicos bautizados. Sin embargo, ¿Cuántos están realmente viviendo su fe?

Ser sacerdote por más de 28 años y haber trabajado en varios países como Europa, Argentina, Chile, Paraguay y Estados Unidos, me lleva a hacer reflexiones sobre las razones por las cuales tantos los católicos, como citan la parábola mencionada allá arriba, tienen tantas excusas para simplemente no asistir al Santo Sacrificio de la Misa, que en términos de la parábola, ¡se refiere al banquete de la boda del Rey y de Su Hijo!

Esta observación pastoral servirá para ayudarnos a quienes trabajamos arduamente en la viña del Señor para ir en dirección correcta a salvar almas para nuestro Rey Eterno. En otras palabras, para que podamos conocer las almas errantes, la razón por la que se han ido y dar un remedio o una solución al problema.

Por supuesto, leer profundamente la "Alegría del Evangelio" por el Papa Francisco, será de inmensa ayuda en nuestro trabajo como siervos. Recuerda las palabras desafiantes de Jesús, el Buen Pastor del rebaño, nuestro Modelo y ejemplo:

"La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos".

A continuación se presentan las razones por las que "las ovejas" se han alejado del rebaño, dejando la práctica de la fe y la recepción de los sacramentos que dan vida a un lado:

1.- Católicos con malas experiencias.

Algunos católicos errantes se quejan de tener que dejar la Iglesia porque tuvieron una mala experiencia muy fuerte con otro miembro, y la situación los hería profundamente.

El mal ejemplo que pueden llegar a dar los mismos sacerdotes, diáconos, secretarios parroquiales, catequistas o simplemente católicos practicantes, puede alentar a otras personas a crear una debilidad en la fe.
Una palabra áspera y cortante, un comentario o un gesto sarcástico, distante o frío, una aguda reprensión o cualquiera de estos gestos hechos a un alma frágil, ¡podrían ser la última gota que derrame el vaso!

Esto podría ser suficiente para despegar a cualquier persona de la práctica de la fe. ¿Cómo se remedia esto? ¡Con bondad y caridad! Una vez se le preguntó a San Agustín tres veces sobre qué debería uno practicar con el prójimo, y él respondió:

¡Bondad, bondad, y más bondad!

San Francisco de Sales acuñó un clásico:

"Puedes coger más moscas con una cucharita de miel, que con un barril de vinagre".

2.- Escándalos en la Iglesia.

No se puede ignorar la realidad de la existencia de los escándalos relacionados con la Iglesia que han salido a la luz en los últimos 15 años. No es un secreto que algunas personas que han elegido servir al Señor, como sacerdotes, algunos religiosos e incluso obispos, ¡y le hayan fallado!

En vez de dar ejemplo como buen pastor a las ovejas, ¡se han transformado en lobos voraces! Obviamente estos escándalos penetra el Sagrado Corazón del Buen Pastor y han causado estragos en el rebaño. ¿Qué podemos hacer para reparar y remediar un golpe tan grave a la Iglesia?

Primero, rogamos perdonar al mundo en general, así como lo han hecho los últimos papas, clara y públicamente. Además, debemos orar por los futuros sacerdotes, pero sólo por aquellos que están firmemente comprometidos con el celibato al 100%, que hacen del amor por Jesús el centro de sus vidas y aquellos que tienen un llamado para salvar almas y realizar la búsqueda de las ovejas perdidas.

3.- Distracciones del mundo moderno.

En una ocasión un pastor vino de África a Estados Unidos y le preguntaron cuál era, según él, el más grande impedimento de los Estados Unidos para la difusión de la Palabra y el Reino de Dios. Sin pensar mucho, soltó una palabra ¡DISTRACCIONES! Una observación muy interesante viniendo de un extranjero.

¿Qué quería decir él exactamente? Lo siguiente: televisión radio, deportes, películas, fiestas, Internet, medios electrónicos, casinos, carreras de caballos, juegos al azar, etc.

Y no es que todas estas actividades y entretenimientos sean pecaminosos. Pero tan fácil encontrarse totalmente absorbido y sumergido en estas "diversiones" que el domingo de Santa Misa ha sido olvidado o llevado a un segundo lugar de importancia.

Como dijo un conocido sacerdote:

"Los domingos en Estados Unidos se han convertido en un sábado más".

4.- Estilo de vida inmoral.
Los católicos que se encuentran descontentos y enojados frecuentemente apuntarán su dedo contra la Iglesia Católica por los muchos fracasos de la misma, pero en sus corazones hay un serio problema hoy en día: ¡Una incapacidad para llegar a un acuerdo y vivir con la exigente moralidad sexual que la Iglesia ha impartido los últimos 2000 años!

Nuestra Señora de Fátima dijo, en sus apariciones en 1917, refiriéndose a muchos jóvenes (¡algunos no tan jóvenes!), que:

"Muchos matrimonios no son buenos. En el mundo entrarán muchas modas (probablemente refiriéndose a los códigos de vestimenta) que pueden ofender gravemente a Dios.

Y finalmente, la mayoría de las almas están perdidas y van a Infierno por los pecados que se comenten contra la virtud de la pureza, también refiriéndose a dejar el Iglesia y recibir los sacramentos".

Muchos han decidido simplemente vivir juntos en unión libre o resignarse a vivir en matrimonio civil. A los ojos de Jesús y su Esposa, la Iglesia, están objetivamente equivocados y también están eligiendo vivir en un estado permanente de pecado mortal. Siendo este el caso, esta pareja se ha separado voluntariamente de la vida vivificante. Jesús dijo:

"Yo soy la vida y ustedes son las ramas, y mi Padre corta las ramas que no dan fruto" (Juan 15,1-2)

Estas parejas, debido forma de vida, el cual eligieron libremente, ya no pueden recibir a Jesús, el Pan de la Vida, en la Sagrada Comunión.

Este es el caso, cuando asisten a la Santa Misa y llega el momento de la comunión, muchas personas la reciben mientras ellos se ven obligados a quedarse sentados esperando que termine el momento.

Son como calentadores de banco (imagen deportiva) y ver a los demás recibir a Jesús, el viviente pan que descendió del cielo para darnos vida en abundancia, es incómodo.

Esta pareja probablemente decida dejar la Iglesia Católica e ir a alguna Iglesia protestante, donde puedan tener acceso gratuito a la recepción del Servicio de comunión. ¡Adiós Iglesia Católica! ¡Hola, Iglesia protestante!

Posible remedio: ¿Por qué no invitar a esta pareja separada a reunirse con un sacerdote que podría aclarar las condiciones para tener su matrimonio bendito en la Iglesia y así puedan estar en plena comunión con la misma? Además, invítelos a algún fin de semana dinámico, o un retiro matrimonial, ¡para hacer que las cosas mejoren entre esos dos!

Conclusión, acabamos de explicar unas pocas razones que explican el enorme éxodo de la Iglesia Católica en las últimas décadas.
 


Nuestras intenciones con este artículo son animar al ferviente y celoso seguidor de Jesús a buscar estas ovejas perdidas y traerlas de vuelta a los brazos del Buen Pastor.


Este artículo fue publicado originalmente por nuestros aliados y amigos:

http://www.es.catholic.net/op/articulos/65617/cat/444/que-tipo-de-catolico-eres-tu.html


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Si eres testigo de jehová, no lo leas, es peligroso para tu fe. No vaya a ser que te hagas Cristiano


SI ERES TESTIGO DE JEHOVÁ, NO LO LEAS, ES PELIGROSO PARA TU FE. NO VAYA A SER QUE TE HAGAS CRISTIANO
Por Josh McDowell

LEWIS TRIUMVIRATE (EL TRILEMA DE LEWIS)
JESÚS, ¿LUNÁTICO, MENTIROSO O DIOS?

