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¿Por qué los judíos no comprendieron que Jesús era el mesías?


Como sacerdote católico, es importante reconocer que la cuestión de por qué los judíos no comprendieron que Jesús era el Mesías es un tema complejo que ha sido objeto de debate y reflexión en la Iglesia Católica durante siglos. En este sentido, es importante recordar que la Biblia es, junto con la Tradición Apostólica, la fuente principal de enseñanza para los católicos, y por lo tanto, es una herramienta esencial para responder a esta pregunta.

Para entender por qué los judíos no comprendieron que Jesús era el Mesías, es necesario examinar las Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, encontramos numerosas profecías que anuncian la venida del Mesías, como por ejemplo en el libro de Isaías: "Por tanto, el Señor mismo les dará una señal: la joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel" (Isaías 7:14). Estas profecías se cumplieron en Jesús, quien fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la Virgen María.

Sin embargo, a pesar de estas profecías, los judíos esperaban un Mesías diferente al que Jesús se presentó. Esperaban a un rey guerrero que liberaría a Israel del dominio romano y establecería un reino terrenal de justicia y paz. En cambio, Jesús se presentó como el "Hijo del Hombre" y el "Cordero de Dios" que había venido a salvar a la humanidad del pecado y la muerte.

Además, la mayoría de los líderes religiosos de los judíos, incluyendo los fariseos y los escribas, rechazaron a Jesús y lo condenaron a muerte. Esto se debe en parte a que muchos de ellos se habían acostumbrado a un sistema religioso basado en la ley y la tradición, en lugar de centrarse en la fe y el amor. Jesús criticó frecuentemente a estos líderes religiosos, llamándolos "hipócritas" y "sepulcros blanqueados" (Mateo 23,27).

Además de lo que ya he mencionado, hay otras razones por las cuales los judíos no comprendieron que Jesús era el Mesías. Una de ellas es el hecho de que Jesús no cumplió con las expectativas políticas y militares que muchos tenían del Mesías. En lugar de liderar una rebelión contra los romanos, Jesús se presentó como un humilde siervo y predicador, que enseñaba acerca del amor, la misericordia y el perdón. Esto era difícil de aceptar para aquellos que esperaban un líder poderoso que liberaría a su pueblo de la opresión.

Otro factor que contribuyó a la falta de comprensión de los judíos sobre Jesús como Mesías fue su mensaje de salvación universal. Muchos judíos de la época creían que la salvación era solo para ellos, como pueblo elegido de Dios, y que los gentiles no tenían acceso a ella. Jesús, en cambio, predicaba un mensaje de salvación para toda la humanidad, lo que no fue bien recibido por algunos de sus compatriotas.

Además, la forma en que Jesús se presentó a sí mismo como Mesías también fue un factor importante en la falta de comprensión de los judíos. En lugar de utilizar títulos reales y poderosos como "rey" o "emperador", Jesús se autodenominaba "Hijo del Hombre", un término que no tenía las mismas connotaciones políticas y militares que los títulos que muchos esperaban del Mesías.

En cuanto a las escrituras que se relacionan con este tema, encontramos varios pasajes bíblicos que tratan sobre la falta de comprensión de los judíos acerca de la identidad de Jesús como Mesías. Por ejemplo, en Juan 1:10-11 se lee: "El estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció. Vino a lo suyo, y los suyos no le recibieron".

En otro pasaje, en Lucas 24:25-26, después de la resurrección de Jesús, se describe cómo dos discípulos habían perdido la esperanza de que Jesús fuera el Mesías, debido a su crucifixión: "Y él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?".

En conclusión, es importante recordar que la falta de comprensión de los judíos acerca de la identidad de Jesús como Mesías es un tema complejo que ha sido objeto de reflexión y discusión en la Iglesia Católica durante siglos. Hay varios factores que contribuyeron a esta falta de comprensión, como las expectativas políticas y militares que muchos tenían del Mesías, la universalidad del mensaje de salvación de Jesús y la forma en que se presentó a sí mismo como Mesías. Sin embargo, como católicos, sabemos que Jesús es el Mesías prometido en las Escrituras y seguimos su ejemplo de amor y servicio a los demás.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Es sacerdote y militar; sirve a Dios y a su Patria.



El colombiano Silverio Suárez sintió la llamada de Dios para dos misiones: salvar almas a través del sacerdocio y salvar vidas desde el Cuerpo de Policía.

El padre Suárez, de 61 años, es el único sacerdote católico que sirve como oficial de alto rango en la fuerza policial de Colombia.

Hace apenas unos días ha sido nombrado el número dos de la Policía Nacional de Colombia, desde donde lucha contra el narcotráfico y por los procesos de paz, al mismo tiempo que confiesa a presos, acompaña a las familias en momentos de dolor o invita a sus compañeros a rezar el Rosario.

El P. Silverio trabajaba como periodista en el periódico “El Tiempo” y fue en una de sus páginas donde vio un anuncio para un puesto en la policía de Colombia.

Tras varias pruebas y entrevistas logró ingresar, sin imaginar la gran misión que todavía Dios le reservaba.

Fue durante sus primeros años como policía, donde ingresó a los 32 años, cuando vio la necesidad de cambiar “los corazones” de sus compañeros y donde pudo ver de cerca la muerte y plantearse o efímero de la vida.

En conversación con ACI Prensa, contó que “lo que más me impactó fue el lema de la policía, que era ‘Dios y Patria’, y yo quería entregar mi vida a servir a Dios y servir a mi patria, esto era lo que yo estaba buscando”.

