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¿Puede un laico dar la homilía en la Misa?

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La cuestión de si un laico puede dar la homilía en la Misa es un tema que ha sido objeto de debate y clarificación a lo largo de la historia de la Iglesia.

Para comprender mejor esta cuestión, es importante recordar que la homilía es una parte integral de la Liturgia de la Palabra en la Misa. Durante la homilía, el sacerdote o el diácono, que han recibido el sacramento del Orden Sagrado, tienen la tarea de explicar y aplicar las enseñanzas de las lecturas bíblicas al contexto actual de la vida de los fieles. La homilía tiene como objetivo principal instruir, exhortar y animar a los fieles a vivir su fe de manera más profunda y auténtica.

La autoridad para predicar en la Misa se deriva del sacramento del Orden Sagrado. El sacerdote o diácono, por su ordenación, reciben una gracia especial que los capacita para enseñar y guiar al pueblo de Dios. Esto se basa en el mandato de Jesús a sus apóstoles cuando les dijo: "Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado" (Mateo 28,19-20).

El Catecismo de la Iglesia Católica también aborda este tema. En el número 767, se afirma que "la misión de enseñar a los fieles incumbe en primer lugar a los obispos, asistidos por los presbíteros, en colaboración con los diáconos". Además, el Catecismo establece que "los laicos pueden también ser llamados en ayuda de los pastores como colaboradores suyos" (CCC 900). Sin embargo, esta colaboración no implica necesariamente la predicación en la Misa.

Ahora bien, es importante destacar que hay situaciones en las que se permite a un laico dar una breve exhortación o testimonio después de la homilía. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en ocasiones especiales como retiros espirituales, encuentros parroquiales o celebraciones litúrgicas específicas. Estas intervenciones, sin embargo, deben estar en consonancia con la enseñanza de la Iglesia y ser aprobadas por el sacerdote o el obispo responsable.

En cuanto a las referencias bíblicas pertinentes a este tema, encontramos ejemplos claros de cómo Jesús eligió y envió a sus apóstoles para predicar y enseñar en su nombre. En Marcos 3,14, leemos: "Y estableció a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar". Además, en Lucas 10,16, Jesús dice a sus discípulos: "El que a vosotros escucha, a mí me escucha; el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió".

Estas palabras de Jesús indican claramente que la predicación y la enseñanza están reservadas para aquellos que han sido enviados y autorizados por Él a través del sacramento del Orden Sagrado. El sacerdote o diácono, en virtud de su ordenación, actúa en persona Christi (en la persona de Cristo) durante la celebración de la Misa, y esto incluye la responsabilidad de impartir la homilía.

Además, la tradición de la Iglesia también respalda esta enseñanza. Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia y los documentos litúrgicos han dejado claro que la predicación en la Misa es una función reservada al clero ordenado. Esto se debe a la importancia teológica y sacramental del sacramento del Orden Sagrado, que confiere una gracia especial para cumplir esta tarea específica. 

En resumen, según la Sagrada Escritura, el Catecismo de la Iglesia Católica y la tradición de la Iglesia, la homilía en la Misa es una función reservada al sacerdote o al diácono. Si bien los laicos tienen un papel importante en la vida de la Iglesia y pueden colaborar con los pastores en diversas formas, la predicación en la Misa está reservada a aquellos que han sido ordenados para este ministerio.

Es fundamental que los fieles comprendan y aprecien el significado y el valor de la homilía como un medio a través del cual recibimos enseñanzas espirituales y guía pastoral. Al mismo tiempo, es importante que los sacerdotes y diáconos se esfuercen por ofrecer homilías claras, relevantes y bien preparadas, que ayuden a los fieles a crecer en su fe y a vivir de acuerdo con el Evangelio.

En última instancia, la Misa es un encuentro sagrado con Dios y una oportunidad para recibir su gracia a través de los sacramentos y la Palabra de Dios. Cada uno de nosotros, tanto clérigos como laicos, tiene un papel importante que desempeñar en la vida de la Iglesia y en la misión de llevar el Evangelio al mundo. Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en nuestro camino de fe, para que podamos cumplir fielmente nuestra vocación y servir a Dios y a nuestros hermanos y hermanas con amor y dedicación.

Autor: Padre Ignacio Andrade. 

Más escándalos en la Iglesia alemana: ¡Mujer predica la Homilía durante la Misa!

 




Los adalides del ‘camino sinodal alemán’ no quieren dejar ‘títere con cabeza’. Van por todo. De frente y de costado.

Desde el año pasado, la Asociación Alemana de Mujeres Católicas (KFD por sus siglas en alemán) está promoviendo que le sea permitido a los laicos – y particularmente a mujeres – la predicación de homilías en misas católicas, y el pasado lunes lo han conseguido. 

Un año atrás exactamente convocaron el ‘Día Nacional de Predicadoras’, en el cual doce mujeres realizaron ‘sermones’ en doce localidades alemanas. “12 mujeres. 12 plazas. 12 sermones” era el lema de esta jornada. Pero por ocasión de la pandemia, los planes de esa Asociación no se realizaron tal como querían en el 2020.

La idea era que al mismo tiempo que se realizaban celebraciones eucarísticas en iglesias católicas, mujeres estuviesen predicando como si lo estuvieran haciendo una misa.

Pero esta vez han dado un paso importante en sus planes, pues el pasado lunes una mujer se encargó de llevar a cabo la predicación de la homilía durante la celebración de la Eucaristía en la parroquia San Maximiliano de Düsseldorf.

Ulrike Göken Huismann defiende el derecho de las mujeres a predicar durante la Misa y afirma que los apóstoles no solo eran hombres, sino que en la Iglesia primitiva muchas mujeres predicaron, aunque el papel de los hombres fue el que quedó plasmado en los evangelios.