1. Lunático: Jesús no era Dios, pero creía que lo era.
2. Mentiroso: Jesús no era Dios, y lo sabía.
3. Dios: Jesús es Dios.

Entre los judíos de repente se presenta un hombre que dice que es Dios, que puede perdonar pecados. Dice que siempre ha existido. Que vendrá a juzgar al mundo al final del tiempo.


Entendamos esto con claridad. Entre los Panteístas, al igual que entre los hindúes, cualquiera puede decir que es parte de Dios: no está diciendo nada raro. Pero este hombre, siendo como era, judío, no podía referirse a esa clase de Dios.


En su lenguaje, Dios quiere ser un ser aparte del mundo que Él hizo, un ser infinitamente diferente de cualquier otra cosa. Y cuando se logra captar tal cosa, se verá lo que este hombre decía era sencillamente lo más asombroso que nunca antes hubieran pronunciado labios humanos.


Una parte de esta afirmación tiende a escaparse de nuestra atención porque la hemos oído con tanta frecuencia que ya casi no levemos importancia. Me refiero al perdón de los pecados; de cualquier pecado. A menos que quién esté hablando sea Dios. Esta afirmación es absurda, tan desproporcionada que da risa. Podemos entender que un hombre perdones ofensas que se le hayan hecho. Me das un pisotón y te perdono; me robas el dinero y te perdono. ¿Pero qué diríamos de un hombre a quien nada de esto le haya pasado y que anuncia que perdona el que otro hombre haya sido pisoteado y haya sido robado? Fatuidad asnal es el término menos duro que usaríamos para describir su manera de proceder. Sin embargo, esto fue lo que hizo Jesús. Le dijo a la gente que sus pecados son perdonados, y nunca esperaba que se ocultara a los que indudablemente habían sido perjudicado por tales pecados. Sin vacilar se comportaba como si El fuera la parte más afectada, la persona ofendida en todas las ofensas. Esto tiene sentido si El realmente era Dios cuyas leyes son quebrantadas y cuyo amor es herido por cada pecado. En labios de cualquiera que no sea Dios estas palabras solo podríamos considerarlas como una necedad y una fantasía sin paralelo en la historia de la humanidad.


Sin embargo (y esto es lo extraño y significativo) aun sus enemigos, cuando leen los evangelios, por lo general no sacan la impresión de que Jesús fuera un necio y un fatuo. Mucho menos los lectores libres de prejuicios. Cristo dice que Él es “manso y humilde”, y nosotros le creemos, y no notamos que, si El fuera un simple hombre, la mansedumbre y la humildad son las características que menos le atribuiríamos a algunos de sus dichos.


Estamos tratando aquí de evitar que alguien diga la mayor de las tonterías que a menudo se han dicho en cuanto a El: “Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro de moral, pero no acepto su afirmación de que era Dios”. Esto es algo que no deberíamos decir. El hombre que sin ser más que hombre haya dicho la clase de cosas que Jesús dijo, no es un gran moralista. Bien es un lunático que está al mismo nivel del que dice que es un huevo frito o un demonio del infierno. Puedes hacer tu elección. O bien este hombre era, y es el Hijo de Dios; o era un loco o algo peor. Escarnécele como a un insensato, escúpelo y mátalo como a un demonio; o cae a sus pies y proclámalo como Señor y Dios. Pero no asumamos la tonta actitud condescendiente de decir que fue un gran maestro de la humanidad. El no nos proporciona campo para tal suposición. No fue eso lo que El intentó.


Nos enfrentamos, entonces, a una alternativa aterradora. A mí me parece obvio que no fue ni un lunático ni un chiflado; en consecuencia, por extraño o terrible que el asunto nos parezca, hemos de aceptar que El era y es Dios. . .” (C. S. Lewis en "Cristianismo y nada más")
Lo que quiere decir C.S. Lewis es que las cosas que Jesús dijo acerca de si mismo son tan extraordinarias que: bien pueden ser atribuidas a la mente de un megalómano, o a la mente del mayor engañador que la historia ha conocido, o que definitivamente era Dios. Es un trilema, y usted y yo tenemos que escoger.


