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Pastor protestante Yattenciy Bonilla confirma que los católicos usamos el Antiguo Testamento de la Iglesia primitiva.

 

 
En el espectro del protestantismo (o de los 'protestantismos', en plural) hay, desde "pastores" autonombrados, que ellos a sí mismos se dieron su "ministerio" y abrieron su "iglesia", hasta hombres realmente serios, estudiosos, que aunque en muchos puntos podamos no estar de acuerdo con ellos y un buen número de enseñanzas doctrinales nos separen, no nos impide reconocer sus gestos de genuina honestidad, al apreciar que no recurren a cubrir información que pueda de alguna forma dar la razón a lo que la Iglesia católica defiende, este es el caso del pastor Yattenciy Bonilla, un investigador y estudioso de las Sagradas Escrituras, de su historia, de su formación y de su uso eclesiástico.

En este fragmento, que forma parte de una conferencia dada por Yattenciy en un seminario evangélico en México, el pastor de origen colombiano pero radicado en Ecuador, demuestra que los primeros cristianos del siglo I usaban la versión conocido como la Septuaginta, versión de la Escrituras judías (lo que para nosotros los cristianos es el Antiguo Testamento) en lengua griega, la cual contiene los libros llamados "deuterocanónicos" (I y II de Macabeos, Judit, Tobías, Eclesiástico, Sabiduría, y agregados a los libros de Ester y Daniel), de los cuales carecen las Biblias protestantes.

Yattenciy demuestra que la razón por la cual los judíos de Palestina reunidos en Yamnia a finales del siglo I, rechazaron los libros deuterocanónicos en el canon de las Escrituras judías fue para pelear con los cristianos, es decir, para oponerse a la Iglesia de Cristo que reconocía y aceptaba estos libros.

Bonilla apunta con precisión que en Yamnia los judíos decidieron decretar que ningún documento escrito en lengua griega podía ser catalogado como inspirado por Dios y con esta excusa retiraron los libros que usaban los cristianos y que habían sido originalmente escritos en griego. Y aunque Yattenciy no lo menciona, esto implica que como consecuencia lógica, los judíos de Yamnia rechazaban absolutamente todo el Nuevo Testamento, que estaba escrito en griego. Nosotros diríamos que posiblemente esa fue la principal intención al tomar la decisión, invalidar el Nuevo Testamento que nos habla de Jesucristo, el cual no aceptaban, apelando a un supuesto criterio de que Dios solo inspiraba textos en hebreo, y así quedaron invalidados también los deuterocanónicos.

Por tanto nos parece totalmente inconcebible y desatinado que el protestantismo siga rechazando los libros deuterocanónicos de la Septuaginta como parte del canon de la Biblia amparándose en la resolución y la opinión de un grupo judío de finales del siglo I que rechazaba a Jesucristo, y que combatía y negaba a Su Iglesia.
Por: Alfredo Rdz

Los dejamos con los comentarios de Yattenciy Bonilla:


¿Debemos alegrarnos por la conversión del cantante Daddy Yankee al cristianismo evangélico-protestante?


La noticia de la conversión de Daddy Yankee al cristianismo evangélico-protestante nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de celebrar cada encuentro personal con Jesucristo. Como católicos, estamos llamados a reconocer y valorar los elementos de verdad y gracia presentes en diversas comunidades cristianas, según lo expresa el Decreto Unitatis Redintegratio del Concilio Vaticano II.

En este contexto, la alegría que experimentamos ante la noticia de la conversión de Daddy Yankee se alinea con la enseñanza del Evangelio según Lucas 15, 10, donde Jesús nos dice: "Hay alegría delante de los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente". Esta alegría se fundamenta en el hecho de que alguien ha encontrado a Jesucristo como su Salvador, lo cual es motivo de regocijo en el cielo y en la tierra.

El Decreto Unitatis Redintegratio del Concilio Vaticano II aborda la cuestión de la unidad entre los cristianos y reconoce la presencia de elementos de verdad en las comunidades eclesiales separadas. En el párrafo 3, se expresa: "Sin embargo, las muchas comunidades separadas presentan, aunque no sin defectos, ciertos elementos de santificación y de verdad que hay que considerar como dones propios de la gracia de Cristo". Esta declaración resalta la perspectiva positiva hacia las comunidades no católicas y subraya la presencia de elementos salvíficos en ellas.

Cuando consideramos la conversión de Daddy Yankee al cristianismo evangélico-protestante, podemos aplicar esta enseñanza conciliar. Aunque reconocemos la plenitud de la verdad revelada en la fe católica, es importante destacar que la búsqueda sincera de Dios y el encuentro personal con Jesucristo en otras tradiciones cristianas son dignos de celebración.

En la Iglesia católica, la Eucaristía es un elemento central que nos une de manera única a Cristo. Sin embargo, la alegría de tener a Cristo en nuestras vidas no se limita exclusivamente a este sacramento. La oración, la lectura de la Palabra de Dios y la comunidad cristiana son aspectos esenciales en el camino de fe de cualquier creyente.

En este contexto, la decisión de Daddy Yankee de seguir a Cristo en su nueva expresión de fe nos brinda la oportunidad de reconocer los dones de la gracia de Cristo presentes en su vida. Aunque solo en la Iglesia católica se puede encontrar plenamente a Cristo a través de la Eucaristía, es preferible que haya encontrado a Cristo de la forma en que lo hizo a que no lo haya encontrado en absoluto.

Nuestra responsabilidad como católicos es orar por aquellos que buscan sinceramente a Dios en diversas tradiciones cristianas. El Decreto Unitatis Redintegratio nos llama a buscar la unidad entre los cristianos, reconociendo que la diversidad no debe ser motivo de división, sino una oportunidad para aprender y crecer juntos en el amor de Cristo.

Así, en el caso de Daddy Yankee, podemos celebrar su encuentro con Cristo en el ámbito evangélico-protestante y, al mismo tiempo, orar para que encuentre la plenitud de la verdad en la fe católica. Que, en algún momento, podamos compartir la plenitud de la Eucaristía y la comunión en la fe católica, mientras reconocemos y valoramos los elementos de verdad presentes en su camino espiritual actual. En este proceso de alegría y oración, abrazamos la enseñanza del Concilio Vaticano II y aspiramos a la unidad que es el deseo mismo de Cristo para su Iglesia.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Por qué en la Misa todo se hace siempre exactamente igual? Mi amigo evangélico me dice que es aburrida


Como sacerdote católico, es mi deber explicar y orientar sobre la verdad de la Misa y su misterio como sacrificio incruento. En primer lugar, es importante comprender que la Misa es el centro de la vida cristiana y la fuente de nuestra vida espiritual. Es el acto de culto más importante que realizamos como católicos, y es a través de la Misa que recibimos la gracia de Dios y nos unimos a Él en unión con los demás fieles.

La Misa se celebra de acuerdo con un ritual específico, que incluye oraciones, lecturas de la Escritura y la Eucaristía. Estas acciones son repetitivas, pero no son aburridas. De hecho, la repetición es una parte fundamental de la Misa y es intencional. Nos ayuda a centrarnos en la acción sagrada que está sucediendo, a unirnos en oración con los demás fieles y a recordar la importancia de lo que estamos haciendo.

La repetición también es una forma de respetar la tradición de la Iglesia y de honrar el sacrificio de Jesucristo. La Misa es un misterio, y aunque la forma en que se celebra ha evolucionado a lo largo de los siglos, la esencia de la Misa sigue siendo la misma. Jesucristo se ofreció a sí mismo como sacrificio en la Cruz, y en la Misa, ese mismo sacrificio se hace presente de manera sacramental. En palabras del Concilio de Trento, "En la Misa, el mismo Cristo, que se ofreció a sí mismo una vez de manera sangrienta en el altar de la cruz, se ofrece de manera incruenta en el altar por manos de su sacerdote".

La repetición en la Misa nos ayuda a comprender la profundidad de este misterio y a participar plenamente en él. La Misa es una oportunidad para unirnos a la comunidad de creyentes, para renovar nuestra relación con Dios y para fortalecer nuestra fe. A través de la repetición, podemos profundizar en la comprensión de la Misa y apreciar más plenamente su significado.

Además, es importante destacar que la repetición en la Misa no significa que cada Misa sea idéntica. Cada Misa es única en su propio sentido, ya que las lecturas y las intenciones pueden variar según la ocasión y la liturgia del día. La Misa también se celebra en diferentes lenguas y en diferentes culturas, lo que puede enriquecer la experiencia para los fieles.

En cuanto a las críticas de que la Misa es aburrida, es importante recordar que la Misa no se celebra para entretenernos, sino para adorar a Dios. La Misa no es un espectáculo o una actuación, sino un acto de culto sagrado. Aunque puede ser difícil concentrarse a veces, es importante hacer un esfuerzo consciente para centrarse en lo que está sucediendo y participar plenamente en la Misa.

En conclusión, la repetición en la Misa es una parte fundamental de la liturgia católica y no debe ser vista como aburrida o tediosa. En cambio, es una oportunidad para profundizar en el misterio de la Eucaristía y para unirnos en oración con la comunidad de creyentes. Es importante recordar que la Misa no es un evento social o un espectáculo, sino un acto sagrado de adoración a Dios. La repetición en la Misa nos ayuda a centrarnos en la acción sagrada que está sucediendo y nos ayuda a apreciar más plenamente su significado.

En cuanto a la base bíblica de la Misa como sacrificio incruento, podemos encontrarla en la Última Cena, cuando Jesús instituyó la Eucaristía. En el Evangelio de Lucas (22,19), Jesús dice a sus discípulos: "Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros. Haced esto en memoria de mí". En el Evangelio de Mateo (26,28), Jesús también dice: "Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros para el perdón de los pecados".

En estas palabras, Jesús instituye el sacramento de la Eucaristía, en el que el pan y el vino se convierten en su cuerpo y su sangre. En la Misa, el sacerdote consagra el pan y el vino en la Eucaristía, y los fieles reciben el cuerpo y la sangre de Cristo en comunión. A través de este sacramento, somos unidos a Cristo y recibimos la gracia divina.

Además, la Misa también es una forma de unirnos al sacrificio de Jesús en la Cruz. En la Carta a los Hebreos (9,11-14), se nos recuerda que Jesús se ofreció a sí mismo como sacrificio una vez por todas en la Cruz para el perdón de los pecados. En la Misa, ese mismo sacrificio se hace presente de manera sacramental. El sacerdote, en representación de Cristo, ofrece el sacrificio de la Eucaristía al Padre, y los fieles participan en ese sacrificio a través de la comunión.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Qué hago si mi novio me pide cambiar de religión? Él era católico pero hace unos meses se hizo evangélico


Mi deber es guiar y orientar a los fieles en su camino espiritual. En primer lugar, como católicos, creemos que la fe verdadera es la fe en Jesucristo, que se revela a través de la Iglesia Católica. La Iglesia Católica es la iglesia fundada por Jesucristo mismo, y es la única iglesia que tiene los sacramentos y la plenitud de la verdad revelada por Dios. La Biblia es clara en que Jesús estableció una sola iglesia y le dio a Pedro el poder de liderarla (Mateo 16,18-19). Como católicos, creemos que la Iglesia Católica es esa iglesia.

En cuanto a la preocupación de que alguien se condene por no ser católico, es importante recordar que solo Dios conoce los corazones de las personas y su estado espiritual. La salvación es un misterio divino, y no nos corresponde juzgar quién está o no está en el cielo. Sin embargo, la Iglesia Católica enseña que la fe en Jesucristo y la pertenencia a la Iglesia Católica son importantes para nuestra salvación.

La Biblia nos enseña que la fe en Jesucristo es esencial para la salvación. En Juan 14,6, Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí". Esto significa que solo podemos acceder a Dios y obtener la salvación a través de la fe en Jesucristo. Además, en Hechos 4,12 se afirma que "No hay salvación en ningún otro; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos". Estos versículos nos enseñan que la fe en Jesucristo es esencial para nuestra salvación.

En cuanto a la importancia de ser católico, la Iglesia Católica enseña que la pertenencia a la Iglesia Católica es necesaria para nuestra salvación. Esto se debe a que la Iglesia Católica es la única iglesia fundada por Jesucristo, y es la única iglesia que tiene los sacramentos y la plenitud de la verdad revelada por Dios. En el Concilio Vaticano II, se afirma que "la Iglesia Católica es necesaria para la salvación, porque sólo por ella se puede alcanzar toda la plenitud de los medios de salvación que Cristo instituyó" (Lumen Gentium, 14).

Entonces, ¿qué hacer si un miembro de la pareja se convierte a otra religión y pide al otro que haga lo mismo? En primer lugar, es importante tener una conversación honesta y abierta sobre las creencias religiosas de cada uno y cómo pueden afectar la relación. Es posible que se puedan encontrar formas de respetar y apoyar las creencias del otro, aunque no las compartan. Si ambos están comprometidos con la relación y están dispuestos a trabajar juntos, es posible superar las diferencias religiosas y construir una relación saludable y feliz.

Sin embargo, si la otra persona insiste en que el catolicismo es incorrecto y que se debe renunciar a la fe católica, entonces puede ser necesario reconsiderar la relación. La fe es una parte importante de nuestra identidad y valores, y no se puede esperar que alguien renuncie a ella por alguien más. La Biblia nos enseña en 2 Corintios 6,14-15 que "¿Qué tiene que ver la luz con la oscuridad? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?" Esto significa que es importante tener una pareja que comparta nuestras creencias y valores espirituales.

En última instancia, la decisión de convertirse a otra religión es una decisión personal que debe ser tomada después de una reflexión y oración profunda. Si alguien está considerando convertirse a otra religión, es importante que lo haga por las razones correctas y después de haber investigado a fondo las enseñanzas y creencias de esa religión. La Iglesia Católica nos enseña a respetar la libertad de conciencia de cada persona y a animar a todos a seguir su conciencia bien formada.

En conclusión, como sacerdote católico, creo que la fe en Jesucristo y la pertenencia a la Iglesia Católica son importantes para nuestra salvación. Sin embargo, también creo que es importante respetar la libertad de conciencia de cada persona y permitir que cada uno siga su propio camino espiritual. Si alguien se encuentra en una situación en la que su pareja pide que renuncie a su fe católica, es importante tener una conversación honesta y considerar si la relación es saludable y sostenible en el largo plazo. Como católicos, debemos siempre seguir el ejemplo de Jesucristo y amar y respetar a todas las personas, independientemente de sus creencias religiosas. 

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Un evangélico lanzó una piedra a la imagen de la Virgen de Chiquinquirá porque la considera "idolatría"; ya está detenido.



Este domingo un sujeto fue detenido tras ingresar a la Basílica Santuario De Nuestra Señora De Chiquinquirá en Maracaibo, estado Zulia, y atacar la imagen de la Virgen.

El hombre lanzó una piedra contra el relicario, provocando daños leves que inmediatamente fueron restaurados. 

El párroco de la Basílica, Nedward Andrade, anunció que la tablita con la imagen de la Virgen no resultó afectada. Sin embargo, lamentó la acción por parte del sujeto que aprovechó un descuido para cometer el acto.El periodista Jhorman Cruz indicó en su cuenta en Twitter que «la piedra que le lanzó solo dobló el relicario».

La persona detenida afirmó ser "cristiano evangélico" y dijo a las autoridades que atacó la imagen de la Virgen porque "es un ídolo" y "una deidad pagana".

Para los evangélicos toda imagen religiosa, incluso si se trata de una imagen que representa al mismísimo Jesús o a su madre, es "idolatría" y "paganismo", pues ellos afirman que las imágenes están prohibidas por Dios en la biblia, aunque más que las imágenes lo que está prohibido para los creyentes es tener otros dioses y en la doctrina y teología católica la Virgen María no es considerada una diosa. 

Siete razones por las cuales nunca me haría evangélico/protestante



7 razones por las cuales nunca sería evangélico/protestante

1. Porque el evangelicalismo no puede demostrar su existencia histórica en los primeros siglos del cristianismo, por tanto sus comunidades no son comunidades de origen apostólico. Y para detectar cual es la Iglesia de Cristo, aquella a la que le fue dada la promesa de que ni el infierno prevalecerá contra ella, es necesario rastrearla en la historia hasta el siglo I. Si no se remonta hasta el primer siglo NO es la Iglesia de la promesa.

2. Sus enseñanzas no son las que fueron creídas durante los primeros 1500 años del cristianismo, sus doctrinas se empezaron a elaborar hasta que apareció el protestantismo. "Sola fide" y "sola scriptura" son creencias completamente ajenas al cristianismo primitivo de los apóstoles y los Padres de la Iglesia.

3. Porque si creyera en la "sola scriptura" sería completamente incapaz de responderle a un católico si me preguntara dónde está el canon de la biblia en la biblia, así que no podría sustentar el contenido de la biblia, solo con la biblia, y además no podría demostrar que los evangélicos intervinieron en la formación del canon, ya que no existían en el siglo IV en que el canon se definió.

4. Porque si eligiera ser evangélico tendría luego que discernir entre tanta denominación para escoger una (unirme a los que creen en el rapto o los que no, con los que bautizan bebés o los que no, con los que creen que el diezmo obligatorio es bíblico o los que no, con los que creen que los carismas del E.S. están vigentes o con los que creen que ya cesaron, con los que creen que la salvación se puede perder o los que no, con los monergistas o con los sinergistas, con los que creen en el gobierno episcopal o en el presbiterial o en el congregacional, con los que creen que el bautismo es necesario para salvación o con los que creen que es solo un acto simbólico de obediencia, con los que creen que Jesús murió por todos o solo por unos elegidos, etc., etc.).

5. Porque no me gustaría pertenecer a un grupo que me fomentara el miedo y el desprecio por el arte y la belleza de lo sacro expresada en imágenes cristianas donde se nos representa al Señor o nuestros hermanos los santos de Dios.

6. Porque no me gustaría pertenecer a un "cristianismo" sin cristianos, donde se me prohiba honrar la memoria de los propios miembros del Cuerpo de Cristo (los santos) y se me enseñe que es malo y que ofende y enoja a Dios que tenga comunión con aquellos que Él mismo santificó, como si fueran sus enemigos o competidores.

7. Y lo más importante, porque no podrían darme a comer el verdadero Cuerpo y la verdadera Sangre de Cristo en la Eucaristía (ni ninguno de los otros sacramentos, medios por los que se transmite la gracia divina que necesito para salvarme). Y al Cuerpo de Jesús, realmente presente en el Santísimo Sacramento, medicina de inmortalidad, según los primeros cristianos, no lo cambiaría por un simple pedazo de pan simbólico.

Alfredo Rodríguez

'Los necesitamos'. Carta de un católico ex-protestante a los evangélicos.

 




Brantly y su esposa Krista.



















Carta abierta a los evangélicos: los necesitamos.
Otra reforma católica está en marcha, ¿se apuntan?


A mis amigos evangélicos:

Los admiro. Realmente. Y se sorprenderían al saber que muchos otros católicos también los admiran.

Admiramos su conocimiento de la Escritura y sus estudios bíblicos. Admiramos su devoción por la evangelización y las misiones. Admiramos su disponibilidad para levantarse públicamente por su fe incluso cuando signifique que se burlarán de ustedes o serán humillados.

Pero sobre todo, admiramos su profundo amor por Jesús. ¿Qué puede importar más?

Estas son todas las cosas que la Iglesia Católica tiene, por supuesto, pero los católicos no siempre vivimos nuestra fe del todo bien.

Sí, todo el mundo ha pecado, evangélicos incluidos (ustedes serían los primeros en admitir esto), pero se que ustedes son maravillosos porque fui educado en una congregación evangélica y fui al Wheaton College, el así llamado “Harvard de las escuelas evangélicas”. Algunos de lo más devotos, amorosos seguidores de Cristo que he conocido jamás son cristianos evangélicos.

No obstante, en 2010, alrededor de un mes antes de graduarme de Wheaton, me uní a la Iglesia Católica.

Antes de perder su atención, déjenme decir que la mía no es una historia más de conversión –ahora verán adónde quiero llegar.

No me fui a la Iglesia Católica porque pensara que los católicos tenían la mejor pastoral o la mejor predicación.

No fue que estaba desilusionado a causa de evangélicos hipócritas o que pensara que la Iglesia Católica estaba libre de escándalos (¿han oído algún escándalo sobre la Iglesia católica?). Y tampoco me uní a la Iglesia Católica porque pensara que personalmente conecto mejor con la liturgia o algo así.

