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La lucha contra el impacto del reggaetón en la cultura y la urgencia de la defensa espiritual de nuestras almas.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy me dirijo a ustedes con un corazón apesadumbrado, reflexionando sobre un fenómeno que ha cautivado nuestra sociedad y que, desafortunadamente, ha ejercido un impacto negativo en nuestras almas: el reggaetón. La música tiene el poder de influir en nuestras emociones y moldear nuestras actitudes, y el reggaetón en particular ha dejado una marca profunda en nuestra cultura y en nuestra manera de vivir la fe.

En nuestra búsqueda de la verdad y la santidad, debemos ser conscientes de las influencias que permitimos en nuestras vidas. El reggaetón, con su ritmo pegajoso y sus letras explícitas y vulgares, nos expone a una visión distorsionada de la sexualidad y las relaciones humanas. Promueve una cultura de objetificación, donde el cuerpo y los instintos se magnifican y los valores morales se desdibujan.

Hermanos y hermanas, debemos preguntarnos: ¿Cómo podemos, como cristianos comprometidos, permitir que esta música penetre en nuestras almas? ¿Qué efecto tiene en nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos? Es nuestra responsabilidad proteger nuestras mentes y corazones de todo aquello que pueda desviar nuestra atención del amor y la verdad de nuestro Señor.

La música, cuando está en armonía con los valores y enseñanzas de nuestra fe, puede elevar nuestras almas y ayudarnos a conectarnos con lo divino. Sin embargo, el reggaetón no ofrece esa elevación espiritual ni nos acerca a Dios. Nos arrastra hacia lo mundano y lo superficial, desviándonos del camino de la santidad y socavando nuestra relación con Dios.

Como cristianos, estamos llamados a discernir y elegir sabiamente las influencias que permitimos en nuestras vidas. Debemos buscar la música que nutra nuestras almas, que inspire pensamientos y sentimientos puros y que nos acerque a la belleza y la santidad de Dios. La música debe elevarnos, hacernos reflexionar y fortalecer nuestro compromiso con los valores cristianos.

En nuestra lucha por resistir los efectos negativos del reggaetón, recordemos que somos llamados a ser luces en medio de la oscuridad. Podemos utilizar nuestra voz para promover una cultura de dignidad humana y respeto mutuo. Podemos fomentar el amor y la pureza en nuestras relaciones y alentar a otros a hacer lo mismo. Podemos ser testigos de un estilo de vida que refleje la grandeza del amor de Dios.

No nos dejemos arrastrar por las corrientes de la cultura popular, sino que permanezcamos firmes en nuestra fe y en los valores que nos enseña la Iglesia. Oremos por aquellos que se ven atrapados en las cadenas de la música degradante y busquemos maneras creativas de elevar la música y el arte a niveles que honren a Dios y enriquezcan nuestras vidas.

Queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre que somos amados por un Dios misericordioso que nos invita a vivir en comunión con Él.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Preguntas a un sacerdote: ¿Un católico puede bailar reguetón?


La Iglesia Católica no tiene una postura específica sobre si los católicos pueden o no bailar reguetón. Como en cualquier tipo de baile, lo importante es la actitud y la intención que se tiene al hacerlo.

El reggaeton (o reguetón) es un género musical que a menudo contiene letras explícitas y mensajes que pueden ser ofensivos o contrarios a los valores cristianos. Por lo tanto, los católicos deben ser cuidadosos al elegir qué tipo de música escuchan y bailan.

Además, los católicos deben considerar cómo el baile y la música afectan su relación con Dios y su testimonio como cristianos. Si el baile de reggaeton se convierte en una ocasión para el pecado o se lleva a cabo en un ambiente que fomente la inmoralidad, entonces los católicos deben evitarlo.

En última instancia, los católicos deben seguir su conciencia y buscar orientación de su pastor o guía espiritual si tienen dudas sobre si el baile de reggaeton es apropiado para ellos. La clave es buscar siempre la santidad y la cercanía con Dios en todo lo que hacemos, incluyendo nuestras elecciones de música y baile.

El baile en sí mismo no es moral o inmoral, sino que depende de la actitud y la intención que se tiene al hacerlo. Si se baila de forma digna y respetuosa, sin caer en la vulgaridad o el exhibicionismo, no hay nada intrínsecamente malo en ello.

Sin embargo, algunos tipos de baile pueden llevar a la inmoralidad si se realizan de una manera que fomente el pecado. Por ejemplo, el baile erótico o sensual que busca excitar a los demás o que se lleva a cabo en un ambiente promiscuo y pecaminoso, es contrario a la moralidad católica.

Además, la elección de la música que se baila es importante. La música con letras explícitas, mensajes inmorales o blasfemos no es apropiada para los católicos. Es importante seleccionar música que refleje valores cristianos y fomente la virtud y la santidad.

Autor: Pbro. Ignacio Andrade.

María Conchita Alonso afirma que Bad Bunny y el reggaetón son demoniacos y forman parte del Nuevo Orden Mundial y la Agenda 2030.

 


La cantante cubana cargó contra el contenido sexual de las letras y vinculó el género música a una suerte de logia mundial que busca implantar una agenda demoniaca.

La intérprete cubano estadounidense María Conchita Alonso se manifestó en contra del reggaeton y arremetió en especial contra Bad Bunny, al asegurar en una conferencia de prense que “está el demonio metido” en el mencionado género.

La cantante cubano estadounidense María Conchita Alonso semanifestó en contra del reggaeton y arremetió en especial contra Bad Bunny, al asegurar en una conferencia de prense que “está el demonio metido” en el mencionado género.

“Cuando escucho esas canciones tan vulgares… porque las mías nunca fueron vulgares, fueron sexuales: se hablaba de tocar, de disfrutar, pero de una forma bonita, no asquerosa”, expresó la artista.

“Entonces, cuando escucho eso, digo: ‘Ahí está el demonio metido’, de verdad. Le quieren meter a los niños que escuchan todas estas canciones cosas que … Los niños tienen que ser niños, disfrutar la niñez”, agregó.

Tras criticar el contenido de los temas más populares del momento, Alonso aseguró que “a mí me da mucha pena ver a estos artistas cuando dicen esas cosas y luego ver a los niñitos moviéndose y haciendo lo que hacemos nosotros los grandes. Entonces, yo no estoy de acuerdo con ese tipo de música porque no me gusta la vulgaridad”.

“Cuando un ser humano, una persona, quiere ser lo que quiera ser, tiene tiempo para elegirlo, escogerlo y hacerlo cuando sea grade, cuando ya pasa de los 18 años. Pero dejen que los niños crezcan gozando su inocencia”, argumentó.

“No estoy de acuerdo en que digan ‘Métemela’, ‘Hazme esto’, ‘Chupa…’. O sea, no no no. Quieres estar en una orgía, está en una orgía, pero los niños están creciendo con que eso es algo normal, algo bueno. Pero no lo es”, remarcó.

"Hay algo que se llama nuevo orden mundial, hay algo que se llama la Agenda 2030, y todo esto está metido dentro de este grupo, que es demoniaco", sentenció la intérprete.

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