¿Era Él un loco?


Si usted escoge que El era un loco, se ve en la obligación de tener que demostrarlo. Al contrario, cuando uno estudia la vida de Jesús, llega a la conclusión de que casi cualesquiera otra cosa se puede decir acerca de Él, menos que era un lunático. Probablemente no ha habido un hombre, en la historia de la humanidad, con una sabiduría moral más elevada y profunda que la que tuvo Jesús. Nadie comprendió tan bien la conducta y la vida humana como Jesús. Obviamente no tiene el perfil de un psicótico. Si, a pesar de que toda la conducta de Jesús era coherente, se insiste en creer que estaba loco, entonces habría que redefinir tal cosa, que escapa a todos los estándares de lo que conocemos como verdadera locura, porque tenemos que recordar que el hecho de que alguno piense de si mismo que es Dios, especialmente en una cultura monoteísta tan radical, y luego afirmar a otros que el destino eterno de todos depende Él, no es un leve divagar de la imaginación, sino el pensamiento de un demente en el sentido más amplio de esta palabra. Es muy probable que alguien que tuviera esas alucinaciones y que se engañe a sí mismo de esa manera, debiera ser internado para cuidar que no se haga daño, ni se lo hiciera a otros. No obstante, en Jesús no se observan las anormalidades y el desequilibrio propios de la demencia. Por el contrario, su equilibrio y compostura ciertamente hubieran sido insólitos si Él hubiera estado loco. Jesús es el Hombre que habló las verdades más profundas de que se tenga registro.


El psiquiatra J. T. Fisher dice: “Si tomaras la suma total de todos los artículos autorizados que hayan escrito los más calificados psicólogos y psiquiatras sobre el tema de la salud mental, si los combinaras y refinaras, y les sacaras el exceso de verbalismo, si les sacaras toda la sustancia y desecharas los adornos, y si estas partes de puro conocimiento científico no adulterado fueran expresadas concisamente por el más capaz de todos los poetas vivientes, tendrías una desproporcionada e incompleta versión del Sermón del Monte. Al comparar esa versión con las palabras de Jesús, la primera saldría grandemente perjudicada. Durante casi dos mil años, el mundo cristiano ha tenido en sus manos la completa solución para sus desequilibrados e infructíferos anhelos; el plano para el desarrollo de una vida humana exitosa, llena de optimismo, salud mental y contentamiento”.
Philip Schaff añade: “¿Está inclinado un intelecto de esta naturaleza: claro como el cielo, fortificante como el aire de la montaña, agudo y penetrante como una espada, completamente sano y vigoroso, siempre dispuesto y siempre dueño de si mismo, a un radical y absolutamente serio engaño con respecto a su propio carácter y a su misión? ¡Absurda imaginación!”.


¿Era Él un mentiroso?


Si cuando Jesús hizo sus afirmaciones, sabía que Él no era Dios, entonces mentía y engañaba deliberadamente a sus seguidores. Sin embargo, si Él fue mentiroso, entonces tuvo que ser también un gran hipócrita, puesto que enseño a otros a ser honestos a toda costa, aunque Él mismo declaró y vivió una mentira sin parangón. Es más, como diría C. S. Lewis, Él fue un demonio del infierno, pues les dijo a otros que confiaran en Él con respecto a su destino eterno. Si Jesús no podía respaldar sus afirmaciones y lo sabía, entonces fue inexplicablemente malvado y a la vez tonto, pues por afirmar que era Dios, fue crucificado.


Esta idea acerca de Jesús no coincide con lo que sabemos de Él, o de los resultados de su vida y sus enseñanzas.