No, me uní a la Iglesia Católica a causa de algo que estoy seguro de que pueden entender: Quería seguir a Jesús. Y estuve convencido de que la Iglesia Católica es el lugar establecido por Cristo donde se supone que la gente debe hacerlo.

Pero eso no quiere decir que recuerde mi época como evangélico negativamente. Al contrario, yo, como muchos otros evangélicos convertidos al catolicismo, estamos inmensamente agradecidos por todas las cosas maravillosas que recibimos del evangelicalismo. Me entristece decirlo, pero quizá no habría conocido la Escritura tan bien como hoy la conozco si hubiera sido educado como católico. De hecho, mi época como evangélico me preparó para ser mejor católico.

Lo que me lleva al punto principal de esta carta: Los necesitamos.

Nos dice San Pablo en 1 Co 12 que hay muchas partes del Cuerpo de Cristo, cada una con un papel único e indispensable. “El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito», ni la cabeza, a los pies: «No tengo necesidad de ustedes». (v. 21) Como los cristianos bautizados, los evangélicos tienen dones que la Iglesia necesita para llevar a cabo con efectividad su misión de salvar almas – dones que estamos profundamente perdiendo.

Me refiero a un problema que a muchos de ustedes les preocupa: el Cuerpo de Cristo está sufriendo en su testimonio del Evangelio porque no estamos unidos y trabajando conjuntamente.

Ahora, como ya expliqué en otro lado, no creo que la sola scriptura sea suficiente para establecer unidad entre los cristianos. Llevamos varios siglos de proyecto protestante, y pienso que es claro para todos que esta doctrina sólo conduce a interminables divisiones, a un pluralismo de bajo común denominador, y al aislamiento. Pero no a la unidad como Iglesia.

Por eso, pienso que debemos regresar a la fuente: La Iglesia primitiva, la Iglesia de los mártires y santos, la Iglesia fundada por Cristo, con obispos sucediendo a los Apóstoles, la Iglesia Universal (Católica). Eso es lo que he hecho.

Pero esperen un momento, ustedes dicen, "¿no es la Iglesia católica corrupta? ¿No necesitó acaso una reforma?".

La Iglesia Católica siempre necesita reformarse, al menos en lo que se refiere a la santidad y fidelidad de sus miembros. Era cierto en el siglo I, era cierto en el siglo XVI, y sigue siendo verdad al día de hoy.

Y es ahí donde ustedes entran. Necesitamos su ayuda con otra auténtica reforma católica.

Verán, los reformadores protestantes no fueron los primeros en buscar la reforma Cristiana. Muchos de los más grandes santos de la Iglesia fueron reformadores durante épocas de terrible corrupción e infidelidad. Quizá podrían elevar la mirada a algunos de ellos: San Gregorio Magno, San Benito de Nursia, Santa Catalina de Siena, San Ignacio de Loyola, San Francisco de Asís, y muchos otros.

Pero, ¿recuerdan el mensaje que San Francisco de Asís oyó de Jesús? Si no conocen la historia, él estaba orando en una pequeña y tambaleante capilla fuera de la ciudad cuando Jesús le habló desde el crucifijo, “Francisco, repara mi Iglesia, pues está en ruinas”. Francisco originalmente tomó este mensaje como una orden de reparar el edificio de la iglesia, pero se volvió claro con el tiempo que Dios lo había llamado a reformar la Iglesia espiritualmente.

Noten que Francisco fue llamado a reparar la Iglesia, no a comenzar una nueva. Necesitamos levantar la Iglesia que Jesús fundó, no llevárnosla con nosotros para comenzar una nueva Iglesia versión 2.0.

Esta es la diferencia entre los santos y los reformadores protestantes. Los santos buscaron una reforma dentro de la Iglesia, mientras que los reformadores protestantes escogieron el cisma – y hemos estado lidiando con el resultado desastroso desde entonces.

Claro, los reformadores protestantes escogieron esa ruta porque diagnosticaron que los problemas en la Iglesia no eran meramente de carácter moral, sino doctrinal. Aunque luego ellos mismos no pudieron ponerse de acuerdo sobre cual era la doctrina correcta.

Al día de hoy, no estoy convencido de que la mayoría de los evangélicos realmente tengan un problema con la mayoría del verdadero Catolicismo. Los católicos creen que la gente se salva sólo por Jesús, que es Dios encarnado y el único digno de nuestra adoración; creemos en la absoluta necesidad de la gracia y misericordia de Dios para la salvación; creemos que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada e inapelable en todo lo que dice; creemos en el pecado y el juicio, el cielo y el infierno, la urgente necesidad de evangelización, en el arrepentimiento, la fe, la esperanza y el amor, etc.

Sí, hay áreas de desacuerdo significativo: la precisa naturaleza de la justificación, el número de libros en el Antiguo Testamento, el rol de la tradición oral, los Sacramentos, etc. Pero es por eso que tenemos una Iglesia, que la Escritura la llama “columna y fundamento de la verdad.” (1 Tim 3.15): para corregirnos cuando estamos mal. Escoger una iglesia solo porque está de acuerdo con la teología de uno es lo opuesto a como la Iglesia fue concebida para hacer y funcionar.

Y mientras ciertos líderes evangélicos están obviamente muy comprometidos con sus particulares modificaciones de estas doctrinas, no estoy seguro de que la mayoría de evangélicos comunes y corrientes estén tan interesados realmente con estas posturas. Si eres un evangélico que está más interesado en “sólo seguir a Jesús” que continuar los intrincados debates teológicos de los últimos siglos, insinuo que no tienes una buena razón para seguir siendo protestante, puesto que fueron esos debates los que causaron el cisma desde el principio. De hecho, el Magisterio vivo de la Iglesia podría ser lo que estás buscando: con su recta autoridad, fundamentada en Cristo, para establecer límites para interpretar las Escrituras y resolver discusiones, ofrece un camino a la gente para dejar atrás las disputas interminables (pero sin abandonar totalmente la teología) y centrarse mejor en seguir a Jesús.

Claro está, como ya dije, el Catolicismo vivido tiene problemas. Pero me gustaría desafiarlos a mirar los problemas de manera diferente. En lugar de usar los problemas como munición contra la unidad cristiana, ¿podrían ayudarnos a mejorar las cosas?

En otras palabras, ¿podrían tomar lo mejor del Evangelicalismo – su fervor por la evangelización, su conocimiento de la Escritura, su compromiso creativo de la cultura, etc. – y traerlo con ustedes a la Iglesia Católica para enriquecerla desde dentro?

Si lamentan que la mayoría de católicos no conocen la Escritura, por ejemplo, entonces vengan a la Iglesia Católica y empiecen estudios bíblicos. Si lamentan que los católicos no estén evangelizando, inicien un programa de entrenamiento de evangelización para católicos. O cualquier otra cosa para la que se sientan inspirados. Pero intenten arreglar los problemas.

Y no estarán totalmente solos. Se sorprenderían de saber que muchos antiguos evangélicos ya están haciendo esto. De hecho, en las últimas décadas ha habido un sorprendente giro en la historia, un giro que nadie en el pasado no tan lejano podría haber visto venir: desde los escombros de las heréticas, escandalosas y sacrílegas tonterías que han estado consumiendo a la Iglesia Católica en las últimas décadas, Dios aparentemente ha decidido producir parte de su Reforma a través de un pequeño pero significativo goteo de conversiones de un grupo que ha considerado históricamente al Catolicismo su peor enemigo: el Protestantismo Evangélico.

Realmente, ¿quién vio eso venir? Pero eso es lo que tiene Dios para ti.

Pasen algún tiempo en círculos católicos, y rápidamente se darán cuenta que muchos (ciertamente no todos) de los católicos que están llevando nuevos ministerios, elaborando nuevos programas, o quienes intentan revitalizar la auténtica vida católica son convertidos del Evangelicalismo.

Pero hay mucho trabajo por hacer.

Motivo por lo cual los necesitamos.

La puerta está abierta. Los estoy invitando a volver a la plena comunión con la Iglesia Católica para que podamos trabajar conjuntamente y hacer lo que los reformadores protestantes debieron haber hecho: reformar la Iglesia que Cristo nos dio.

Les advierto con toda sinceridad: es un trabajo duro. A veces parecerá que no estamos haciendo ningún progreso. Encontrarán resistencia de los católicos acomodados en su status quo, y podrían sentirse a veces tentados de sacar otro Lutero. Pero realmente creo que si, como los santos antes que nosotros, con absoluta dependencia en la gracia de Dios, perseveramos en la humildad, la paciencia, la oración, y la diaria conversión personal, podremos hacer diferencia.

Luego, fortalecidos con todos los dones del Cuerpo de Cristo trabajando juntos en el camino que Cristo había previsto, podremos más efectivamente salir a salvar algunas almas.

¿Se apuntan?

En Cristo,
Brantly.


Brantly Millegan es un ex-evangélico convertido al Cristianismo católico. Tiene una licenciatura en Filosofia en Wheaton College, una maestría en Teología por el Saint Paul Seminary School of Divinity y está cursando un doctorado en Teología con especialidad en teología moral por la Catholic University of America. Además es el fundador y editor de ChurchPOP (www.churchpop.com) y editor y colaborador de otros sitios católicos como aleteia.org

Pastor evangélico es detenido por presunta violación de dos menores de edad en Concepción

(VIDEO)

PASTOR EVANGÉLICO ES DETENIDO POR PRESUNTA VIOLACIÓN DE DOS MENORES DE EDAD EN CONCEPCIÓN 

La PDI detalló que el sujeto aprovechaba su condición de líder religioso para atacar a las víctimas. Asimismo, les daba regalos y premios aprovechando que eran personas vulnerables.

La Policía de Investigaciones confirmó la detención de un pastor evangélico acusado de violar a dos menores de edad en Concepción.

De acuerdo a lo detallado por el subcomisario Carlos González, de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales Concepción, el sujeto aprovechaba su condición de líder religioso en tres comunidades para "seducir" a menores de 18 años.

"Les daba regalos y premios aprovechándose de que se trataban de personas en condición de vulnerabilidad", agregó.

