En el espectro del protestantismo (o de los 'protestantismos', en plural) hay, desde "pastores" autonombrados, que ellos a sí mismos se dieron su "ministerio" y abrieron su "iglesia", hasta hombres realmente serios, estudiosos, que aunque en muchos puntos podamos no estar de acuerdo con ellos y un buen número de enseñanzas doctrinales nos separen, no nos impide reconocer sus gestos de genuina honestidad, al apreciar que no recurren a cubrir información que pueda de alguna forma dar la razón a lo que la Iglesia católica defiende, este es el caso del pastor Yattenciy Bonilla, un investigador y estudioso de las Sagradas Escrituras, de su historia, de su formación y de su uso eclesiástico.
En este fragmento, que forma parte de una conferencia dada por Yattenciy en un seminario evangélico en México, el pastor de origen colombiano pero radicado en Ecuador, demuestra que los primeros cristianos del siglo I usaban la versión conocido como la Septuaginta, versión de la Escrituras judías (lo que para nosotros los cristianos es el Antiguo Testamento) en lengua griega, la cual contiene los libros llamados "deuterocanónicos" (I y II de Macabeos, Judit, Tobías, Eclesiástico, Sabiduría, y agregados a los libros de Ester y Daniel), de los cuales carecen las Biblias protestantes.
Yattenciy demuestra que la razón por la cual los judíos de Palestina reunidos en Yamnia a finales del siglo I, rechazaron los libros deuterocanónicos en el canon de las Escrituras judías fue para pelear con los cristianos, es decir, para oponerse a la Iglesia de Cristo que reconocía y aceptaba estos libros.
Bonilla apunta con precisión que en Yamnia los judíos decidieron decretar que ningún documento escrito en lengua griega podía ser catalogado como inspirado por Dios y con esta excusa retiraron los libros que usaban los cristianos y que habían sido originalmente escritos en griego. Y aunque Yattenciy no lo menciona, esto implica que como consecuencia lógica, los judíos de Yamnia rechazaban absolutamente todo el Nuevo Testamento, que estaba escrito en griego. Nosotros diríamos que posiblemente esa fue la principal intención al tomar la decisión, invalidar el Nuevo Testamento que nos habla de Jesucristo, el cual no aceptaban, apelando a un supuesto criterio de que Dios solo inspiraba textos en hebreo, y así quedaron invalidados también los deuterocanónicos.
Por tanto nos parece totalmente inconcebible y desatinado que el protestantismo siga rechazando los libros deuterocanónicos de la Septuaginta como parte del canon de la Biblia amparándose en la resolución y la opinión de un grupo judío de finales del siglo I que rechazaba a Jesucristo, y que combatía y negaba a Su Iglesia.
Los dejamos con los comentarios de Yattenciy Bonilla: