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¿Por qué los judíos no creen en el diablo?

 

Qué interesante pregunta, y me alegra que la hagas. Este es un tema que puede parecer un poco complejo, pero voy a intentar explicarlo de la manera más clara y amena posible. 

La Perspectiva Judía sobre el Diablo

Primero, hay que entender que el concepto de "diablo" como lo conocemos en el cristianismo no es exactamente el mismo en el judaísmo. En el cristianismo, el diablo es visto como una entidad maligna, una figura que personifica el mal y se opone directamente a Dios. Sin embargo, en el judaísmo, la percepción es bastante diferente y tiene matices que son importantes de comprender.

Satan en el Judaísmo

En el judaísmo, el término "Satanás" (o "Ha-Satan" en hebreo) aparece en las Escrituras, pero su papel y naturaleza son distintos. La palabra "satanás" significa "adversario" o "acusador". En el Antiguo Testamento, Satanás aparece, por ejemplo, en el libro de Job. Aquí, Satanás actúa como un fiscal en la corte celestial, poniendo a prueba la fe y la rectitud de Job con el permiso de Dios (Job 1,6-12). No es un enemigo de Dios en el sentido absoluto, sino un agente que cumple una función específica dentro del orden divino.

El Monoteísmo Estricto

El judaísmo es extremadamente monoteísta. Los judíos creen en un solo Dios, omnipotente y omnipresente, sin rivales que le puedan hacer sombra. Esta creencia no deja mucho espacio para un ser maligno con poder independiente que se oponga a Dios. En cambio, cualquier mal que ocurra se entiende dentro del contexto del plan divino, incluso si no es completamente comprensible para los seres humanos.

La Evolución del Concepto

A lo largo de los siglos, la figura de Satanás en el judaísmo ha evolucionado, pero siempre dentro de los límites de la creencia en un solo Dios todopoderoso. No existe un "diablo" en el sentido cristiano de un ser rebelde y caído que se opone a Dios y lidera una lucha cósmica entre el bien y el mal.

Textos Bíblicos y Catecismo

Para respaldar esto con citas bíblicas, podemos ver lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) sobre Satanás y los demonios. El CIC, en el párrafo 391, explica que Satanás y los otros demonios fueron ángeles creados buenos por Dios, pero que "se convirtieron en malos por su propia elección libre y radical." Esto es un desarrollo posterior en la tradición cristiana que no se encuentra de la misma manera en el judaísmo.

En el Antiguo Testamento, el papel de Satanás está más alineado con lo que ya mencioné. En Zacarías 3,1-2, por ejemplo, Satanás aparece nuevamente como un acusador. "Y me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel del Señor, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle." Aquí, Satanás no es un rebelde fuera del control de Dios, sino alguien que actúa en el marco del orden divino.

La Influencia de Otras Culturas

Otro aspecto interesante es que algunas ideas sobre el diablo en el judaísmo podrían haber sido influenciadas por culturas y religiones vecinas. Durante el exilio en Babilonia, los judíos estuvieron en contacto con el zoroastrismo, una religión que tiene un dualismo claro entre el bien y el mal. Es posible que algunas ideas hayan sido tomadas y adaptadas, pero siempre de manera que encajaran en el estricto monoteísmo judío.

Los Escritos Apocalípticos

En los escritos apocalípticos judíos, como el libro de Enoc, se empieza a ver una imagen más desarrollada de seres malignos y de una batalla entre el bien y el mal, pero estas ideas no son centrales en la teología judía tradicional. Se puede decir que estas influencias ayudaron a moldear algunas de las ideas que luego se desarrollaron más plenamente en el cristianismo.

La Diferencia con el Cristianismo

Entonces, ¿por qué los judíos no creen en el diablo de la misma manera que los cristianos? La respuesta está en las diferencias fundamentales en cómo se entiende a Dios y el mal. El cristianismo desarrolló la idea del diablo como una figura que personifica el mal, es decir, para nosotros el diablo es una persona, un ser espiritual y que está en constante oposición a Dios, mientras que el judaísmo mantiene un enfoque en el monoteísmo absoluto, donde incluso lo que consideramos mal está bajo el dominio y propósito divino.

Y no nos confundamos, no quiere decir que nosotros no seamos Monoteístas. Nosotros los cristianos somos absolutamente Monoteístas, lo que significa que creemos en un solo Dios, pero para nosotros la creencia de que el diablo es un ser angélico caído no contradice la idea de un solo Dios Todopoderoso, y para los judíos esta idea sí es conflictiva y por eso la rechazan.

En última instancia nosotros creemos que Jesucristo trajo la plenitud absoluta de la revelación y que él ha revelado que Satanás es un ser personal real que confronta a Dios (aunque nunca podrá vencerlo), mientras que el judaísmo cuenta con una revelación parcial, pues Dios fue entregando a la humanidad la revelación de manera paulatina, en "pequeñas dosis", hasta que Jesús y el Espíritu Santo dieron toda la revelación a la Iglesia del Nuevo Pacto, la Iglesia católica, por ello podemos decir que nosotros lo tenemos "un poco más claro" que ellos.

Reflexión Final

Para concluir, quiero dejarte con una reflexión: la diversidad en la manera en que diferentes tradiciones religiosas entienden conceptos como el diablo nos muestra la riqueza de la experiencia humana en su búsqueda de Dios. Nos invita a ser humildes y a estar abiertos al diálogo y al aprendizaje mutuo.

Al final del día, lo más importante es recordar que, como cristianos, estamos llamados a vivir en el amor de Cristo, confiando en su victoria definitiva sobre el mal. Como nos dice San Pablo en Romanos 8,38-39: "Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, podrá separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro."

Espero que esta charla haya sido útil y te haya dado una perspectiva más clara sobre por qué los judíos no creen en el diablo de la misma manera que los cristianos. Si tienes más preguntas o quieres seguir profundizando, ¡estoy aquí para charlar cuando quieras!

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿En el purgatorio hay almas de no católicos (ateos, protestantes, judíos, etc.)?


Primero que todo, entendamos qué es el purgatorio. Según la enseñanza católica, el purgatorio es un estado de purificación para las almas que han muerto en gracia pero que aún necesitan ser purificadas antes de entrar en la presencia divina. Es como una especie de "lavado espiritual" para quitar las manchas que pueden haber quedado debido a pecados veniales o a la pena temporal debida al pecado, incluso después de haberse arrepentido.

