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La Santa Sede aclara: Bendiciones a parejas del mismo sexo no son "justificación", y no serán "litúrgicas" o "ritualizadas"


El Vaticano emitió una aclaración el jueves con respecto a la reciente autorización de bendiciones a parejas homosexuales o en "situación irregular", según lo establecido en el controvertido documento "Fiducia Supplicans". El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, emitió un comunicado para clarificar ciertos puntos.

En el comunicado, se especifica que las bendiciones no serán "litúrgicas ni ritualizadas" y no implicarán una "justificación" de la situación de las personas involucradas. El cardenal Fernández subrayó que se trata de "breves y simples bendiciones pastorales" dirigidas a parejas en situaciones irregulares, y no a las uniones en sí mismas. Además, enfatizó que estas bendiciones no aprueban ni justifican la situación de las personas.

La novedad principal del documento radica en la "invitación a distinguir" entre bendiciones "litúrgicas o ritualizadas" y aquellas que son "espontáneas o pastorales". Estas últimas, según el comunicado, deben ser muy breves para diferenciarse de las litúrgicas. Se proporciona un ejemplo de una "bendición pastoral" que el sacerdote podría pronunciar en unos 10 o 15 segundos, enfocada en la salud, el trabajo, la paz y la ayuda mutua de la pareja.

El Vaticano reafirma que estas bendiciones pastorales no pueden realizarse simultáneamente con ritos civiles de unión, como ceremonias de boda, para evitar confusiones. Aunque se permiten estas bendiciones informales, el Vaticano no las equipara al matrimonio canónico.

Además, se destaca que la recepción de esta declaración en las diócesis requerirá un "tiempo más prolongado de reflexión pastoral". Esto surge en medio de declaraciones y cartas pastorales de conferencias episcopales y diócesis que instan a sacerdotes a no bendecir a parejas del mismo sexo o en situaciones irregulares.

En relación con países donde la declaración de orientación sexual es penalizada legalmente, la Congregación señala que bendecir a personas homosexuales podría ser imprudente y exponerlas a violencia, respetando así las leyes locales.

Un sacerdote es suspendido por defender las bendiciones a parejas homosexuales, ya antes había defendido el aborto y la eutanasia.


Giulio Mignani, de 52 años, párroco de Bonassola, Montaretto, Framura y Castagnola, en la diócesis italiana de La Spezia ha sido suspendido. El obispo Luigi Ernesto Palletti le ha comunicado este 3 de octubre que no podrá presidir la misa ni celebrar en público los demás sacramentos ya que, señala el decreto, “a lo largo de los años ha hecho repetidas declaraciones públicas, que también han aparecido en varios periódicos y entrevistas de televisión, en las que ha apoyado reiteradamente posiciones que no se ajustan a la enseñanza de la Iglesia”.

A esta sanción eclesiástica, Mignani ha respondido con una entrevista en la edición italiana de Vanity Fair en la que sitúa el origen de sus desencuentros en la ‘huelga’ que llevó a cabo en la celebración del Domingo de Ramos de 2021 cuando decidió “no bendecir las palmas como protesta por el ‘responsum’ de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que había prohibido la bendición de las parejas homosexuales”. “Me dije: en la iglesia hemos bendecido todo, incluso las armas y las guerras en el pasado. ¿Y no queremos bendecir el amor verdadero?”, señala el sacerdote.

Desde entonces señala que se han intensificado los encuentros y las llamadas con su obispo hasta esta medida. Y es que el cura se ha manifestado de forma heterodoxa en cuestiones como el aborto y la eutanasia. “Creo que la Iglesia, y también se lo dije al obispo, ha basado su doctrina a lo largo de los siglos, y ya está fechada. Debemos dejarnos interpelar por los nuevos conocimientos. Citando una parábola de Jesús, hoy no tenemos una oveja perdida y las otras 99 en el corral, sino lo contrario. La gente se da cuenta de que estas cosas están anticuadas”, apunta Mignani.

Escuchar a la gente

El hasta ahora párroco también relata que “inspirado en el sínodo del papa Francisco, que empieza escuchando a la gente, creé un cuestionario, que luego difundí en Internet, donde se pedía a la gente, de forma anónima, que dijera lo que pensaba sobre el celibato de los sacerdotes, el aborto, la homosexualidad, el sacerdocio de las mujeres, la eutanasia. Recogí 434 respuestas e hice un dossier analizándolas. Precisamente porque no quería que fuera sólo palabrería” y se lo mandó al Papa que respondió a través de una carta de la Secretaría de Estado.

“No puedo hacer las cosas a medias. Tomemos el caso de las parejas homosexuales: la Iglesia no condena la homosexualidad, sino las relaciones homosexuales. Que es como decirle a alguien que no pasa nada si tiene hambre, pero que no puede comer. La acogida de estas personas nunca es total”, denuncia. Por ello reclama que “lo que hay que cambiar es el paradigma: el amor homosexual se sigue considerando un pecado, un error, cuando en cambio es la dimensión fundamental de la vida de estas personas. La Iglesia dice en todas partes que no se debe discriminar a las personas homosexuales, y sin embargo un homosexual no puede entrar en el seminario”. De momento, para el sacerdote, parece que su readmisión es algo poco probable.

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