González sostuvo que las aristas están en plena etapa investigativa, "y no se descarta la posibilidad de que existan más afectados".

Complementó que las víctimas corresponden a un hombre y una mujer.

Fuente 24 horas

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Convierten ex templo evangélico en impresionante catedral católica

Interior de la Catedral de Cristo. Cortesía: Diócesis de Orange
CONVIERTEN EX TEMPLO EVANGÉLICO EN IMPRESIONANTE CATEDRAL CATÓLICA 

El miércoles 17 de julio de 2019 la Diócesis de Orange, en Los Ángeles (Estados Unidos), inauguró la Catedral de Cristo, una imponente estructura que antes era un templo evangélico y que era conocido como la “Catedral de Cristal”.

Se trata de un edificio que perteneció a una denominación evangélica y que, tras ser comprada por la diócesis, fue transformada en una catedral católica para recibir a 2.100 fieles católicos.

De acuerdo con National Catholic Register, la inauguración de la nueva Catedral de Cristo estará acompañada de una serie de eventos que incluyen la primera Misa y la ceremonia de dedicación presidida por el Obispo de Orange, Mons. Kevin Vann.


“Ha sido un viaje maravilloso, y ahora estamos esperando la dedicación", expresó el P. Christopher Smith, rector y vicario episcopal de la Catedral de Cristo. Dijo que la gran inauguración “es la culminación de mucho trabajo duro y visión, y estamos muy emocionados”.


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En ese sentido, el P. Smith recordó que “la nueva Catedral de Cristo es como tener un centro de la ciudad para la Diócesis de Orange".

“Llevó años diseñar y restaurar, y no servirá solo a sí mismo, sino a toda la diócesis y a la Iglesia en general. Ha fortalecido a la diócesis y estamos ansiosos por su apertura", expresó el sacerdote.

A diferencia de otras catedrales construidas desde cero, el renovado recinto fue fundado por el pastor Robert Schuller (1926-2015) de la Iglesia Reformista en América. En el 2012, Crystal Cathedral Ministries quebró y la Diócesis de Orange compró el lugar por 57.5 millones de dólares y ha invertido otros 77 millones en renovaciones.

De acuerdo con Tim Busch, quien lidera los esfuerzos para adquirir y recaudar fondos para la catedral, la compra del recinto tiene "una historia absolutamente increíble".

Recordó que el Obispo de Orange en 2010, Mons. Tod Brown, decidió hacer una oferta por la propiedad a fin de construir una nueva catedral. “No parecía concebible, y mucho menos posible. El obispo estuvo de acuerdo con la idea desde el inicio”.

La diócesis tenía entre sus rivales a la Universidad Chapman, la cual realizó una oferta más alta que la diócesis. Sin embargo, el pastor quería que el lugar continúe siendo empleado "para la adoración de Jesucristo". Por ello, su apoyo fue decisivo para que el sitio fuera vendido a la Diócesis de Orange. 


La liturgia de dedicación que se llevó a cabo el 17 de julio incluyó, además de la Misa, la entrega solemne del edificio al Obispo, la apertura ritual de la puerta de entrada, la bendición de los muros y la unción de los muros y el altar.

La Diócesis de Orange alberga a 1.3 millones de católicos y se independizó de la Arquidiócesis de Los Ángeles en 1976. Está compuesta por 57 parroquias, cinco centros católicos y 41 escuelas. Su última cancillería fue en el Marywood Center en Orange, una antigua escuela secundaria católica para niñas que fue transformada en oficinas y en un centro de retiro.

La llamada “Catedral de Cristal”, la más resaltante entre múltiples estructuras en Garden Grove, no está hecha precisamente de cristal, y su diseño anterior no contemplaba una silla de obispo o cátedra, por lo cual tampoco se le podía llamar catedral. Sin embargo, este edificio se convirtió en el lugar de prédica del pastor Schuller y en una característica de la comunidad.

Dentro de las renovaciones, que iniciaron en 2017, se encuentra la incorporación de una "Puerta del obispo", compuesta por dos puertas de bronce de 20 pies de altura, la cual reemplaza las puertas de vidrio de la catedral.

También tiene un mosaico de la patrona de la diócesis situado en la pared interior sur. El arte de Nuestra Señora de Guadalupe mide 10 pies de alto por 7 pies de ancho, y está hecho de más de 55 mil azulejos de oro y vidrio opaco.

De igual manera, se añadió un baldachin, que es una pieza central que cuelga a 30 pies sobre el altar, además de un gran crucifijo. Otra reforma es la instalación de once mil persianas a fin de regular el calor y desviar los rayos UV en los techos y paredes. Por su parte, Mons. Vann viajó a Verona (Italia) para seleccionar la piedra y el mármol utilizados para construir el altar, la cátedra, el ambón y la pila bautismal.

Se tiene planificado realizar fases adicionales de construcción para la catedral después de la inauguración, que incluyen la adición de una cripta de obispos, capillas subterráneas y columbarios.

Asimismo, dentro de las reliquias que se han incorporado a la catedral se encuentran la de la mártir vietnamita Andrew Dung-Lac, así como de San Junípero Serra, misionero español considerado el padre de California.

Su diseño

El diseño de su estructura estuvo a cargo del arquitecto Philip Johnson, quien culminó su trabajo en 1980. El edificio se cubrió con más de 11 mil paneles de vidrio y abarcó 88 mil pies cuadrados de espacio.

Los terrenos del edificio también incluyen otras estructuras que son usadas por ministerios católicos, como el centro pastoral diocesano (cancillería). Además está la “Torre de la Esperanza” que alberga un servicio de asesoramiento, un teatro, un carillón (campanario) con 52 campanas, la Academia de la Catedral de Cristo para los grados K-8, jardines conmemorativos y la tumba de Schuller.

Asimismo, la torre posee un área de grabación y transmisión de radio, que se convirtió en el centro de transmisión de la Costa Oeste para EWTN en 2015.

Años antes ya se habían realizado otras mejoras. En el 2012 se llevó a cabo la modernización sísmica, la instalación de aire acondicionado y la reparación de fuentes. 


Fuente ACI prensa

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"El demonio es protestante" asegura un pastor evangélico convertido al catolicismo


«EL DEMONIO ES PROTESTANTE» ASEGURA UN PASTOR EVANGÉLICO CONVERTIDO AL CATOLICISMO
Por: Luis Miguel Boullón

“El Demonio es protestante”, fue la primera frase que pronuncié, tras mi conversión, a quienes me escucharon por más de doce años como su pastor. El escándalo fue mayúsculo. Algunos ya habían notado que mis vacaciones fueron demasiado precipitadas y quizá hasta exageradamente prolongadas. Fueron unas vacaciones raras incluso para mi familia, que me veía reticente a las prácticas habituales en casa, como la lectura y explicación de la Biblia. Ya habíamos tenido demasiadas rencillas a causa de mis nuevos pensamientos.

“Al principio fue el Verbo”

Recuerdo vívidamente los primeros movimientos de rabia que tuve al leer un artículo en esta Revista que ahora aprecio tanto, como es la que me honra publicando este trabajo. Yo encontraba que la nota era demasiado radical en sus afirmaciones, demasiado rotunda para lo que yo estaba acostumbrado a leer.

No me dejaba muchos ‘flancos’ descuidados por donde atacar. O refutaba el centro del asunto o no tenia sentido desmenuzar tres o cuatro aspectos como se me había enseñado a realizar de forma automática e inconsciente. Generalmente los católicos tienen como que una cierta vergüenza por mostrar todas las cartas sobre la mesa, y como no muestran todo con claridad, es muy fácil prender fuego a sus tiendas de campaña, porque dejan demasiados lados flojos.

En lo personal nunca recurrí a lo que ahora entiendo como “leyendas negras”, porque me parecía que era inconducente debatir basándome en miserias personales o grupales sin haber derribado la propia lógica de su existencia. Eso hice con algunas sectas o con temas como la evolución o algunos derechos humanos según se les entiende normalmente.

Reconozco que muchos de los que en ese momento eran mis hermanos caen en ese error, tratando de derribar moralmente al “adversario” diciéndole cosas aberrantes sobre su fe. Pero basta un buen argumento, y bien plantado, para que uno se vea obligado a retirarse a las trincheras de la Biblia y no querer salir de allí hasta que el temporal que iniciamos se calme al menos un poco. Pero no nos funciona a todos el mismo esquema. Muchos no se rigen tanto por la razón como por el placer de vencer en cualquier contienda.

El artículo en cuestión me obligaba a pensar sólo con ideas, porque de eso trataba. Mi manual con citas bíblicas para cada ocasión me servía poco. Cualquier cosa que dijera sería respondida con otra. No era ese el camino.

Creo haber estado meditando en el problema unas cinco o seis semanas. Hasta que resolví acudir a la parroquia católica que quedaba cerca de mi templo. El sacerdote del lugar se deshacía en atenciones cada vez que nos encontrábamos. La verdad es que él estuvo siempre mucho más ansioso de verme que yo de verle a él. En ocasiones nos veíamos forzados a encontrarnos en público por obligaciones propias del pueblo. Pero de ordinario no nos encontrábamos. Era lo que ahora se llama un “cura nuevo”, con una permanente guitarra en las manos y muchas ganas de acercarse a mí.

Primera confesión de mala fe

Yo aprovechaba – Dios me perdone – de sacarle afirmaciones que escandalizaban a mis feligreses. El pobre nunca entendió que el ecumenismo muchas veces sirve más para rebajar a los católicos que para acercar a los separados. Uno tiene la sensación de que si la Iglesia puede ceder en cosas tan graves y que por siglos nos separaron, entonces realmente no le importaba tanto como a nosotros, que jamás cambiaríamos una sola jota de la doctrina.

Otra cosa que solía hacer – me avergüenzo al recordarla – era tirar a mis chicos a discutir con los de la parroquia. Los pobres parroquianos se veían en serios apuros en esas ocasiones.

En el fondo yo me aprovechaba de que los chicos católicos estaban muy mal formados. Como comentábamos a sus espaldas: sólo van a la parroquia a divertirse, para repartir cosas a los pobres y para hacer ‘dinámicas de vida’, pero de doctrina y de Escrituras no saben nada.

Nos gustaba vencerlos con las cosas más tontas posibles. A veces surgían temas más sabrosos, pero con los argumentos normales bastaba para al menos hacerles callar.