Ahora, la pregunta sobre si en el purgatorio hay almas de no católicos es una interrogante interesante y llena de matices. La Iglesia católica enseña que la salvación viene a través de Jesucristo y que, por ende, la fe en Él es fundamental para alcanzar la vida eterna. Sin embargo, también reconoce la misericordia de Dios y su deseo de que todos los seres humanos se salven.

La Biblia nos enseña en 1 Timoteo 2, 4 que Dios desea que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Así que, aunque la fe en Cristo es el camino principal, no podemos limitar la misericordia divina. Dios está más allá de nuestras comprensiones y juicios, y su amor no tiene fronteras.

En cuanto a las almas no católicas, como ateos, protestantes, judíos, etc., la Iglesia católica sostiene que la salvación no está necesariamente restringida solo a aquellos que forman parte visible de la Iglesia. El Catecismo de la Iglesia Católica (CCC 847) nos dice que, aunque la salvación viene de Cristo y su Iglesia, Dios puede, por medios conocidos solo por Él, dar la gracia de la salvación a aquellos que buscan sinceramente la verdad y hacen la voluntad de Dios según su conocimiento.

El Espíritu Santo nos dice a través de San Pablo:

"Tribulación y angustia sobre toda alma humana que obre el mal: del judío primeramente y también del griego; en cambio, gloria, honor y paz a todo el que obre el bien; al judío primeramente y también al griego; que Dios es imparcial". (Romanos 2, 9-11)

Estas palabras son importantísimas, pues nos muestran que Dios va a juzgar a todos al terminar nuestras vidas en la tierra y va a determinar nuestro destino final tomando en cuenta si obramos el bien o si obramos el mal y dice claramente que esto lo hará con toda alma humana. 

Por tanto, si un alma humana fue ateo, protestante, budista o cualquier otra cosa, Dios va a juzgar qué tanto esta persona eligió el bien y rechazó el mal y si Dios juzga que esa persona hizo más el bien que el mal, seguramente le concederá la salvación y lo dejará entrar al cielo previa purificación en el purgatorio.

En otras palabras, la fe en Cristo y la pertenencia a la Iglesia católica son importantes, pero la misericordia de Dios va más allá de nuestras categorías humanas. Dios conoce los corazones y la sinceridad de cada persona. No podemos limitar su capacidad de salvar y purificar a aquellos que, aunque no hayan conocido plenamente a Cristo en vida, buscaron la verdad y vivieron de acuerdo con la luz que tenían.

En este sentido, podríamos decir que sí, efectivamente en el purgatorio podrían encontrarse almas que, aunque no fueron formalmente católicas en esta vida, fueron sinceras en su búsqueda de la verdad y vivieron de acuerdo con su conciencia iluminada por Dios.

Es crucial recordar que, como cristianos, no somos jueces de la salvación de los demás. Esa tarea está en manos de Dios. Nuestra responsabilidad es vivir nuestra fe, compartir el Evangelio con amor y respeto, y confiar en la misericordia infinita de Dios.

En este viaje de fe, es importante destacar la importancia de la oración por los difuntos. Orar por las almas en el purgatorio, independientemente de su afiliación religiosa en vida, es un acto de caridad y compasión. No sabemos completamente las complejidades de la relación de cada persona con Dios, pero sí podemos encomendar sus almas a la misericordia divina. Un católico debe rezar por todas las almas de los difuntos, pues si dice San Pablo que Dios es imparcial (Romanos 2, 16), ¿por qué habríamos de ser parciales nosotros?

Espero que esta charla haya sido útil y te haya dado un panorama más claro sobre la visión católica del purgatorio y la inclusividad de la misericordia divina. Estoy aquí para cualquier pregunta adicional o para conversar sobre cualquier otro tema que desees explorar juntos. ¡Que la paz de Cristo esté contigo siempre!

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Cristianos, judíos y musulmanes adoramos al mismo Dios?


Primero que todo, sí, cristianos, musulmanes y judíos adoramos al mismo Dios. Este Dios es conocido como el Dios de Abraham, ya que es a Abraham a quien se revela en las Escrituras de estas tres religiones. Abraham adoró a ese único Dios que ahora adoramos las tres religiones que se desprenden de él. Este punto de convergencia es fundamental para entender la conexión entre ellas.

Vayamos a las raíces. En el Antiguo Testamento, que compartimos cristianos y judíos, se revela la relación especial de Dios con Abraham. En Génesis 17, 7, Dios le dice a Abraham: "Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia en las generaciones, como pacto perpetuo, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti". Esta promesa forma la base de la comprensión judía y cristiana del único Dios.

Los musulmanes, por su parte, también reconocen al mismo Dios, al que llaman "Alá" en árabe. La palabra "Alá" es simplemente la palabra árabe para "Dios". Los musulmanes creen en la línea de profetas que incluye a Abraham, Moisés y Jesús, considerándolos como enviados divinos. Su conexión con el Dios de Abraham se establece claramente en el Corán.

La comprensión específica de la naturaleza de Dios puede variar entre estas religiones, pero la base es la misma. Por ejemplo, en el cristianismo, creemos en la Trinidad: un solo Dios en tres personas —Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esto es único para el cristianismo y puede parecer diferente de la comprensión judía o islámica.

El Catecismo de la Iglesia Católica (CCC) nos dice que "los cristianos creen en el Dios único y verdadero, que es amor" (CCC 222). Esta es una verdad fundamental que compartimos con judíos y musulmanes. También reconocemos la importancia de amar a Dios y al prójimo, lo cual es un principio que une a estas tres religiones.

Ahora bien, aunque adoramos al mismo Dios, nuestras comprensiones y creencias pueden diferir en algunos aspectos. Por ejemplo, los judíos no reconocen a Jesús como el Mesías, mientras que los cristianos sí lo hacemos. Los musulmanes, si bien respetan a Jesús como un profeta, no lo consideran el Hijo de Dios.

Esta diversidad en la comprensión no significa que estemos adorando a dioses distintos. Más bien, refleja la complejidad de la relación y la comprensión humana con y sobre lo divino. En su amor infinito, Dios se ha revelado de maneras diversas a lo largo de la historia, y cada tradición religiosa ha recibido una parte de esa revelación, aunque nosotros pensamos que la Revelación plena y completa la hemos recibido los cristianos a través de Jesús y transmitida por la Iglesia católica.