"En nombre de la lógica, del sentido común y de la experiencia, ¿Cómo hubiera podido un impostor, que es un hombre engañoso, egoísta y depravado, haber inventado y mantenido consistentemente, desde el principio hasta el fin, el carácter más puro y noble que se ha conocido en la historia con el más perfecto aire de verdad y realidad? ¿Cómo hubiera podido Él concebir y desarrollar exitosamente un plan de beneficencia sin paralelo, de magnitud moral y de sublimidad, y sacrificar su propia vida por él, en presencia de los más vigorosos prejuicios de su pueblo y de su época?" Philip Schaff (La persona de Cristo).


Si Jesús quiso que el pueblo lo siguiera y creyera en Él como Dios, ¿Por qué se presento a la nación judía? ¿Por qué tenía que ir como un carpintero nazareno a un país tan pequeño en tamaño y población, y a la vez tan adherido a la unidad indivisible de Dios? ¿Por qué no fue a Egipto o, aun mejor, a la Grecia politeísta, con sus variados dioses y sus múltiples manifestaciones?


Alguien que viva como Jesús vivió, que enseñe como Jesús enseñó, y que muera como Jesús murió no puede ser un mentiroso.


Nos queda solo la última alternativa: Jesús es Dios.


La pregunta que hacemos no es cual de estas alternativas es posible, ya que es obvio que todas son posibles. La verdadera pregunta es: "¿Cual es la más probable?".


Es importante decir que su decisión respecto a lo que cree que Cristo es, no tiene que ser el mero fruto de un razonamiento intelectual sin fundamento. No es posible colocarlo en la galería como un gran maestro de moral. Esa no es una opción valida. Él es un engañador, o un demente, o bien, El Señor y Dios. Usted ha de decidir. El apóstol Juan dijo: "Jesús hizo muchas otras señales... Pero éstas (señales) se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida." (Jn 20.30-31).


Las evidencias apuntan claramente a que Jesús es el Señor. Sin embargo, estas evidencias son rechazadas por causa de las implicaciones morales que conllevan. No quieren enfrentarse a la responsabilidad de llamarlo Señor.


Apuntes de una sesión del Taller de Apologética
y extractos de "Evidencia que exige un veredicto".

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Haces lo que te da la gana y crees que por eso eres libre. No lo eres, sólo eres esclavo de tus muchos pecados



HACES LO QUE TE DA LA GANA Y CREES QUE POR ESO ERES LIBRE. NO LO ERES. SOLO ERES ESCLAVO DE TUS MUCHOS PECADOS.
Por Álvaro Molina 

En la antigüedad, cuando un hombre era esclavo de otro hombre, el esclavo hacía la voluntad de su amo. No tenía libertad de hacer nada que fuera distinto a lo que su amo le mandaba. Obviamente el esclavo tenía sus ratos libres, donde podía hacer lo que quería, pero la mayor parte de su vida estaba dedicada a cumplir con la voluntad de su amo. 

En nuestros días, muchos se declaran hombres libres, dueños de sus vidas, que pueden hacer lo que les de la gana. Rechazan todo lo que la Iglesia Católica enseña y con solo escuchar la palabra pecado, señalan a la Iglesia de ser opresiva, de restarle libertades a la humanidad, de oscurantista y muchos otros adjetivos más. 

Y así viven sus vidas, practicando toda clase de pecados de forma habitual, ya sea la fornicación, el adulterio, la pornografía, los actos homosexuales, el robo, la mentira, la calumnia, el asesinato, etc. 

El que mira pornografía habitualmente no es un hombre libre. Es un esclavo del pecado de la pornografía. Esa pobre persona, sea hombre o mujer, no acepta que su comportamiento es un pecado, y piensa que al rechazar el concepto de pecado, está actuando en plena libertad, haciendo lo que le de la gana, sin que nadie le ponga restricciones. 

El esclavo hacía solo lo que el amo le ordenaba. El pecado de la pornografía, o sea el amo, ordena a su esclavo que vea pornografía. Y el esclavo obedece, tontamente convencido de estar actuando en plena libertad. Lo mismo ocurre con quienes son esclavos del pecado del adulterio, de la fornicación, de los actos homosexuales, del robo, de la mentira, del asesinato. Todos ellos creen que son libres, que están actuando por su libre y espontánea voluntad, cuando en realidad solo están obedeciendo las órdenes de su amo, el pecado. Todo comenzó cuando obedecieron la primera orden de su amo, que fue la de creer que lo que están haciendo no es pecado alguno. 

El pecado, como amo celoso, le instruye a sus esclavos que no acepten las "opresivas" reglas de la Iglesia, ya que son solo "imposiciones" que no los dejará ser ellos mismos. Los esclavos por su parte, aceptan. Se dejan llevar por esas voces que hablan de "derechos", que les dicen que "si se siente bien, no está mal hacerlo". Son las voces de otros esclavos, repitiendo lo que sus respectivos amos les dicen, para asegurarse de que todos se mantengan esclavizados, sin intención alguna de librarse de las cadenas de sus pecados. 

Solo Cristo, por medio de su Iglesia, puede darnos plena libertad. El que escucha la voz de los obispos y presbíteros, escucha a Cristo y también escucha al que envió a Cristo, Dios Padre. Las normas que la Iglesia propone no son cadenas opresivas, ni imposiciones despersonalizantes. Se trata de muy necesarias barreras, para mantenernos alejados de esas zonas de peligro, donde el pecado gobierna a quienes se han aventurado en ellas. No mentir, no matar, no cometer inmoralidades sexuales, obedecer a Dios, todas esas normas son normas de vida, para ser plenamente libres, para no tener al pecado como amo, sino que a Dios como el Señor de nuestras vidas. 

Encuentra el dolor por tus pecados, luego ve al templo de tu parroquia. Confiésate, comulga, cumple tu penitencia, y mantente en oración para evitar el pecado.


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¿Quién soy yo para juzgar? La pregunta más bien es: ¿Quién te crees que eres para no juzgar?



«¿QUIÉN SOY YO PARA JUZGAR?» LA PREGUNTA MÁS BIEN ES: ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA NO JUZGAR?
Por Álvaro Molina 

Caso hipotético, aunque lamentablemente muy real en muchos casos: «Mi sobrina tiene sexo con hombres casados a cambio de dinero o cosas como celulares, zapatos o ropa nueva. Pero ¿quién soy yo para juzgar? No soy quien para andar viendo la paja en el ojo ajeno. Total que Dios es amor.» 

Cuando se trata de corregir a alguien que está haciendo mal, muchos prefieren callar y, para aquietar sus conciencias, recurren al ya muy conocido y siempre muy mal entendido «no juzgar» que encontramos en San Lucas 6,37. 

"No juzgar" se ha convertido en el tapabocas favorito que el mundo usa para silenciar cualquier opinión que señale alguna situación reñida con la moral, y sobre todo cuando se trata de situaciones de pecado, que ofenden a Dios. De esa forma, "no juzgar" se usa para proponer silencio, y hasta inacción cómplice de parte nuestra ante cualquier tipo de situación. Muchas veces la combinación de mordaza/atadura con que pretenden matizar el no juzgar, va acompañada de otros elementos como "no mirar la paja en el ojo ajeno", o el "respeto humano", el cual intentan usar como barrera para que se permitan toda clase de situaciones, sin que haya el menor cuestionamiento. También está el caso de pretender disfrazar situaciones cuestionables como "derechos". 

Un ejemplo no muy hipotético. «Mi primo, que está casado, tiene una amante diferente cada quince días. Son mujeres hermosas que él conquista con regalos caros. Pero no debo decirle nada porque ¿quién soy yo para juzgar? Total que yo también tengo mis defectos, y además debo respetar su vida privada. Esas son cosas que él debe arreglar con su esposa y uno debe respetar a los demás. Además que él tiene derecho a gastarse el dinero que el gana como a el mejor le parezca.» 