Esa tarde no estaba el sacerdote de siempre. Había sido removido de la parroquia por una miseria humana comprensible en alguien tan “cálido” en su manera de ser. Cayó en las redes del demonio bajo la tentadora forma de una parroquiana, con la que ni siquiera se casó.

A cambio del párroco de siempre salió a atenderme, con una cara menos complacida, un sacerdote viejo y de mirada penetrante. Lo habían ‘castigado’ relegándolo dándole el cuidado de la parroquia de nuestro pequeño pueblecito. En los últimos treinta años la población había pasado de mayoritariamente católica a una mayoría evangélica o no practicante.

Yo generalmente acudía para refrescar mi memoria y cargarme de elementos que luego trabajaba como materia de mis prédicas, o para sondear la visión católica de alguna cosa.

El Padre M. no fue tan abierto. Me recibió con amabilidad, pero con distancia. Le planteé asuntos de interés común y me pidió tiempo para aclimatarse y enterarse del estado de la feligresía. Noté que habían sido arrancados varios de los afiches que nosotros les regalábamos cada cierto tiempo y que constituían verdaderos trofeos nuestros plantados en tierra enemiga.

En verdad quedé un poco desarmado, pero logramos charlar casi de todo. Casi… porque en doctrina comenzó él a morderme. Yo comencé a responder como de costumbre, citando con exactitud una cita bíblica tras otra, para probarle su error o mi postura.

En un aprieto que me puso, le dije: “Padre M… comencemos desde el principio” Y el varón de Dios, a quien supuse enojado conmigo, me dice: “De acuerdo: al principio era el Verbo y…”

Me largué a reír nerviosamente. Aparte de que me respondía con una frase utilizada en la Misa (al menos en la tradicional), ¡imitaba mi voz citando la Biblia!

“Pastor Boullón”, me dijo luego, “No avanzaremos mucho discutiendo con la Biblia en mano. Ya sabe usted que el Demonio fue el primero en todo crimen… y por eso también fue el primer Evangélico”.

Eso me cayó muy mal. ¡Me insultaba en la cara tratándome de demonio! Sin dejarme explicar lo que pensaba, se adelantó:

– Si… fue el primer evangélico. Recuerde que el Demonio intentó tentar a Cristo con ¡la Biblia en mano!

– Pero Cristo les respondió con la Biblia…

– Entonces usted me da la razón, Pastor… los dos argumentaron con la Biblia, sólo que Jesús la utilizó bien… y le tapó la boca.

Tomó su Biblia y me leyó lo que ya sabía: que cuando el Señor ayunaba el demonio le llevó a Jerusalén, y poniéndole en lo alto del templo le repitió el Salmo XC, II-12): “Porque escrito está que Dios mandó a sus ángeles que te guarden y lleven en sus manos para que no tropiece tu pie con alguna piedra”

Pero el Señor le respondió con Deuteronomio VI, 16: Pero también está escrito “No tentarás al Señor tu Dios”. Y el demonio se alejó confundido.

Yo también me alejé, como el demonio, confundido. Me sentía rabioso por haber sido llamado demonio, y por lo que es peor: ¡ser tratado como el demonio en el desierto!

Creo que fue la plática más saludable de mi vida.

La táctica del demonio

Llegué a casa rabioso. Me sentía humillado y triste. No era posible que la misma Biblia pruebe dos cosas distintas. Eso es una blasfemia. Forzosamente uno debe tener la razón y el otro malinterpreta. Busqué ayuda en la biblioteca que venia enriqueciendo con el tiempo. Consulté a varios autores tan ‘evangélicos’ como yo, pero de otras congregaciones. No coincidíamos en las mismas cosas, pese a que todos utilizábamos la Biblia para apoyar lo que decíamos y demostrar que los otros se equivocaban.

Me armé de fuerzas y a la primera oportunidad, caí sobre el despacho parroquial del Padre M. Me recibió tan amable como la vez pasada, sólo que esta vez su distancia la hacía menos tajante a causa de su mirada divertida y curiosa de la razón que me llevaba otra vez a su lado.

Le largué un discurso de media hora sobre la salvación por la fe y no por las obras. Concluí – creo – brillantemente con la necesidad de abandonar a la Iglesia. Y cerré tomando la Biblia del cura y le leí hechos XVI, 31: ¿Qué debo hacer para salvarme?, preguntó el carcelero. Cree en el Señor Jesús – respondió Pablo – y te salvarás tú y toda tu casa.

Bebí un sorbo del té que me había ofrecido y le miré desafiante, esperando su respuesta. Pasaron eternos minutos de silencio.

Cuando carraspeé, el sacerdote me dijo:

– “¿Continuará la lectura de San Pablo?”

– “Ya terminé, Padre M.”

– “¿Cómo que ha terminado? ¡Continúe! Vaya a 1ª Corintios, XIII, 32.

– Leí en voz alta: “Aunque tanta fuera mi fe que llegare a trasladar montañas, si me falta la caridad nada soy”

– Entonces la fe…

– La fe… la fe… la fe es lo que salva

– ¡Vaya novedad! Me dice riendo. ¡No se bien quien creó la estrategia protestante de argumentar con la Biblia, pero creo que bien pudieron ser los demonios que ahora encontraron un buen medio para salvarse.

– ¿Salvarse?

– Si.. salvarse, amigo mío. ¿Acaso no es el apóstol Santiago quien nos dice que hasta los mismos demonios creen en Dios? Y si sólo la fe salva…

– …

– No se quede en silencio, Pastor… siéntese aquí que se aliviará un poco. Si quiere seguir como el Demonio, tentándome con la Biblia, le recuerdo que ahí mismo se nos dice que esa fe no salvará a los demonios, porque “como un cuerpo sin espíritu está muerto, la fe sin obras está muerta” (c.II) Y aún así los católicos no decimos que sea sólo fe o sólo obras. Cuando al Señor se le pregunta sobre qué debemos hacer para salvarnos, Él dice “Si quieres salvarte, guarda los mandamientos” Ahí tiene usted la respuesta completa.

Me acompañó hasta la puerta y me dijo: Le dejo con dos recomendaciones. La primera es que se cuide de sus hermanos de congregación. Ya sospechan de usted por venir tan seguido. La segunda es que vuelva usted cuando me traiga alguna cita bíblica – sólo una me basta – en que se pruebe que solo debe enseñarse lo que está en la Biblia.

Caminé a casa más preocupado por los comentarios que por el desafío. Eso sería fácil.

“Sólo la Biblia”

Mientras buscaba una cita que respondiera al sacerdote, caí en cuenta de que estaba parado en el meollo del asunto que por primera vez me llevó a esa parroquia con otros ojos. “Si es sólo la Biblia”, me dije, “entonces el problema del artículo queda resuelto: se debe probar por la Biblia o no se prueba”.

Ya imaginarán ustedes el resultado. Efectivamente no encontré nada. En años de ministerio, jamás me percaté de que lo central, esto es, que sólo debe creerse y enseñarse la doctrina contenida en la Biblia, no está en la Biblia. Encontré numerosos pasajes bíblicos que le conceden la misma autoridad que a las enseñanzas escritas en la Biblia a las doctrinas transmitidas por vía oral, por tradición.

Desde este punto en adelante muchos otros cuestionamientos fueron surgiendo de la charla con el Padre M. y de la lectura de esta revista y de mucha literatura escrita con fines apologéticos.

El pago del mundo

Por un momento distraeré la atención de mis incursiones a la parroquia católica. Quizás sea porque un sacerdote es esencialmente distinto a un “Pastor” protestante, o quizás por la experiencia de distintos ordenes (confesión, dirección espiritual, etc.), el Padre M. acertó en su advertencia sobre las miradas que me dirigían mis feligreses a causa de esas visitas “no estrictamente ecuménicas”.

Yo aún no me había percatado de esa desconfianza, pero observando con mayor atención notaba reticencias, censuras y reproches indirectos. Aún la guerra no se declaraba. Sólo desconfiaban.

Me decepcioné mucho, pero no me dejé vencer por la tentación. El demonio – pensaba – me estaba tentando con Roma y para eso endurecía los corazones.

Pasada una semana de angustias, me senté con mi esposa para charlar. Necesitaba desahogarme. Me encontraba en un punto tal que no quería volver a la parroquia católica pero tampoco me sentía en paz con eso.

Después de la cena, oramos con los chicos y se fueron a dormir. Me sentí y abrí mi corazón a mi esposa. Ella había sido una amante confidente y mi compañera de penurias y alegrías. Me escuchó con atención.

Sus palabras fueron tan sencillas como su conclusión: debía alejarme inmediatamente del sacerdote católico y tratar de recuperar la confianza de mis feligreses. Eso era lo prioritario. Teníamos una obligación de fe y teníamos que mantener una familia. No se hablaría más. El caso estaba resuelto… para ella.

Traté de cumplir con todo. Ella siempre fue la sensatez y me refrenaba en las locuras. Dejar de ir a la parroquia fue más fácil para el cuerpo que para mi alma. Algo me atraía de ese ambiente, y por lo demás deseaba la compañía de ese sacerdote provocador y bonachón.

Más difícil fue ganarme la confianza de los feligreses. Me exigían como prenda evidente que atacase más que nunca a la Iglesia para demostrar públicamente que no les guardaba ninguna simpatía.

Esto me costó, pues tenía que predicar omitiendo aquellos puntos en los que difería ya de mi anterior pensamiento.

Con el tiempo, mi familia y mis feligreses me dieron vuelta sus espaldas y fue la gran cruz que tuve que soportar por amar a Cristo en Su Iglesia.

Mi querido amigo se despide

No he querido exponer aquí todas las cosas que charlamos con el buen Padre M. durante semanas y semanas. Yo le visitaba furtivamente y el me acogía con amable paternalidad. Yo daba vueltas en torno al tema e intentaba responder a las sabias preguntas con las que me desafiaba. ¡Cómo detestaba tener que darle la razón!

El tiempo me fue haciendo más perceptivo a sus sutilezas e ironías. De alguna forma misteriosa este sacerdote me tenía cautivado. Me acorralaba hasta la muerte, pero me daba siempre una salida honorable. Le gustaba desmoronar todos mis argumentos.