Pero la Iglesia Católica reconoce y respeta la verdad presente (aunque sea parcial) en otras religiones. El Concilio Vaticano II enseña que "la Iglesia mira también con estima a los musulmanes que adoran al Dios único, viviente y subsistente, misericordioso y omnipotente, Creador del cielo y de la tierra" (Nostra Aetate, 3).

Es crucial destacar que el respeto y la comprensión entre las religiones son esenciales para promover la paz y la armonía en nuestro mundo diverso. Dios es el mismo, y su deseo es que vivamos en unidad y amor. Las diferencias en la comprensión no deben convertirse en barreras, sino en oportunidades para aprender y crecer en respeto mutuo.

Claro está, reconocer las diferencias y tratar con caridad y sumo respeto a nuestro hermanos judíos y musulmanes no significa que renunciemos a nuestra misión evangelizadora. Debemos anunciarles a Jesús como el único Señor y Salvador de los hombres, como el Mesías verdadero y el Dios verdadero, pero siempre con y desde la caridad, pues, como dice San Pablo, "sin amor nada soy" (1 Corintios 13, 2).

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Quiénes son los palestinos en la Biblia?


Cuando hablamos de los palestinos en la Biblia, estamos adentrándonos en una tierra rica en historia y significado espiritual. 

Para entender quiénes son los palestinos en la Biblia, primero debemos remontarnos a los tiempos del Antiguo Testamento. La palabra "Palestina" se deriva del término griego "Palaistinē", que se refiere a la región histórica situada en la costa oriental del mar Mediterráneo. Esta área ha sido habitada por diversas culturas y pueblos a lo largo de los siglos, incluyendo a los antiguos filisteos, cananeos y otros grupos.

Los judíos solían llamar "P'lishtim" a los Filisteos, y de ahí se deriva el nombre de "palestinos".

En la época bíblica, especialmente en el Antiguo Testamento, la tierra de Palestina fue habitada por varios grupos, entre ellos principalmente los filisteos, mencionados frecuentemente en las Escrituras. Los filisteos eran un pueblo antiguo que vivía en ciudades-estado a lo largo de la costa de lo que hoy es Israel y Palestina. En el relato bíblico, encontramos numerosas referencias a los filisteos y su interacción con los israelitas, como en las historias de Sansón y Goliat.

Cuando miramos el contexto bíblico más amplio, vemos que la tierra de Palestina también fue habitada por los cananeos. En el Antiguo Testamento, Dios prometió la tierra de Canaán a Abraham y a su descendencia como una herencia perpetua (Génesis 17, 8). Esta promesa es un tema recurrente en las Escrituras y establece la conexión profunda entre el pueblo de Israel y la tierra que hoy conocemos como Palestina.

El pueblo de Israel, descendiente de Abraham, fue guiado por Moisés a través del desierto y finalmente entró en la tierra prometida, Canaán. Las tribus de Israel se establecieron en diversas partes de la región, incluyendo áreas que ahora forman parte de Israel y Palestina. La Biblia contiene numerosas historias sobre las tribus de Israel y su relación con la tierra de Canaán, mostrando así la importancia espiritual y cultural de esta región en la historia del pueblo judío.

En el Nuevo Testamento, aunque no hay una mención específica de los palestinos como grupo étnico, pues el nombre de Palestina comenzó a usarse formalmente en el siglo II después de Cristo, encontramos referencias a la región de lo que hoy se da a llamar como Palestina en los relatos de la vida de Jesús. Jesús mismo nació en Belén, una ciudad en la región de Judea, que forma parte de la tierra histórica de lo que luego pasó a llamarse Palestina (Mateo 2, 1). También llevó a cabo gran parte de su ministerio en las ciudades y aldeas que forman parte de lo que posteriormente se llamaría Palestina, incluyendo Jerusalén y Nazaret.

En resumen, cuando hablamos de los palestinos en la Biblia, nos referimos a las diversas personas y culturas de distintas religiones que habitaron la tierra de Palestina, incluyendo a los filisteos y los cananeos. Esta región desempeñó un papel crucial en la historia bíblica, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, y está intrínsecamente ligada a la historia y la fe del pueblo judío y, por ende, a la tradición cristiana.

Pero hay algo importante que señalar, los palestinos no son ya un solo pueblo étnico-religioso en concreto, sino todos los habitantes del territorio conocido como Palestina. Desde el siglo II que comenzó a llamarse así, Palestina estuvo habitada tanto por judíos como por cristianos e incluso por otros pueblos paganos. Y desde el siglo VII que surgió el Islam, Palestina ha sido habitada por miembros de las tres grandes religiones Abrahámicas; judíos, cristianos y musulmanes.

Incluso hoy día hay judios que se reconocen como judíos palestinos, mientras defienden y practican su religión judía, se reconocen como ciudadanos palestinos y piden el establecimiento de un Estado palestino independiente y soberano. Estos judíos palestinos suelen oponerse a la existencia del Estado de Israel, por considerar que un "Estado judío" contradice a las enseñanzas de la Torá, ya que ellos creen que un Estado para el pueblo judío solo podría ser establecido por el mesías que aun siguen esperando (claro está que nosotros creemos que el mesías ya vino y es nuestro Señor Jesucristo, de quien esperamos su segunda venida).

En nuestros tiempos hay cristianos palestinos, judíos palestinos y musulmanes palestinos.

Autor: Padre Ignacio Andrade

¿Por qué judíos y musulmanes no comen carne de cerdo y los cristianos sí?


La distinción en las dietas entre judíos, musulmanes y cristianos tiene profundas raíces históricas y religiosas en las tres tradiciones abrahámicas, y entenderlas puede arrojar luz sobre por qué estas prácticas han perdurado a lo largo de los siglos.

Para comprender esta diferencia, primero debemos remontarnos a las Sagradas Escrituras. En el Antiguo Testamento de la Biblia, específicamente en el libro de Levítico, encontramos una lista detallada de los animales considerados puros e impuros para el consumo humano según la ley judía. El cerdo se menciona como un animal impuro y, por lo tanto, no apto para el consumo según las leyes dietéticas judías. En Levítico 11, 7-8 se establece: "El cerdo es impuro para ustedes, porque tiene pezuñas pero no rumia. No podrás comer su carne ni tocar su cadáver. De todos los animales del agua, podrán comer estos: los que tienen aletas y escamas, tanto en el mar como en los ríos".