Algo de normatividad

Como se sabe, el canon 766 del código canónico establece que “los laicos pueden ser admitidos a predicar en una iglesia u oratorio, si en determinadas circunstancias hay necesidad de ello”, pero en el canon 767 se expresa que “la homilía, que es parte de la misma liturgia”, “está reservada al sacerdote o al diácono”. Es decir, se “distingue entre homilía durante la Misa y fuera de la Misa. La 1ª está reservada a los ministros sagrados; la 2.ª puede ser pronunciada por fieles no ordenados”. (1) Y esto es justamente lo que quieren cambiar estas mujeres católicas alemanas.

No obstante, es cierto que no son solo las mujeres, sino también diversos hombres, quienes respaldan esa exigencia, en contravía a lo dispuesto por el derecho de la Iglesia, algo que de hecho ya no extraña en el seno de la pre-cismática Iglesia alemana: Después de que en más de 100 iglesias católicas en Alemania se ‘bendijeran’ parejas homosexuales el pasado 9 y 10 de mayo, cualquier cosa puede pasar.

Noticiaba ayer La Croix, que Ulrike Göken Huismann, directora de KFD y teóloga de 59 años, predicó el pasado lunes 17 de mayo durante una eucaristía celebrada en la iglesia San Maximiliano de Düsseldorf, en el marco de su celebración del “Día Nacional de Predicadoras”. La nota no deja claro si esto ocurrió así en otras iglesias, pero no sería de extrañar.

“También considero que es una contribución del KFD al camino sinodal alemán: el levantamiento de la prohibición de las mujeres laicas predicar en la Eucaristía sería un pequeño pero importante paso hacia la necesaria renovación de la Iglesia”, había ya declarado Ulrike: Lo dicho, van por todo, no solo por los pequeños pasos.

¿Fue "fría" la homilía de Francisco en el funeral de Benedicto XVI, como aseguran los críticos?


Apenas terminado el funeral por el Papa emérito, presidido por el Papa Francisco el pasado jueves, 5 de enero, comenzaron a circular comentarios sobre la supuesta frialdad de la homilía pronunciada por Jorge Mario Bergoglio, en un nuevo intento de remarcar las diferencias entre ambos, y también la diferencia con la que había pronunciado el propio Joseph Ratzinger cuando ofició las exequias por Juan Pablo II, en 2005.

Obispos españoles presentes en la sencilla y sobria ceremonia, expresamente pedida por el difunto Papa emérito, salen al paso de estas interesadas consideraciones, subrayando que el funeral "ha sido digno y profundo", como reconoce el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, o que la norma obliga a los sacerdotes a no hacer en las misas de funeral "un panegírico", un discurso en el que se alaba a una persona, como señala Ángel Cordovilla.

"Hay elogios a su predecesor, pero no excesivos porque, como se enseña, en la liturgiano se debe hacer un panegírico del difunto sino un elogio contenido. Francisco ha hablado de esa sabiduría, delicadeza y entrega con la que Benedicto estuvo toda su vida siendo un servidor del Señor", ha destacado el profesor de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, Ángel Cordovilla, en declaraciones a Europa Press.

 Ángel Cordovilla: "Si lo escuchara Benedicto XVI, sería el mayor elogio"

En todo caso, ha subrayado que "el elogio está, pero es sobrio y contenido". De hecho, ha puesto de relieve que Francisco ha hecho a Benedicto XVI la alabanza más grande que se puede hacer a un cristiano: decir que uno hace presente la entrega de Cristo. "Si lo escuchara Benedicto XVI, sería el mayor elogio", ha apostillado.

También considera un "elogio incondicional" que Bergoglio haya citado en la homilía hasta en cuatro ocasiones a su predecesor, "cuatro textos fundamentales", entre ellos, la homilía de inicio del pontificado de Ratzinger.

En cuanto a los gritos de 'Santo súbito' que se han escuchado al finalizar la misa de funeral, un mensaje que también se ha visto en alguna pancarta en la Plaza de San Pedro, el experto ha mostrado su "reserva" con el hecho de que los papas sean canonizados "de una manera tan inmediata" y se ha mostrado partidario de "poner un poco de distancia y de tiempo"

"No quito nada a la sabiduría, entrega y vida de santidad que ha tenido Benedicto XVI, creo que todo el mundo reconoce claramente su magisterio como de gran luminosidad y sabiduría, pero sería más partidario de dejar un tiempo. No me parece del todo adecuado que la Iglesia, de manera constante, vaya canonizando a sus pontífices de una manera tan inmediata", ha explicado el profesor de Comillas.

En este sentido, ha sugerido "dejar que el tiempo ponga la luz necesaria para juzgar con una perspectiva más histórica sobre qué figuras de santidad se quiere poner de relieve" y no canonizar inmediatamente porque "podría dar la impresión de que es una especie de autoafirmación".

El cardenal Omella, por su parte, ha resaltado la sobriedad de la ceremonia y lo apropiado de la liturgia, en un papa que prestaba especial atención al significado profundo de la liturgia. Así, en declaraciones a Europa Press, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ha subrayado que el funeral "ha sido digno y profundo". "Un entierro no es para ir lanzando cohetes, sino para ir interiorizando el gran misterio de la resurrección de Jesús".

En este sentido, ha afirmado que "ha sido un contexto realmente orante". "Era lo que siempre pedía Benedicto XVI, que la liturgia nos lleve al misterio, no sea folclore. Y aquí hemos vivido el misterio de Cristo, expresado en una liturgia, que Ratzinger amaba tanto. Respetuosa, profunda y con símbolos", ha añadido. El cardenal Omella ha destacado de las palabras del papa Francisco que "ha situado en el camino que era el de Benedicto". "Vamos camino a la casa del Padre, somos testigos...

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