Su estilo era único: destrozaba mis argumentos, acusaciones y refutaciones primero desde la lógica, dándome dos posibilidades… o quedar como un tonto o verificar por mi mismo esa estupidez. Luego, y sólo luego, me invitaba a revisar el punto que yo trataba – si tenía sentido – desde el punto de vista de las Sagradas Escrituras. Supongo que uno de sus mayores puntos fuertes era su sólida cultura y su gran vida de piedad.

Recuerdo perfectamente una fría mañana cuando recibí un aviso telefónico de la parroquia. Me pedía que le visitara en un hospital de los alrededores. Sin meditar en las normas de cautela que tomaba para evitar que mis feligreses se irritaran aún más conmigo, abandoné todo y partí. Ahí me enteré del doloroso cáncer que padecía – jamás dio muestras de sufrir – y del poco tiempo que le quedaba. La cabeza me daba vueltas. Sentía dolor por la partida de quien ya consideraba un amigo.

Tomé una decisión: haría pública nuestra amistad y le visitaría a diario. Pocos días después le trasladaron, a petición suya, a su residencia.

Desde ese día le acompañé a diario. Dejé muchos compromisos de lado. La tensión comenzó a crecer hasta llegar a agresiones verbales abiertas y amenazas de quitarme el cargo y el sueldo. Mi familia estaba amenazada con la pobreza.

Fueron días de mucha angustia. Sabía que caminaba por los caminos correctos. Incluso pensaba en hacerme admitir en la Iglesia. Los temores y las dudas de antes de la internación del Padre M. se disiparon. No quería arrepentirme de mis errores ni recibir el perdón y el consuelo de nadie más. Pero la situación que me rodeaba era tan compleja que me paralizaba.

Recé muchísimo y acudí a pedir el consejo del Padre M. Él me recibió con mucha amabilidad y escuchó con atención mis problemas. Él ya los conocía. Me habló de la fortaleza de esos mártires que no tuvieron en cuenta ni la carne ni la sangre ni las riquezas, sólo amaron la verdad y dieron público testimonio de su adhesión a la fe. “Más vale entrar al Cielo siendo pobres que irse al infierno por comodidades”, sentenció.

Como adelanté al principio, reuní a mis feligreses y les hice una declaración de mi conversión. “¡El Demonio es protestante!” les dije para abrir la charla. Luego fueron abucheos y no me dejaron terminar las explicaciones.

Mas tarde reuní a mi familia y les platiqué de cada punto, y respondí a todas las objeciones de fe y de la situación. Mi esposa no discutió mucho: me expulsó de casa. Esa noche dormí acogido por el Padre M. quien me tranquilizó respecto al altercado. Desde entonces y después de pasados años de mi conversión nunca más fui admitido en casa como padre y esposo. Hoy les visito con tanta frecuencia como me permiten, pero sus corazones siguen muy endurecidos. El Padre M. tuvo muchas palabras para mí, pero las que más me llegaron fue su confesión de ofrecimiento de su vida por la salvación de mi alma… y que con gusto veía el buen negocio ya cerrado. Dios escuche las plegarias de mi buen amigo en el Cielo por mi esposa y mis seis hijos para que a su tiempo y forma vivan la vida de gracia de la santa fe

Roma… mi dulce hogar

Rogué al buen sacerdote me preparara para abjurar mis errores y ser admitido en la Iglesia. Dispuso de todo y una mañana de abril de 2001 fui recibido en el seno de la Esposa de Cristo. En junio de ese mismo año mi querido amigo entregó su alma al Señor, siendo muy llorado por todos cuantos le conocimos mejor. Le lloraron los enfermos y presos que visitaba, los niños y jóvenes de catequesis, los pobres y necesitados que consolaba, los fieles que acudían a él en busca de consejo y del perdón de Dios. En tributo a él escribo estas líneas. Mi querido sacerdote y Revista Cristiandad.org fueron mis dos grandes apoyos e impulsores tanto de mi conversión como de mi impulso apostólico al trabajar especialmente con los conversos y preparados para la conversión.

Tras su partida la parroquia fue administrada por un sacerdote más cercano al estilo del predecesor del Padre M. Yo sentí mucho esto porque con su prédica y actuar desmentía muchos de esos grandes principios eternos que había conocido y amado.

A veces me pregunto por la oportunidad de muchos cambios que se hacen más para contentar a los malos que para agradar a los buenos. Recuerdo que mi sacerdote amigo no era muy afecto a ceder ante nosotros, sino mas bien a mostrarnos todas las banderas, incluso las más radicales. Y éstas fueron, precisamente, las que más me indignaron pero a un mismo tiempo me atrajeron.

Pero persevero en el amor a la Iglesia de siempre, a esa doctrina de la que el Señor dijo que pasarían Cielo y Tierra pero que ni una sola jota sería cambiada.

Bien se por experiencia propia y por la de tantos que han compartido conmigo sus testimonios de conversión, que esos coqueteos con el error no producen conversiones. Y las pocas que se producen son de un género muy distinto – por superficiales y emocionales – de las verdaderas conversiones, esas que producen santos. La realidad es la que constataba a diario como Pastor protestante, cuando la poca preparación de los católicos y la confusión que produce el falso ecumenismo llenaban las bancas de nuestras iglesias y los bolsillos de nuestras congregaciones evangélicas. La ignorancia religiosa de los fieles es la cosa más agradecida por las sectas, porque al ser muchas veces hija de la pereza espiritual se acompaña por la pereza intelectual. Basta entonces cualquier cosa que les emocione, que les haga sentir queridos, y luego viene el sermón acostumbrado para hacerles dudar primero y luego darles respuestas rotundas. Eso los desestabiliza y luego les atrae nuestra seguridad. ¡Y luego salimos a la calle a gritar contra los dogmas!

Ahora, junto con ustedes, puedo acudir a los pies de María Santísima y pedir que por amor a la Divina Sangre de Su Hijo Amado obtenga la conversión de los paganos, de los herejes y cismáticos y que haciendo triunfar a la Iglesia sobre Sus enemigos instaure la Paz de Cristo en el Reino de Cristo.

Fuente, Cristiandad.org

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Detienen a pastor evangélico acusado de violar a un menor de 11 años

Imagen únicamente de carácter ilustrativo. Las personas que aparecen no tienen nada que ver con el caso que aquí se expone.
DETIENEN A PASTOR EVANGÉLICO ACUSADO DE VIOLAR A UN MENOR DE 11 AÑOS

Elementos policiales de Posadas, Argentina, detuvieron a un pastor evangélico después de que un menos de 11 años denunciara judicialmente haber sido agredido sexualmente por él.

La detención fue ordenada directamente por el juez de Instrucción (Fernando Verón) de la región y concretada por personal de la Comisaría de la Mujer en la residencia particular del sujeto acusado, ubicada en el barrio Villa Urquiza.

Según los denunciantes, la víctima logró contar su historia a sus padres, confesando que el miembro de la institución religiosa abusó sexualmente de él en dos ocasiones.

La denuncias también incluyen tocamientos y acoso desde antes de que se concretara la violación, por lo que el caso en contra del acusado se ha agrandado con el pasar de las horas.

Dentro de las pruebas que presentó la familia del menor, se encuentran exámenes médicos practicados sobre este, en los que se encontraron marcas y lesiones físicas que confirman la violación.

A pesar de que para el juez que lleva el caso la evidencia fue suficiente para ordenar una detención, se le realizará un juicio con las garantías que otorga la ley argentina a todos sus ciudadanos, por lo que enfrentará una audiencia para completar el caso.

Así mismo, tras saberse de la detención, surgió una presunta segunda víctima de este sujeto, que también declarará para engrosar la carpeta de investigación en su contra.

Con información de Noticieros Televisa

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Le llueven demandas y críticas al pastor evangélico que en acto fraudulento e infiel "resucito" a un hombre en Sudáfrica (video)


LE LLUEVEN DEMANDAS Y CRÍTICAS AL PASTOR EVANGÉLICO QUE EN ACTO FRAUDULENTO E INFIEL "RESUCITÓ" A UN HOMBRE EN SUDÁFRICA (VIDEO)

El supuesto milagro, ampliamente ridiculizado en la Red, ha puesto sobre la mesa la falta de regulación del negocio de las iglesias cristianas y evangélicas en África.

El video de la supuesta resurrección de un hombre a manos de un pastor religioso en Johannesburgo, Sudáfrica, ha dado de qué hablar en las redes sociales esta semana. Además de recibir burlas, el dudoso 'milagro' ha sido foco de críticas en el país. Incluso, algunas empresas funerarias han demandado al religioso y a su iglesia.

La escena ocurrió durante un sermón ofrecido por el pastor Alph Lukau, líder de la iglesia Alleluia Ministries International (AMI), que fue transmitido por su canal de YouTube el pasado 24 de febrero. En las imágenes, un hombre identificado como Elliot yace en un ataúd, rodeado de decenas de personas y algunos familiares, quienes aseguran que había fallecido tres días antes. Luego de varias oraciones, Lukau toca con sus manos al presunto difunto y este se levanta en medio de la sorpresa de todos los espectadores.

"Acto fraudulento e infiel"

La enorme difusión que alcanzó el video provocó que organismos religiosos locales se pronunciaran al respecto. La Comisión Nacional de Promoción y Protección de Comunidades Culturales, Religiosas y Lingüísticas de Sudáfrica aseguró que "no existen los milagros" de esa naturaleza. "[Estas acciones] están hechas para tratar de obtener dinero de la desesperanza de la gente. No podemos permitir que nuestra gente sea abusada de esta manera", afirmó David Mosoma, vicepresidente de la entidad.

Elly Mogodiri, un obispo sudafricano, abrió una causa penal en contra de Lukau, acusándolo de crimen organizado, fraude y tergiversación, entre otros delitos. "He visto demasiada codicia y comercialización del púlpito en la iglesia, entre otras prácticas perturbadoras. En este momento estamos presenciando un acto fraudulento e infiel", afirmó.

Por otro lado, tres funerarias también han demandado al pastor, argumentando que fueron engañadas porque prestaron sus servicios y sus productos durante la ceremonia, sin saber de qué se trataba. De acuerdo con los querellantes, este incidente ha causado un "daño irreparable" a la reputación de sus empresas, recoge The South African.

Milagro a medias

Lukau no se ha pronunciado hasta al momento. No obstante, la AMI se defendió diciendo que el hombre aparentemente muerto "estaba vivo" cuando fue trasladado hasta el pastor, quien solo "completó el milagro que Dios ya había comenzado", subraya The Sowetan.

Sin duda, el incidente ha puesto sobre la mesa la falta de regulación del negocio de las iglesias cristianas y evangélicas en África. Sin embargo, el tema fue ridiculizado en la Red y sirvió para que los usuarios sudafricanos llenaran de memes las redes sociales bajo el 'hashtag' #ResurrectionChallenge, en un intento por recrear el truco.



Fuente, RT

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Facebook cierra página de pastor evangélico que ofende a la Virgen de Guadalupe


FACEBOOK CIERRA PÁGINA DE PASTOR EVANGÉLICO QUE OFENDIÓ A LA VIRGEN DE GUADALUPE
Por Adrián Castro

Facebook ha cerrado la página de Hugo Albornoz, el pastor evangélico que ofendió a los católicos burlándose de una imagen de la Virgen de Guadalupe.


Como muchos recordarán, Hugo Albornoz transmitió en vivo una “predicación” en la que no tuvo mejor idea que colgar del cuello una imagen de la Virgen de Guadalupe, pisarla y finalmente romperla mientras ofendía la fe de los católicos.


Como era de esperar, su video fue masivamente denunciado por “incitar al odio” y en cuestión de horas Facebook no solamente eliminó su video, sino que cerró su página, aunque según afirma Albornoz esta solo permanecerá deshabilitada por 7 días.

Ante esto, Hugo Albornoz ha creado una página de respaldo llamada “Pastor Hugo Albornoz” en donde seguirá subiendo videos de sus prédicas.

Albornoz es famoso en las redes sociales en las que ha ganado fama y notoriedad a pesar de su nula preparación en materia bíblica y sus escasos conocimientos teológicos, mismos que compensa con críticas e insultos a la fe católica, gracias a lo cual ha ganado miles de seguidores.

Esperemos que el castigo aparentemente temporal de Facebook haga reflexionar a Albornoz de sus acciones.


Sirva la lección también a los cristianos católicos para denunciar los insultos a nuestra fe, pues continuamente debemos soportar la insolencia en nombre de la tolerancia, porque una cosa es combatir ideas y otra muy diferente fomentar el odio y la burla hacia otros credos distintos al nuestro.

Exhortamos también a nuestros hermanos católicos que se han dejado enganchar en el juego del señor Albornoz, a no devolver sus insultos hacia nosotros insultándolo a su vez con groserías, apodos, memes etcétera. Eso no es de un buen cristiano y sólo genera más odio hacia ambos lados. Recordemos las palabras de Nuestro Señor Jesucristo:

Lucas 6,28
bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen.


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Carta a mi yerno evangélico


CARTA A MI YERNO EVANGÉLICO

“Voy a tomarme el atrevimiento de exponerte porqué mi esposo y yo desearíamos entregarte a nuestra hija en la Iglesia Católica. Al mismo tiempo, para que nos permitas explicarte por qué no es lo mismo la Iglesia Católica que cualquiera otra”.


Dios te bendiga. Antes que todo, quiero agradecer tu franqueza al expresar tus preferencias y reservas religiosas. Escribir es tan bueno, porque puede uno expresarse con sinceridad y vaciar en el papel lo que está contenido en el corazón y que ya no se quiere mantener ahí. Precisamente esa es la razón por la que también he querido hacer lo mismo.

Gracias a todo esto que ustedes están viviendo, yo también he sido inquietada a indagar más acerca de mi propia fe cristiana. Te pido perdón por lo tarde de mi respuesta, pero quise hacerla con mucha calma y asegurarme de no dejar en el tintero lo que deseaba expresar.

Con relación a tu carta, personalmente no me parece que lo que esté en conflicto sea tu religión o tus creencias, sino la actitud que has adoptado ante la posibilidad expresa de que mi Hija se una a ti en el sacramento del matrimonio por la Iglesia Católica. Aunque no entiendas lo que es un Sacramento, sé que conoces que casarse por la Iglesia Católica no obliga al cónyuge no-católico a cambiar de iglesia ni de religión; tu no pierdes nada (el compromiso solamente consiste en aceptar que los hijos procreados entre ustedes sean educados en la fe católica).

Por otro lado, de no casarse por la Iglesia Católica, Mi Hija Si pierde el poder participar del sacramento de la eucaristía (Comunión) y de la reconciliación (confesión). Ojalá algún día pudieras comprender nuestra fe (aunque no te convirtieras a ella), para que jamás seas piedra de tropiezo en el camino de alguien. Si Mi Hija no es obstáculo en tu salvación, ¿porqué insistes en serlo en el de ella? Ella, que no profesa tu doctrina, participa contigo sin inconvenientes de un culto no-católico; sin embargo, tú jamás has hecho lo mismo con ella de acompañarla a la Santa Eucaristía. No entiendo.

Date cuenta, querido mío, que tu sigues tu conciencia de querer seguir tu tradición pentecostal y ella también quisiera hacer lo propio de seguir el Evangelio completo dado por Jesucristo. Las diferencias de fe entre nosotras y tú no son reconciliables, lamentablemente. Y aunque personalmente conozco una pareja de credo mixto casada por la Iglesia Católica, son personas de mucha madurez emocional y espiritual. Lo que yo veo en ustedes, es que: (1) Mi Hija, católica sólo de tradición, desconociendo a fondo su propia fe y deseando ardientemente aprenderla, no desea imposición de nadie sobre el tema en este momento, y (2) Tú con una idea prejuiciada sobre nuestra fe, tan equivocado que no me parece que vaya a ser posible cambiarte el chip de programación (a menos que sea un trabajo directo del Espíritu Santo).

Para un católico que vive auténticamente su fe cristiana, su fuente primordial de gracia santificante es la Comunión con Cristo recibiendo su cuerpo y sangre en la santa Misa tal como él la estipuló.(Jn 6,48; Jn 6,54: Lc 22,19: Hech 2,42;1 Cor 10,16-17; 1 Cor 11,23, mas explicación sobre todo ello tu sabes que puedes leerla en www.defiendetufe.org ) Lamentablemente, ni lo entiendes ni te importa pues aunque estés apartando a tu novia de esa fuente, insistes en encontrar un punto medio sobre este sacramento en cualquier iglesia protestante-pentecostal, cuando eso no existe. Puedo entender que te aferres a tu posición por querer ser fiel a tu doctrina, pero si con ello no estás comprometiendo tu alma, ¿de qué estamos hablando? Señalas en tu carta por prejuiciar contra los pentecostales y tu anti-catolicismo es mucho más marcado aún.

Mira querido yerno, siempre he insistido con Mi Hija que el noviazgo es una etapa para descubrirse; desviarse de esa fase es dejarse llevar por la pasión, cubriendo los defectos que deben ser identificados, planteados y resueltos desde el principio.

Dices en tu carta que enfatizas en las cosas que ustedes profesan juntos ya que eso los enriquece, pero que las cosas que los separa las dejas a un lado porque no edifican. Una persona madura, con entendimiento y dirigida por el Espíritu Santo como mencionas que ustedes son, reconocería que en lo primero que tienen que trabajar es con todo aquello que los separa pues, de lo contrario, esas mismas cosas los podría DESTRUIR más tarde.

Nadie tiene derecho de obligar a nadie a casarse por la iglesia que no quiera, pero como me consta por Mi Hija que has buscado alternativas para evitar que la boda tenga que ser por la nuestra, voy a tomarme el atrevimiento de exponerte porqué mi esposo y yo desearíamos entregarte a nuestra hija en la Iglesia Católica. Al mismo tiempo, para que nos permitas exponerte por qué no es lo mismo la Iglesia Católica que cualquiera otra:

Me parece que el fondo de todo esto es que, según tus creencias religiosas, para ti puede haber Cristo sin que tenga que haber una iglesia visible, sin un cuerpo de creyentes constatable a los que podamos señalar para corroborar datos acerca de Él. En otras palabras, (con el mayor de los respetos que me merece un hombre tan inteligente como tú), la dificultad está en una deficiencia eclesiológica de tu parte. Por eso, cualquiera que oye esta opinión antieclesiológica (que gusta mucho hoy en día, por lo atractivo que pudiera ser una religión sin criterio fijo de autoridad), se siente atraído por lo sencillo y manejable del argumento "sólo Cristo salva. la Iglesia no importa " . Pero la verdad es que ese argumento no es sino una verdad a medias. No es que estés completamente equivocado, es que te falta un poco más de camino bíblico por recorrer.

Jesucristo fundó una sola Iglesia (en singular). “y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia“, (Mt 16, 18). Pero no se trata sólo de que edificara, estableciera o fundara una iglesia nada más, sino de todo el contenido salvador que ella encierra. Mateo usa la palabra "ekklesía", de la que proviene la nuestra: "iglesia". Mateo traduce también el término hebreo "asamblea", que en el AT se traduce por "congregación", para designar al pueblo elegido por Dios. Cuando Mateo escoge ese término, él designa la comunidad mesiánica y al usarlo paralelamente con "Reino de los Cielos", indica que la comunidad donde reinará el Hijo de David comenzará ya en la tierra como una sociedad organizada. Para interpretar ese texto es necesario entenderlo en su perspectiva judía de pueblo específico, reino geográfico, asamblea de hombres y mujeres concretos. La asamblea del Antiguo Pacto se re-constituye en Cristo, como un redil junto con los gentiles y de ahí surge el único rebaño de Dios (Jn 10, 16): "y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor".