Esta prohibición se basa en razones tanto religiosas como sanitarias en la tradición judía. Desde un punto de vista religioso, obedecer las leyes dietéticas es una expresión de obediencia a Dios y un acto de santidad. Desde el punto de vista sanitario, en una época en que no existían los métodos modernos de refrigeración y conservación de alimentos, ciertos tipos de carne podían representar un mayor riesgo para la salud si no se preparaban y cocinaban adecuadamente. Por lo tanto, estas leyes también tenían un componente de protección para la salud de la comunidad.

En el caso del islam, las restricciones dietéticas están delineadas en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes. En el Corán, específicamente en la sura 6:145, se establece: "Di: No hallo en lo que me ha sido revelado ninguna prohibición que impida a los comensales comer nada sino la carne de animal que haya muerto por sí mismo, o la sangre derramada, o la carne de cerdo, porque es impura".

La prohibición del consumo de carne de cerdo en el islam está arraigada en esta enseñanza del Corán y también se basa en las leyes dietéticas como una forma de obediencia a Dios y de mantener la pureza espiritual y física.

En contraste, el cristianismo no tiene restricciones dietéticas específicas sobre el consumo de carne de cerdo. Esta distinción se puede atribuir a las enseñanzas del Nuevo Testamento, donde Jesús, en el Evangelio de Marcos 7, 18-19, dice: "¿Así que también ustedes son incapaces de entender? -les preguntó-. ¿No comprenden que nada de lo que entra en una persona desde afuera puede hacerla impura? Porque no entra en su corazón, sino en el estómago, y después se elimina".

Esta declaración de Jesús se considera una abolición de las leyes dietéticas judías, incluida la prohibición del consumo de carne de cerdo. Los primeros seguidores de Jesús, muchos de los cuales eran judíos, gradualmente dejaron de observar las leyes dietéticas del Antiguo Testamento en su totalidad. Esto se observa, por ejemplo, en el episodio de la visión de Pedro en el libro de los Hechos de los Apóstoles, donde se le dice a Pedro que no llame impuro lo que Dios ha declarado puro (Hechos 10, 15).

Entonces, ¿por qué esta diferencia en las prácticas alimenticias entre las religiones abrahámicas? En última instancia, estas distinciones son parte de las tradiciones y enseñanzas específicas de cada religión. Las leyes dietéticas tienen raíces en las Escrituras y se han transmitido a lo largo de las generaciones como una expresión de obediencia a Dios y de identidad religiosa. Es importante destacar que estas prácticas son específicas de las creencias religiosas y no tienen una base científica o lógica objetiva.

En la actualidad, mientras estas prácticas continúan siendo observadas por muchos judíos y musulmanes como parte de su fe y tradición, los cristianos, en general, no siguen estas restricciones dietéticas específicas. Sin embargo, es esencial abordar estas diferencias con respeto y comprensión mutua. La diversidad en las prácticas religiosas es un recordatorio de la riqueza y la complejidad de las creencias humanas, y debemos aprender a valorar y respetar las tradiciones de los demás, incluso cuando difieren de las nuestras.

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, las diferencias en las prácticas alimenticias entre judíos, musulmanes y cristianos se basan en las enseñanzas y las tradiciones específicas de cada religión. Es fundamental recordar que estas prácticas son parte de la identidad religiosa y deben ser respetadas con comprensión y tolerancia. En lugar de enfocarnos en las diferencias, debemos buscar lo que nos une como seres humanos: el amor por Dios y el amor por nuestro prójimo, independientemente de nuestras creencias y prácticas religiosas, aunque claro está, siempre debemos tratar de evangelizar a nuestros hermanos judíos y musulmanes para que reconozcan a Jesús como el único Salvador y Mesías verdadero, pero siempre actuando desde el amor y el respeto. 

Que Dios nos conceda la sabiduría y la humildad para comprender y respetar las creencias de los demás, y que podamos vivir en paz y armonía, valorando la diversidad que enriquece nuestra experiencia humana.

Con amor fraterno,

Padre Ignacio Andrade.

Sacerdote Católico

¿Por qué los judíos no comprendieron que Jesús era el mesías?


Como sacerdote católico, es importante reconocer que la cuestión de por qué los judíos no comprendieron que Jesús era el Mesías es un tema complejo que ha sido objeto de debate y reflexión en la Iglesia Católica durante siglos. En este sentido, es importante recordar que la Biblia es, junto con la Tradición Apostólica, la fuente principal de enseñanza para los católicos, y por lo tanto, es una herramienta esencial para responder a esta pregunta.

Para entender por qué los judíos no comprendieron que Jesús era el Mesías, es necesario examinar las Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, encontramos numerosas profecías que anuncian la venida del Mesías, como por ejemplo en el libro de Isaías: "Por tanto, el Señor mismo les dará una señal: la joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel" (Isaías 7:14). Estas profecías se cumplieron en Jesús, quien fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la Virgen María.

Sin embargo, a pesar de estas profecías, los judíos esperaban un Mesías diferente al que Jesús se presentó. Esperaban a un rey guerrero que liberaría a Israel del dominio romano y establecería un reino terrenal de justicia y paz. En cambio, Jesús se presentó como el "Hijo del Hombre" y el "Cordero de Dios" que había venido a salvar a la humanidad del pecado y la muerte.

Además, la mayoría de los líderes religiosos de los judíos, incluyendo los fariseos y los escribas, rechazaron a Jesús y lo condenaron a muerte. Esto se debe en parte a que muchos de ellos se habían acostumbrado a un sistema religioso basado en la ley y la tradición, en lugar de centrarse en la fe y el amor. Jesús criticó frecuentemente a estos líderes religiosos, llamándolos "hipócritas" y "sepulcros blanqueados" (Mateo 23,27).

Además de lo que ya he mencionado, hay otras razones por las cuales los judíos no comprendieron que Jesús era el Mesías. Una de ellas es el hecho de que Jesús no cumplió con las expectativas políticas y militares que muchos tenían del Mesías. En lugar de liderar una rebelión contra los romanos, Jesús se presentó como un humilde siervo y predicador, que enseñaba acerca del amor, la misericordia y el perdón. Esto era difícil de aceptar para aquellos que esperaban un líder poderoso que liberaría a su pueblo de la opresión.