Quienes recurren a «no juzgar» casi siempre desconocen lo que Jesús dice en San Juan 7,24. Algunos, incluso cuando finalmente leen ese pasaje, se cierran totalmente a la razón y huyen a esconderse en su habitación del pánico, que está rotulada con «no juzgar». También recurren al famoso “respeto humano”. Siempre argumentan que hay que respetar, que el respeto es la paz, respeto, respeto y más respeto. El santo cura de Ars, San Juan María Vianney, se refirió al respeto humano con estas palabras: «Maldito respeto humano, que arrastras tantas almas al infierno.» Esas actitudes “respetuosas”, que algunos adoptan ante el pecado, ya sea por cobardía o por complicidad, no son más que parte del arsenal de pretextos para condonar el pecado. Muchos incluso hacen llamado a la tolerancia, perdiéndose por completo en el asunto, ya que el pecado no debe recibir tolerancia alguna. Los cristianos debemos ser siempre tolerantes con todos nuestros hermanos, pero tenemos que ser implacablemente intolerantes contra el pecado. 

Una cosa es el ladrón y otra cosa es el pecado de robar. Una cosa es el homosexual y otra cosa es el pecado del acto homosexual. Una cosa es el adúltero y otra cosa es el pecado del adulterio. El ladrón, el homosexual, el adúltero, y todos los demás pecadores, tenemos las puertas de la Iglesia abiertas, para que cambiemos, para que trabajemos por abandonar el pecado, para que perseveremos en alcanzar la salvación. La Iglesia recibe siempre a los actores, o sea a los pecadores, por muy malos que sean, pero le cierra las puertas a los malos actuares, o sea al pecado. 

Todo aquel que entre a la Iglesia, pero que no abandone el pecado, que no cambie ni busque cómo alcanzar la santidad, perderá su alma y se condenará. Si el ladrón no deja de robar, aunque llegue a misa todos los días, se condenará. A pesar de que la salvación es para todos, Jesús exige un cambio. Sin ese sincero cambio de corazón, no habrá salvación. A eso se refiere Jesús cuando nos dice que debemos volver a nacer, o sea que debemos descartar las cosas viejas que nos sirven de estorbo para alcanzar la salvación, y ser nuevas personas en Cristo (San Juan 3,5-7). 

El pecado es lo que no tiene cabida dentro de la Iglesia. Al pecado siempre se le cerrará la puerta. Además, el pecado siempre debe ser señalado, con caridad, para corregir al pecador de forma fraterna, a fin de ayudarle a salvarse. 

Si alguna vez te preguntaste «¿Quién soy yo para juzgar? Más bien pregúntate por qué no habrías de juzgar. Nosotros podemos y debemos juzgar las acciones y, de llegar a la conclusión de que se trata de pecados, debemos corregir fraternalmente a nuestros hermanos, y debemos llamar al pecado por su único nombre: pecado. Debemos evitar los eufemismos que pretenden presentarnos el pecado bajo la falsa protección del "respeto" o bajo el disfraz de "derechos". 

El único juicio que tenemos prohibido es el de condenar a un pecador. No tenemos la autoridad para excluir a nadie de la Iglesia, sin importar cuál sea su situación. No podemos cerrarle la puerta a un pecador solo porque nos escandaliza el tipo de pecado que lo tiene esclavizado. Debemos perdonar, una y otra vez, y debemos perseverar en la corrección. No podemos abstenernos de decirle a un alcohólico que embriagarse es pecado. Tenemos que decírselo, y tratar de ayudarle en lo que se pueda. No podemos simplemente callarnos y pensar «¡Es un borracho, irá directo al infierno!». En San Lucas 6,37 tenemos prohibido hacer esa clase de juicios en contra de nuestros hermanos. Y también tenemos prohibido contemplar de lejos a nuestros hermanos que estén sumergidos en pecado. En San Juan 7,24 tenemos la orden de juzgar el pecado, para salvar al pecador. 

Si te preguntas «¿Quién soy yo para juzgar?» Recuerda que la pregunta más bien debe ser: Y tú, ¿Quién te crees que eres para no juzgar? Recuerda estos pasajes: 

San Juan 7,24:
«Juzguen con juicio justo.» 