Tanto así, que el Nuevo Testamento no repara en reconocer la importancia de esa Iglesia establecida por el Señor, por ejemplo:

Ø Los seguidores de Cristo son uno con él (Gal 3, 27-28)

Ø La Iglesia es la plenitud de Cristo (Ef 1, 22-23)

Ø El Señor comparte su gloria con la Iglesia (¡ !) (Jn 17, 22)

Ø A él se le da gloria en la Iglesia (Ef 3, 21)

Ø La Iglesia sobrevive a los poderes del infierno (Mt 16, 18)

Ø La columna y fundamento de la verdad es la Iglesia (1Tim 3, 15)

Ø La Iglesia es el cuerpo de Cristo (1 Co 12, 12-29)

Ø Cristo organiza y da cohesión a su cuerpo (Ef 4, 16)

Ø La Iglesia es la Esposa de Cristo por ende inseparable de Èl (Ef 5,25; Mt19,5-6)

Como ves, aquí hay más diferencias entre nosotras y tú de las que yo quisiera admitir, porque si bien podrías estar de acuerdo con estos elementos de establecimiento y unidad, tú prefieres enfatizar el aspecto espiritual, invisible, cósmico; pero para nosotras estos aspectos, que son muy ciertos, tienen que tener una constancia física, corroborable, que se pueda afirmar como un punto de referencia. Esto significa que la Iglesia es visible. Tiene que serlo para que halla un punto de referencia sobre una misma verdad y norma de vida para cuando el Señor no esté presente físicamente (Mt 28, 20; Jn 16, 13; 21, 25; Hch 2, 42).

Creemos que es así porque no todo puede estar en un libro (Jn 21, 25), y este hecho es el que da margen a la diversidad de interpretaciones de la Biblia. Tal y como pasa con la Constitución de cualquier país, cuando no habla explícitamente sobre algún caso a resolverse, entonces tiene que intervenir la interpretación de una autoridad formal (Ej., Corte Suprema). Eso mismo pasa con los grupos religiosos y la Biblia. Y aunque esto se puede entender, el problema consiste en que a veces no están conscientes de que funcionan como un magisterio eclesiástico. Tal parece que no es absolutamente posible depender de un libro y entonces es cuando reconocemos que hace falta el Espíritu. En los capítulos 14 al 16 de San Juan se nos promete un Espíritu que va a acompañar a los seguidores de Jesús cuando éste no esté. En Juan 15, 26, dice que el Espíritu dará testimonio de Jesús. En Juan 14, 26, dice que el Espíritu es un acompañante que les enseñará todo acerca del Señor. En Juan 16, 13, dice que el Espíritu guiará a los seguidores de Jesús a la verdad completa. Pero si Jesús estaba con ellos y les había enseñado ya lo que quería que escribiesen 30 años más tarde, ¿no estaban esas cosas resueltas? NO. Jesús quería seguir revelándose a ellos (la Iglesia) y por eso en Mt 28, 20, y en Mt 10, 40, así como en Lc 10, 16, el Señor es capaz de decir "el que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió".

En el Nuevo Testamento contemplamos una misma Iglesia con un mismo Espíritu enseñando una misma verdad. Para los apóstoles esto era importante, porque cualquier error en la fe y la doctrina terminaba apartando a los fieles de Cristo mismo (1Jn 4, 1-6; 2Jn, 7-12; Jd 3, 16, etc.). De ahí que afirmamos una Iglesia Apostólica (Hch 2, 42; Jn 20, 21; 15, 16; Lc 22, 29-30; Mt 16, 18; Jn 10, 16; Lc 22, 32; Jn 21, 17), con autoridad (Mt 28, 8-20; Jn 20, 23; Lc 10, 16; Mt 28, 20), (perpetua( (Is 9, 6-7; Dn 2, 44; Dn 7, 14; Lc 1, 32-33; Mt 7, 23; Mt 13, 24-30; Mt 16, 18; Jn 14, 16; Mt 28, 19-20), (infalible (Jn 16, 13; Jn 14, 26; 1Tim 3, 15; 1Jn 2, 27; Hch 15, 28; Mt 16, 19). Y en adición a esto, ese Espíritu debe referirnos a una unidad completa que testifique la verdad acerca de Jesús. Te invito a que te refieras al pasaje de San Juan 17, 18-26, el cual es sumamente importante de la Biblia. Se trata de una conversación dentro del ser mismo de Dios; la segunda persona de la Santísima Trinidad le habla a la primera persona de esa misma Esencia divina.

El Señor ruega porque su Iglesia permanezca unida y pide una unidad semejante a la que existe entre él y el Padre, con el propósito de que el mundo crea en él (Jesús). ¿Ves que es necesario que el mundo vea el testimonio corroborable de un cuerpo de creyentes unido, como condición necesaria para que haya fe? La visibilidad de la Iglesia fue mandada y querida por Cristo (vv. 21 y 23). Discúlpame, pero tú creencia, al igual que la de muchos hermanos evangélicos, de que la Iglesia no sirve y da lo mismo pertenecer a cualquiera no es bíblica y por ello no es compatible con la Palabra de Dios.

En segundo lugar, la Iglesia es necesaria como punto de referencia por su apostolicidad. En el libro de los Hechos vemos como la Iglesia primitiva perseveraba todos los días en la doctrina de los apóstoles (Hch 2, 42). En el capítulo 5 se afirma que mentirle a un apóstol es mentirle al Espíritu Santo (vers 9); y en el capítulo 6 son los apóstoles los que tuvieron que poner el orden en la iglesia. Refiérete a la controversia que se plantea en el capítulo 15, en donde a Pablo y a Bernabé se les presenta un gran problema doctrinal… ¿y cómo lo resolvieron? Ellos no abrieron la Biblia para encontrar la solución, ellos se refirieron a los Apóstoles y celebraron en Jerusalén el primer concilio de la Iglesia, y la resolución de ellos fue como un dictamen del Espíritu Santo (versículo 28). Porque el criterio de autoridad en el Nuevo Testamento es apostólico.

En el mundo religioso de hoy día, la Iglesia es necesaria. Con sobre 30,000 denominaciones cristianas que existen actualmente, muchas de ellas enseñando "verdades" contradictorias entre sí, argumentando basarse en la misma Escritura y en un mismo Espíritu, no pueden ser la verdad de Jesús (Ef 4, 1-6; Jn 14, 26; 15, 26; 16, 13; 17, 26).

Mi Hija y yo estamos convencidas de que la evidencia bíblica, el sentido común y la historia nos señalan a la Iglesia Católica como la única y verdadera Iglesia de Cristo. De hecho, ningún hermano no-católico podría negar que la Iglesia Católica se mantuvo diciendo y estableciendo la verdad, aún después de sus consabidas dificultades con el Imperio Romano desde el Siglo IV, sobre la Trinidad (Nicea 325), la personalidad Divina de Cristo (Éfeso 431), la Divinidad del Espíritu Santo (Constantinopla 381) y hasta el canon bíblico (Cartago 493 y Roma 497). En adición, todas estas verdades contradicen la hipótesis anti-católica de la corrupción de la Iglesia por Constantino y el Edicto de Milán del 313. Si la Iglesia hubiera apostatado, como ustedes lo afirman, entonces la Biblia que ustedes usan NO tiene valor pues fue esa misma Iglesia católica quien en ese tiempo decidió cuales libros eran Palabra de Dios.

Y aquí nos encontramos mi hija y yo en este momento en el que nos batimos con un joven al que queremos tanto, y nos cuestionamos muchas cosas. Te darás cuenta, amado mío, después de repasar estas líneas, de que estamos conscientes de la necesidad de la Iglesia y de que la amamos profundamente porque creemos en el misterio del cuerpo de cristo, que nos comunica toda la Biblia. Hubiéramos preferido otra realidad, pero el Señor lo dispuso así. Hay cosas que nunca comprenderemos del todo, como por ejemplo, ¿porqué el Señor señaló a Pedro como el primero (para mí Juan era mejor)? ¿porqué escogió a Judas Iscariote como tesorero, si de seguro Mateo (que era contable profesional) le hubiese resultado mejor? ¿porqué no hizo que la Biblia fuera suficiente ? ¿porqué no se limitó a poner sólo gente santa y perfecta en la jerarquía de la Iglesia Católico para hacernos el trago menos amargo? Sólo se me ocurre una respuesta a estas preguntas: EL ES EL SEÑOR.

Todo lo que te he escrito anteriormente es para que entiendas porqué para nosotros no es lo mismo entregarte a Mi Hija en cualquier otra iglesia. No podemos desvincular a Cristo, la fe, la salvación y a mi familia de la Iglesia. Es entendible que un no-católico piense que hay posibilidad de opciones en cualquier otra Iglesia, pues tienen un criterio de autoridad que no es fijo. Pero nosotros, sí lo tenemos. Por eso creemos que nos jugamos la vida eterna si claudicamos elementos de fe que estamos seguras que son inseparables del misterio-Iglesia que te he tratado de explicar aquí. Por eso, no es posible para nosotros reconocerle a otro grupo, que no podamos identificar con esta Iglesia, los poderes que creemos Jesús le delegó a una sola iglesia, unida, visible y necesaria. Por ejemplo, el milagro de la presencia real-sacramental en la Eucaristía (milagro éste que las Iglesias pentecostales no creen); el poder para perdonar pecados que Jesús delegó a sus apóstoles (Jn 20, 22-23); o el celibato por amor al reino de los cielos (Mt 19, 12), etc. etc. etc.

Estimado yerno, espero que la carta que te he escrito sirva para que veas nuestros puntos de peso (aunque no estés de acuerdo, ni los aceptes; no es mi interés imponer el Evangelio completo a quien amo intensamente y a quien respeto sus creencias y preferencias teológicas. Eso es obra del Espíritu en el corazón humilde que le acepte De corazón te doy las gracias por esta oportunidad de crecer en la fe junto a ti. Espero que continuemos en este proceso de crecimiento y que pueda repercutir en un sano y verdadero desarrollo espiritual de todos. Por favor, permítenos dialogar contigo; déjanos demostrarte que habemos Católicos despiertos, viviendo una vida cristiana plena en Cristo hoy, pero te suplico recuerdes que para nosotros, como cristianos que somos, nos es imposible entender a Cristo fuera de la Iglesia que él mismo nos dejó y que fue comprada con su propia sangre(Ef 5,25): La Católica.

Recibe un beso y un abrazo y que Dios te bendiga. Con todo mi amor, Tu suegra

Los nombres se han omitido o cambiado por respeto a los involucrados. (La autora de esta carta es actualmente Misionera de la Palabra de Dios). La información que ella comparte en su carta y otros temas de defensa de la fe la puedes encontrar en www.defiendetufe.org

Este artículo fue publicado originalmente por nuestros aliados y amigos:

http://es.catholic.net/op/articulos/1928/cat/8/carta-a-mi-yerno-evangelico.html

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