Otro factor que contribuyó a la falta de comprensión de los judíos sobre Jesús como Mesías fue su mensaje de salvación universal. Muchos judíos de la época creían que la salvación era solo para ellos, como pueblo elegido de Dios, y que los gentiles no tenían acceso a ella. Jesús, en cambio, predicaba un mensaje de salvación para toda la humanidad, lo que no fue bien recibido por algunos de sus compatriotas.

Además, la forma en que Jesús se presentó a sí mismo como Mesías también fue un factor importante en la falta de comprensión de los judíos. En lugar de utilizar títulos reales y poderosos como "rey" o "emperador", Jesús se autodenominaba "Hijo del Hombre", un término que no tenía las mismas connotaciones políticas y militares que los títulos que muchos esperaban del Mesías.

En cuanto a las escrituras que se relacionan con este tema, encontramos varios pasajes bíblicos que tratan sobre la falta de comprensión de los judíos acerca de la identidad de Jesús como Mesías. Por ejemplo, en Juan 1:10-11 se lee: "El estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció. Vino a lo suyo, y los suyos no le recibieron".

En otro pasaje, en Lucas 24:25-26, después de la resurrección de Jesús, se describe cómo dos discípulos habían perdido la esperanza de que Jesús fuera el Mesías, debido a su crucifixión: "Y él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?".

En conclusión, es importante recordar que la falta de comprensión de los judíos acerca de la identidad de Jesús como Mesías es un tema complejo que ha sido objeto de reflexión y discusión en la Iglesia Católica durante siglos. Hay varios factores que contribuyeron a esta falta de comprensión, como las expectativas políticas y militares que muchos tenían del Mesías, la universalidad del mensaje de salvación de Jesús y la forma en que se presentó a sí mismo como Mesías. Sin embargo, como católicos, sabemos que Jesús es el Mesías prometido en las Escrituras y seguimos su ejemplo de amor y servicio a los demás.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Católicos, musulmanes y judíos piden ética en la Inteligencia Artificial



Líderes de las tres religiones abrahámicas -judaísmo, cristianismo e islam- firmaron este martes un acuerdo conjunto para pedir que los avances en Inteligencia Artificial (IA) sigan principios éticos y respeten la dignidad humana.

El documento, promovido por Pontificia Academia para la Vida, ya sentó sus primeras bases en 2020, pero ahora ha logrado sumar el apoyo de delegaciones judías e islámicas, algo que el papa Francisco celebró, ya que amplía el objetivo de un desarrollo tecnológico "al servicio de la justicia y la paz en el mundo".

"Toda persona debe poder disfrutar de un desarrollo humano y solidario, sin que nadie quede excluido. Se trata, pues, de estar atentos y trabajar para que no haya uso discriminatorio de estos instrumentos en detrimento de los más débiles y excluidos", justificó el pontífice.

En este sentido, Francisco, que recibió en audiencia a los firmantes de la petición reunidos hoy en Roma, puso como ejemplo el desarrollo de herramientas de IA que son capaces de gestionar las solicitudes de asilo de personas migrantes.

"No es aceptable que la decisión sobre la vida y el destino de un ser humano se confíe a un algoritmo", denunció el papa, antes de recordar que "la aceleración de las transformaciones de la era digital plantea problemas inesperados, que imponen nuevas condiciones al 'ethos' individual y colectivo".

La petición, apodada "Rome Call for AI Ethics" (Llamamiento de Roma para la ética de la IA), solicita a instituciones académicas, empresas privadas y Estados que todos los avances en esta materia observen su impacto en tres áreas: la ética, la educación y los derechos humanos y medioambientales.

Asimismo, promueve seis principios, entre ellos que los sistemas de inteligencia artificial no fomenten la discriminación, que su mecanismo sea conocido por todos y que siempre haya alguien que asuma la responsabilidad por las acciones de una máquina.

El respeto a la privacidad de los usuarios, su fiabilidad y la obligación de no asociar los algoritmos a prejuicios sociales completan el reglamento.

En representación de la comunidad judía, el documento sumó la firma del Rabino Eliezer Simha Weisz (Miembro del Consejo del Gran Rabinato de Israel) y por parte de la religión musulmana lo hizo el imam Abdallah bin Bayyah (Jefe del Foro de Abu Dabi para la Paz y Presidente del Consejo de EAU Fatwa).

Entre los signatarios anteriores figuraban representantes de compañías como Microsoft e IBM y de instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

"El Llamado de Roma puede ser una herramienta útil para un diálogo común entre todos, a fin de alentar el desarrollo humano de nuevas tecnologías", concluyó el papa Francisco en una audiencia.

Ha entrevistado a miles de conversos y explica qué atrae a ateos, musulmanes, judíos o protestantes


HA ENTREVISTADO A MILES DE CONVERSOS Y EXPLICA QUÉ ATRAE A ATEOS, MUSULMANES, JUDÍOS O PROTESTANTES
Por: J.L. | Fuente: Religión en Libertad

Marcus Grodi lleva dos décadas entrevistando a todo tipo de conversos al catolicismo en EWTN

Marcus Grodi es un ex pastor presbiteriano que junto a su esposa y sus hijos se convirtió al catolicismo en 1992. Habiendo experimentado en carne propia los miedos que pueden surgir a dar este paso y las dificultades que se pueden ir presentando en este proceso de conversión decidió poner en marcha en 1993 Coming Home Network, una plataforma creada para ayudar a protestantes como él, clérigos o laicos, en su viaje al catolicismo. Sin embargo, pronto se extendió para ayudar a ateos, agnósticos, musulmanes, judíos, budistas en este mismo camino.

Pero además Grodi lleva 20 años como presentador del programa de EWTN The Journey Home, donde ha entrevistado a miles de conversos al catolicismo, por lo que atesora una enorme experiencia sobre qué ha llevado a tanta gente a la Iglesia Católica.

El "misterio de la gracia"

En una entrevista en Catholic World Report, Marcus Grodi da una serie de pinceladas sobre las razones que llevan a personas de diferentes religiones a lanzarse a un camino de conversión.

El elemento común entre los miles de conversos a los que ha entrevistado es la “gracia”. Su experiencia se centra sobre todo en Estados Unidos, donde hay muchos protestantes que pasan al catolicismo. “Todos los conversos conocen amigos y compañeros de trabajo que aún son protestantes, que han escuchado todo o mucho de lo que nosotros escuchamos, leen todo lo que hemos leído, y sin embargo, no están interesados”, cuenta Grodi. Entonces la pregunta que surge es: “¿por qué somos nosotros y no ellos? Y ahí yace el misterio de la gracia”.