“Le entregué un cheque en blanco a nuestro Señor”, dijo el padre Silverio, quien pudo combinar sus estudios de sacerdote con su trabajo de policía a pesar de las dificultades y complicaciones que eso conllevaba. Fue ordenado a los 39 años.

“¿Cuál es la misión del sacerdote? Ante todo servir a Dios y servir a sus semejantes. ¿Cuál es la misión de la policía? El lema lo dice, servir a Dios y, segundo, servir a la patria, servir a mis semejantes. Mi misión como sacerdote es salvar almas y como policía salvar vidas”, explicó el sacerdote y General.

“Yo he visto compañeros una tarde, y a los dos días han sido asesinados en un acto terrorista. Me tocó enterrarlos, y he visto tantos compañeros víctimas de la violencia, que han sido secuestrados en las peores condiciones de vida”, lamentó.

El sacerdote explicó que en Colombia la guerrilla tenía campos de concentración donde había personas viviendo en las peores condiciones, “donde ni a los animales se trataba de esa forma”.

“Encadenados, en cárceles de alambre de púas, donde no podían ir ni siquiera al baño. No tenían ni un sitio donde dormir… por el hecho de ser policías. Y como sacerdote acompaño a esas familias en su dolor”, explica.

Recordó emocionado una ocasión en la que estuvo hablando con un compañero, “y me pidió que rezara por él y por sus hombres”.

“Nos despedimos y por sorpresa a los pocos días lo secuestraron. Él consiguió escaparse de los guerrilleros, que lo volvieron a tomar prisionero, lo violaron y lo mataron. Unas cosas durísimas”, lamentó.

Relató que, como sacerdote, “también hay que dar mucho ánimo a los policías, sobre todo últimamente con las protestas sociales, donde prácticamente quemaban vivos a los policías”.

Preguntado acerca del peligro que corre su vida, aseguró que “yo voy con Dios, a eso no le tengo temor. Yo vivo una vida común y corriente, yo no tengo escoltas, no tengo nada de esas cosas”.

“Aunque he vivido muchas situaciones de peligro, especialmente en la época fuerte de la guerrilla, en el 95”.

El padre explicó que ambas vocaciones son compatibles y señaló que “cuando ha estado en peligro mi vida, me he tenido que defender. La misma Iglesia lo contempla: el injusto agresor”.

“Yo tengo que defender mi vida frente a la agresión de alguien que quiere hacerme daño. Sí que he tenido que actuar como policía, pero por fortuna no he tenido que matar a nadie. Pero defenderme sí, claro”, precisó.

También contó a ACI Prensa que “mientras patrullamos, voy hablando con los policías, y muchos son alumnos de la escuela. Son ‘confesiones’ de dos horas, donde los muchachos abren su corazón y salen totalmente renovados. Era muy bonito”.

“Quedaban felices...”

“También iba por las garitas y vi a un muchacho solo, con su fusil, pensando tantas cosas. Y les hacía la visita, les hablaba, les preguntaba si eran católicos y les invitaba a rezar el Rosario juntos. Rezábamos por sus familias y sus novias. Y ellos se quedaban felices”, recordó.

El mayor general de la policía explicó que “gran parte de mi labor fue con los presos. En las comisarías de policía hay salas de retenidos, y en esas salas hay un hacinamiento bárbaro”.

“En sitios donde había 150 internos que muchas veces duermen incluso en cuclillas o sentados, porque no hay sitio. A ellos me dediqué plenamente, les llevaba ropa, les daba algo de dinero para que pudieran hacer llamadas… la mayoría eran muy pobres”, lamentó el sacerdote.

Contó también que “muchos de ellos robaban porque tenían que dar de comer a sus familias. Con la lluvia en Bogotá se moja el cartón y ellos no tienen qué vender. Me decían: ‘Usted no sabe lo que es llegar a mi casa y escuchar a mis hijos llorar de hambre’. Este es el hurto famélico”, explicó.

El narcotráfico

A continuación, afirmó que el narcotráfico “es lo peor que le ha podido pasar a Colombia”.

“Antes del narcotráfico Colombia era un país trabajador, con gente que estudiaba, trabajaba en la agricultura, y el narcotráfico se infiltró en los corazones colombianos. Hasta a la propia Iglesia a uno le ofrecían ofertas de narcotráfico. Así se metió el demonio en Colombia, con el narcotráfico”, aseguró.

“Pablo Escobar parecía intocable, él tenía su propio ejército. Y la policía le dio de baja, y a todos los que estaban con él”, señaló.

Resaltó que “el objetivo de Pablo Escobar eran los policías, ofrecían un millón de pesos por un policía, mató más de 500 policías en aras de sembrar el terror”, recordó el sacerdote.

“Murió gente muy buena. Ha degradado mucho los valores en nuestro país, el dinero fácil es lo peor. Y aquí en Europa venden la camiseta de Pablo Escobar como si fuese un héroe, y me pregunto, ¿qué les pasa?”.

También dijo que los policías “somos las personas más expuestas a la corrupción dentro de la policía. Hemos luchado mucho contra eso”.

“Juramos ante Dios cumplir con nuestro deber, y en eso somos muy respetuosos, aunque desafortunadamente algunas personas se dejan corromper y hay que luchar contra eso. Es muy triste cuando un policía se deja corromper, el dinero fácil corrompe los corazones y es un dinero maldito”, sentenció.

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