Ezequiel 33,7-9:
«A ti, también, hijo de hombre, te he hecho yo centinela de la casa de Israel. Cuando oigas una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte. Si yo digo al malvado: «Malvado, vas a morir sin remedio», y tú no le hablas para advertir al malvado que deje su conducta, él, el malvado, morirá por su culpa, pero de su sangre yo te pediré cuentas a ti. Si por el contrario adviertes al malvado que se convierta de su conducta, y él no se convierte, morirá él debido a su culpa, mientras que tú habrás salvado tu vida.» 

Levítico 19,17:
«No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues con pecado por su causa.» 

Santiago 5,20:
«Sepa que el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma [la del pecador] de la muerte y cubrirá multitud de pecados» 

San Mateo 18,15:
«Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.» 

Gálatas 6,1:
«Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado.» 

Recuerda que tenemos terminantemente prohibido juzgar al pecador, pero tenemos la obligación ineludible de juzgar y condenar al pecado, y también tenemos el deber de usar la corrección fraterna, para salvar el alma del pecador.


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Tú eres Kefas


TU ERES KEFAS
Por: Israel Octavio Hernández (Agustín Hipona)

Los no-católicos dicen que cuando Jesús dijo “Sobre esta Piedra edificare mi Iglesia” se estaba refiriendo a él mismo y no a Pedro.

Ellos dicen que en el idioma griego se hace distinción entre “Pedro y piedra” pues dice así: “Tú eres PETROS y sobre esta PETRA edificare mi Iglesia”.

Según ellos, “Petros” significa “pequeña piedra” y “Petra” “Peñasco base”. Llegando a la conclusión de que se habla de diferentes personas, Pedro “Petros” y Jesús “Petra”.

¿Cómo podemos responderles?

Algo sencillo y rápido para responder.

Para empezar es equivocado su modo de interpretar los significados de las palabras griegas, pues simplemente “Petros” significa Pedro y “Petra” significa Piedra.

Ahora, algo muy importante es que el evangelio de San Mateo es el único evangelio escrito en arameo y no en griego, lo cual ahí no hay distinción entre femenino y masculino (Petros-Petra), sino que dice KEFAS (Piedra),

Por ejemplo, el evangelio de San Juan, aunque es escrito en griego, llama a Pedro en arameo (KEFAS):

“Cuando Jesús lo miró, le dijo: “Tu eres Simón hijo de Jonás, y serás llamado KEFAS (que quiere decir Piedra)” (Juan 1,42)

Así que el texto de San Mateo dice así:

"Tu eres KEFAS, y sobre esta KEFAS edificare mi Iglesia"

También hay que tener en cuanta que ellos hablaban arameo. Además, Jesús al decirle estas palabras no hizo distinción alguna entre él y Pedro, más bien nos esta asegurando que siempre se dirigió sólo a Pedro, inclusive viendo los contextos se sigue dirigiendo a KEFAS (Piedra-Pedro): "Lo que tu ates en la Tierra quedara atado en los cielos" "A ti te daré las llaves del Reino de los cielos".

Así que siempre se dirigió a KEFAS. Nunca dijo: "Tu eres KEFAS y la Iglesia será edificada sobre mi mismo"

¿Pues entonces que caso tenia decir "Tu eres KEFAS? Eso ya estaría de sobra y no tendría caso mencionarlo, esta por demás.

En cambio, si Jesús hizo énfasis en afirmar "Tu eres KEFAS" es por que KEFAS (Pedro) era la KEFAS donde él edificaría su Iglesia.

Jesús no dijo: "Yo soy KEFAS" sino "Tú eres KEFAS".

Es claro que Jesús es la Piedra angular, la base de todo. Pero el deja los Doce cimientos que son los Apóstoles y de los cuales sobre sale KEFAS, "la piedra".

En verdad que Pedro es la Piedra.

"TU ERES KEFAS"

Esto es sentido común y lógica.


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