La Liturgia, la música, el arte...

Hay muchos casos de protestantes que “comienzan a ver cosas en su tradición o denominación con las que se sienten incómodos, por ejemplo, la dirección en las que muchas dirigen las cuestiones morales”. Problemas sobre la autoridad, la sola scriptura o cuestiones morales provocan que muchos se planteen un cambio al sentirse incómodos.

Sin embargo, hay otros que llegan por la liturgia católica pues se sienten atraídos por la belleza o el significado de la Eucaristía. También hay muchos, agrega Grodi, que se sienten atraídos por el arte, la música, los grandes clásicos, el canto y la iconografía. “Se sienten atraídos por estas cosas, por lo que acaban sintiendo atracción por la Iglesia; el Señor usa estas y muchas otras cosas para abrir corazones y mentes a la plenitud de la fe católica”.

Muchas conversiones en el movimiento provida

En Estados Unidos el movimiento provida y la defensa de la libertad religiosa ha propiciado una mayor relación y conocimiento mutuo entre cristianos, lo cual ha provocado muchas conversiones al catolicismo.

El creador de Coming Home Network asegura que el ecumenismo de las últimas décadas ha abierto las puertas para que muchos se abran a la Iglesia Católica. Explica que una de las razones es que “se han hecho mejores amigos de los católicos, y eso a menudo se debe a las actividades provida. Esa fue una gran parte del viaje de mi esposa. Marilyn era la directora de un centro de embarazos en crisis, y la mayoría de las personas con las que trabajaba eran católicas. Ella quedó impresionada por la consistencia, devoción y las convicciones de los católicos. Muchas de las historias de conversión en The Journey Home comenzaron por actividades provida”.

Visiones y sueños de los musulmanes

Marcus Grodi también habla del aumento de conversiones entre los musulmanes, aunque confirma que sigue existiendo mucho miedo entre estos conversos a salir a la luz pública. Ha entrevistado a varios de ellos y en su portal han alojado más testimonios, aunque muchos de ellos después pidieron que se retiraran. Afirma que muchos de los argumentos expuestos anteriormente también se cumplen entre los musulmanes. Sin embargo, hay un elemento diferencial que se da sobre todo con los seguidores de Mahoma: “e s interesante ver que un alto porcentaje de conversos musulmanes dice que su despertar a la Iglesia surgió a través de visiones y sueños”.

Religión en Libertad ha recogido varios testimonios que confirman este elemento de conversión entre musulmanes. Uno de ellos, por ejemplo, es el de Bashir Abdelsamar, hoy sacerdote, y que de niño era un musulmán que no sabía nada del cristianismo y tuvo una experiencia que le transformó. "Esa noche, tuve una visión de Jesús", explica Bashir, casi 50 años después. "Jesús se me apareció con dos libros en sus manos: en la derecha tenía la Biblia; en la izquierda tenía el Corán. Me pidió que escogiera qué libro era el correcto. Cuando elegí la Biblia, desapareció".

El testimonio de los judíos conversos

También ha conocido a un buen número de judíos que han abrazado la fe católica. “Un tema particularmente importante para el converso judío –cuenta Grodi- es la continuidad de la Iglesia Católica con el judaísmo. La mayoría de los conversos judíos que he entrevistado se ven a sí mismos como ‘judíos completos’ y ‘judíos cristianos’ y continúan valorando su herencia cristiana”.

Por ello, considera que estos conversos “son un gran testimonio para nosotros para volver a aprender y apreciar nuestra propia herencia judía, que con demasiada frecuencia damos por sentado”.

Sin embargo, también advierte Marcus Grodi que sus viajes hacia la Iglesia “pueden ser particularmente difíciles” porque muchos no sabían nada de Jesucristao, más allá de prejuicios negativos hacia él.

La relación con un católico fiel
Buena parte de los argumentos citados anteriormente también son validos para los agnósticos o ateos. Algunos vuelven en viajes en los que ellos mismos han encontrado este camino como uno de sus entrevistados, ateo de toda la vida. “Desde pequeño se negó a creer que había algo que fuera cierto en todos los tiempos y en todos los lugares. Pero la gracia le abrió el corazón al darse cuenta de que ‘2+2=4’ es una verdad sin importar dónde se encuentre ni en qué momento, y eso significa que hay una verdad que es sólida como una roca. Eso comenzó su viaje a casa con Jesucristo y la Iglesia Católica”, incide.

Pero en la mayoría de los casos, su experiencia durante estos años le dice que “es una relación con un católico fiel lo que los lleva a la Iglesia. Así que ahí es donde debe comenzar la Nueva Evangelización: con nuestras propias conversiones y relaciones con aquellos de fuera de la Iglesia”.

Cortesía de nuestra página hermana, Blog Convertidos Católicos-Religion en Libertad


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La confesión de pecados ¿Es bíblica? ¿Creían los primeros Cristianos en la confesión de pecados?


LA CONFESIÓN DE PECADOS YA ERA PRACTICADA POR LOS JUDÍOS DESDE EL ANTIGUO TESTAMENTO Y ORDENADA POR LA LEY DE MOISÉS
Por Jesús Mondragón 

LA CONFESIÓN SE REALIZABA ANTE EL SACERDOTE JUDÍO Y LOS PECADOS ERAN PERDONADOS MEDIANTE EL SACRIFICIO DE ANIMALES

Levítico 5,5-6
el que es culpable en uno de estos casos confesará aquello en que ha pecado, y como sacrificio de reparación por el pecado cometido, llevará a Yahveh una hembra de ganado menor, oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. Y el sacerdote hará por él expiación de su pecado.

Números 5,6-8
«Habla a los israelitas: Si un hombre o una mujer comete cualquier pecado en perjuicio de otro, ofendiendo a Yahveh, el tal será reo de delito.
Confesará el pecado cometido y restituirá la suma de que es deudor, más un quinto. Se la devolverá a aquel de quien es deudor.
Y si el hombre no tiene pariente a quien se pueda restituir, la suma que en tal caso se ha de restituir a Yahveh, será para el sacerdote; aparte del carnero expiatorio con que el sacerdote expiará por él.


II Samuel 12,13
David dijo a Natán: «He pecado contra Yahveh.» Respondió Natán a David: «También Yahveh perdona tu pecado; no morirás.

Proverbios 28,13
Al que encubre sus faltas, no le saldrá bien; el que las confiesa y abandona, obtendrá piedad.

Eclesiástico 4:26
No te avergüences de confesar tus pecados, no te opongas a la corriente del río.


LA CONFESIÓN DE PECADOS CONTINUÓ AL SER ANUNCIADA LA LLEGADA DEL MESÍAS

Mateo 3,5-6
Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.


LOS FARISEOS, IGUAL QUE LOS PROTESTANTES PIENSAN QUE ES UNA BLASFEMIA QUE UN HOMBRE PUEDA PERDONAR PECADOS

Mateo 9,2-3
En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: «¡ Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados.»
Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: «Este está blasfemando.»


JESUCRISTO NO PERDONÓ AL PARALÍTICO COMO DIOS, LO PERDONÓ COMO HOMBRE

LA BIBLIA DICE QUE DIOS OTORGÓ A LOS HOMBRES EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS

Mateo 9,6-8
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice entonces al paralítico -: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".»
El se levantó y se fue a su casa.
Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Juan 20,21-23
Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.»
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»


LA CONFESIÓN DE PECADOS SIGUIÓ SIENDO PRACTICADA POR LOS APÓSTOLES

Santiago 5,16
Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.

Hechos 19,18
Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas.


¿Y si hoy hemos entendido mal estos pasajes de la Escritura? ¿Cómo podemos saber si hemos comprendido correctamente el tema de la confesión? La respuesta a éstas interrogantes es muy sencilla: ¿Creían los primeros cristianos en la confesión de pecados? Si la respuesta a esta pregunta es NO, entonces siempre hemos estado en el error. Pero si la respuesta es SÍ, los equivocados son las sectas. Veamos.

LOS PRIMEROS CRISTIANOS, LOS SUCESORES DE LOS APÓSTOLES, CONOCIDOS COMO PADRES APOSTÓLICOS ENSEÑAN SOBRE LA CONFESIÓN

Didajé (40 - 90 d.C.)

En la iglesia (asamblea) confiesa tus pecados: y no te acerques a tu oración con mala conciencia. Tal es el camino de la vida. 4,14

Orígenes (185 - 254 d.C.)

“Además de esas tres hay también una séptima (razón)
aunque dura y laboriosa: la remisión de pecados por
medio de la penitencia, cuando el pecador lava su
almohada con lágrimas, cuando sus lágrimas son su
sustento día y noche, cuando no se retiene de declarar su pecado al sacerdote del Señor ni de buscar la medicina, a la manera del que dice «Ante el Señor me acusaré a mí mismo de mis iniquidades, y tú
perdonarás la deslealtad de mi corazón»”

“Observa con cuidado a quién confiesas tus pecados; pon a prueba al médico para saber si es débil con los débiles y si llora con los que lloran. Si él
creyera necesario que tu mal sea conocido y curado en presencia de la asamblea reunida, sigue el consejo del médico experto” Homilías sobre los Salmos 37, 2.5

Tertuliano (160 - 220 d.C.)

"rehúyen este deber como una revelación pública de sus personas, o que lo difieren de un día para otro... ¿Es acaso mejor ser condenado en secreto que perdonado en público?" De Paenitencia

Cipriano de Cartago (200 – 258 d.C.)
“Os exhorto, hermanos carísimos, a que cada uno confiese su pecado,
mientras el que ha pecado vive todavía en este mundo, o sea, mientras su confesión puede ser aceptada, mientras la satisfacción y el perdón otorgado por los sacerdotes son aún agradables a Dios” De Lapsi 28; Epístola 16, 2.

Hipólito Mártir (? - 235 d.C.)

“Padre que conoces los corazones, concede a este tu
siervo que has elegido para el episcopado... que en virtud del Espíritu del sacerdocio soberano tenga el poder de «perdonar los pecados» (facultatem remittendi peccata) según tu
mandamiento; que «distribuya las partes» según tu precepto, y que «desate toda atadura» (solvendi omne vinculum iniquitatis), según la autoridad que diste a los Apóstoles” La Tradición Apostólica 3

La confesión de pecados fue enseñada por Moisés en el Antiguo Testamento. Jesucristo dio a los hombres el poder de perdonar los pecados. Los Apóstoles la aconsejan y los primeros Cristianos católicos la han practicado desde el siglo primero. ¿Quiénes son entonces los que están equivocados?

LA CONFESIÓN, SÍ ES BÍBLICA

PAX ET BONUM

Judíos creen en la intercesión de los difuntos a favor de los vivos


JUDíOS CREEN EN LA INTERCESIÓN DE LOS DIFUNTOS A FAVOR DE LOS VIVOS
Por Tzvi Freeman 

"Es correcto pedir a un tzadik fallecido que rece por nosotros? ¿Por qué se permite rezar en el Ohel del Rebe para que interceda a nuestro favor? 

Pregunta

Siempre tuve la impresión que el judaísmo no cree en los intermediaros entre Dios y el hombre, y rezarle a los fallecidos es blasfemo y prohibido por la Tora. ¿Por qué entonces se permite rezar en el para que interceda a nuestro favor? 

Respuesta. 

Sí, el judaísmo a veces abarca este tipo de contradicciones. Por un lado tenemos una conexión directa con Dios que no da lugar a ningún tipo de intermediarios y al mismo tiempo, desde poscomienzos de nuestra nación persiste la costumbre de pedir a hombres y mujeres justos para que intercedan en nuestro beneficio. 

El pueblo judío en muchas ocasiones recurrió a Moshe para que interceda frente a Dios en y Moshe acepto este pedido. El hecho que estamos acá es la prueba que Dios avaló este sistema. El Talmud (Baba Batra 116ª) nos dice que “Si hay alguien enfermo en tu hogar, ve al sabio de tu ciudad y pide que rece por el. Sin duda que cada uno debe rezar por si mismo y por su familia, y cuando uno se entera que hay alguien enfermo debe pedir y rezar por su curación. Pero también debemos recurrir al sabio. 

Lo mismo ocurre con visitar tumbas: Por un lado la Tora nos ordena no “Rogar a los muertos”. Esto esta enumerado entre las “abominaciones” que eran comunes a los antiguos habitantes de Canaan antes que nosotros la habitemos. Y al mismo tiempo hay una antigua y popular costumbre de visitar las tumbas de los justos y orar en ellas. 

¿Cuan antigua es esta costumbre? La Torá nos cuenta que Caleb, uno de los 12 espías que Moshe envió a la Tierra de Canaan, hizo un desvío ha la ciudad de Hebron. ¿Qué tenia que hacer en la ciudad de Hebron? El Talmud nos cuenta (Sota 43b) que el quería rezar en las tumbas de nuestros patriarcas Abraham, Sara, Isaac, Rivka, Iaakov y Leah que están allí enterrados. El pidió misericordia por su alma y ser salvado de las decisiones negativas de los demás espías. 

El Talmud nos dice que en los días de ayuno es propicio visitar el cementerio (Taanit 16a).. ¿Por qué? Como todas las enseñanzas del Talmud (todas las enseñanzas judías en realidad), hay dos opiniones para ello: Una, simplemente para recordarnos nuestra propia mortalidad, la visión de una tumba nos hace reflexionar sobre nuestra limitada existencia y sirve para despertar a quien esta satisfecho y demasiado seguro de si mismo. 

La segunda razón es para pedir a las almas de los justos enterrados en ese lugar para que intercedan por nosotros. Incluso el Zohar dice, “si no fuera por la influencia de las almas que residen en el mas allá, nuestro mundo no duraría ni un momento”. 

¿Por qué entonces esto no es considerado “rogar a los muertos”? ¿Y por qué pedir a un Tzadik , vivo o muerto, que interceda en nuestro favor no es considerado tener intermediarios entre Dios y nosotros? 

Esta misma pregunta fue formulada por la máxima autoridad halajica del siglo diecinueve, Rabi Moshe Shik (más conocido como el “Maharam Shik”) alumno del Jatam Sofer. 

El explica lo siguiente:

Un judío no puede tener un intermediario, no puede haber nada entre el judío y Dios. 

De todas formas, como explicamos previamente, esta permitido que un judío le pida a otro judío que actúe como intermediario entre el y Dios. 

El Rab Shik explica esta aparente anomalía en nombre de su maestro el Jatam Sofer: 

Cuando un judío se acerca a su prójimo para contarle el dolor por el que está sufriendo, el otro siente el dolor como propio. Ahora los dos deben rezar. El judío no siente que esta rezando en merced de “otro”, esta rezando por si mismo. 

En otras palabras, los judíos somos considerados un solo cuerpo. Si el dedo pequeño del pie duele, necesitamos la cabeza y el corazón para que lo ayude. Del miso modo si yo estoy pasando una necesidad, tengo el derecho a recurrir a todo judío – especialmente aquellos que son considerados cabeza y corazón de nuestro pueblo- para que recen por mi. Porque si a un judío leduele algo, a todos nos duele. 

El Rab Shik extiende este concepto a los difuntos también. Según el Talmud y el Zohar, las almas de los justos, que expiraron de este mundo siguen en contacto con sus alumnos y familiares y se preocupan por su bienestar. Nuestro pedido para que intercedan en nuestro beneficio es incluso a veces más efectivo que nuestras propias plegarias, ya que a veces nosotros mismos no somos concientes de la seriedad y magnitud de nuestros problemas debido a la limitada perspectiva que tenemos en este mundo, ellos que gozan de una visión más elevada pueden percibir la realidad de las cosas. 

Rezar en una tumba no implica “rogar” a nadie. No le estamos pidiendo al difunto que se levante de su descanso y aparezca frente a nosotros. Ni estamos, Dios no permita, rezándole a los difuntos. Eso sin duda esta prohibido. Pero si podemos conectarnos con ellos ya que en esencia cuando hablamos del alma, somos todos uno. Simplemente estamos expresando nuestra convicción que los justos en realidad nunca desaparecen, nunca nos desconectamos de ellos y ni siquiera la tumba puede evitar que nos conectemos con nuestro gran maestro y con esta alma justo. Del mismo modo que este tzadik se preocupó y ocupó de otros durante toda su vida – no como “otros” sino como se ocupó de su propia alma – ahora también, nada a cambiado el sigue sintiendo tu dolor y reza por ti. 

El Zohar declara lo siguiente, el tzadik esta con nosotros todavía más que antes. Durante su vida el justo estaba confinado a los límites del cuerpo físico. Ahora trasciende todo este tipo de limitaciones. Pero nunca abandona su preocupación por la situación de otra alma, no importa donde se encuentre esa alma. Del mismo modo que durante su vida no reconocía las limitaciones de “Tu y yo” (somos todos uno) ahora también puede ignorar las limitaciones de vida y más allá.

Esta es la principal razón por la cual visitamos las tumbas de los justos para pedirles que intercedan en nuestro favor. Y en la práctica es una costumbre muy común de todas las comunidades judías alrededor del mundo. 

Mensaje agregado 

2 Macabeos, capítulo 12 : 45-46 

El sacrificio por los soldados muertos en la batalla 

12: 38 Luego Judas reunió al ejército y se dirigió hacia la ciudad de Odolám. Como estaba ya próximo el séptimo día de la semana, se purificaron con los ritos de costumbre y celebraron el sábado en aquel lugar. 
12:39 Los hombres de Judas fueron al día siguiente —dado que el tiempo urgía— a recoger los cadáveres de los caídos para sepultarlos con sus parientes, en los sepulcros familiares. 
12:40 Entonces encontraron debajo de las túnicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los ídolos de Iamnia, que la Ley prohíbe tener a los judíos. Así se puso en evidencia para todos que esa era la causa por la que habían caído. 
12:41 Todos bendijeron el proceder del Señor, el justo Juez, que pone de manifiesto las cosas ocultas, 
12:42 e hicieron rogativas pidiendo que el pecado cometido quedara completamente borrado. El noble Judas exhortó a la multitud a que se abstuvieran del pecado, ya que ellos habían visto con sus propios ojos lo que había sucedido a los caídos en el combate a causa de su pecado.
12:43 Y después de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil dracmas, las envió a Jerusalén para que se ofreciera un sacrificio por el pecado. Él realizó este hermoso y noble gesto con el pensamiento puesto en la resurrección, 
12:44 porque si no hubiera esperado que los caídos en la batalla iban a resucitar, habría sido inútil y superfluo orar por los difuntos. 
12:45 Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus pecados. 

******************* 

Y ahí, esos judíos creían en la intercesión de los vivos a favor de los muertos. Para que vean que el pensamiento judío no es tan materialista, ni tan nihilista como lo pintan algunos.


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