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¿El viernes 13 es un día "satánico" o de "mala suerte"?


Es un placer para mí dirigirme a ustedes en relación con una cuestión que ha intrigado a muchas personas a lo largo de los siglos: el viernes 13, un día que ha sido cargado con supersticiones y mitos. Permítanme asegurarles que no hay ninguna base bíblica, catequística o patrística que respalde la idea de que el viernes 13 sea un día "satánico" o de "mala suerte". En realidad, estas creencias son simplemente supersticiones que han perdurado en la cultura popular, pero no tienen fundamento en la verdad cristiana.

Para entender mejor este tema, es importante considerar el origen de estas supersticiones. La asociación del viernes 13 con la mala suerte parece ser una combinación de dos supersticiones separadas que se han entrelazado con el tiempo. En primer lugar, la idea del viernes como un día de mala suerte tiene raíces en algunas tradiciones folclóricas. Algunas personas han considerado el viernes como un día desafortunado debido a la creencia de que Jesús fue crucificado en un viernes. Sin embargo, es crucial recordar que el viernes es también el día en que celebramos la Pasión del Señor, un momento central en nuestra fe cristiana que nos recuerda el amor redentor de Cristo por la humanidad.

Por otro lado, la fobia al número 13 se conoce como triskaidekaphobia y ha existido durante siglos en diversas culturas. La razón detrás de esta fobia no es completamente clara, pero algunos creen que tiene que ver con la numerología y la antigua creencia de que el número 12 era un número completo y perfecto, mientras que el 13 se percibía como irregular y, por ende, ominoso. Esta superstición se combinó eventualmente con la aversión al viernes, creando así la leyenda del viernes 13 como un día particularmente desafortunado.

Es interesante mencionar que una fuente adicional de esta superstición proviene de un evento histórico que ha capturado la imaginación popular: la persecución de la Orden del Temple, que comenzó el 13 de octubre de 1307. Esta orden militar y religiosa, también conocida como los Caballeros Templarios, fue objeto de una intensa persecución por parte de Felipe IV de Francia y el Papa Clemente V. La fecha específica del 13 de octubre ha sido asociada con la mala suerte desde entonces, y algunos han vinculado esta fecha con el mito del viernes 13.

Sin embargo, desde una perspectiva cristiana, estas creencias no tienen base teológica sólida. La Biblia no menciona específicamente el viernes 13 como un día especial de mala suerte, y los eventos históricos, aunque significativos, no tienen relación directa con las creencias supersticiosas que han surgido alrededor de esta fecha.

Desde la óptica de nuestra fe, debemos recordar que nuestra confianza debe estar en Dios y no en las supersticiones. En Proverbios 3, 5-6, se nos enseña: "Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas". Esta enseñanza nos recuerda que nuestra confianza debe estar en Dios y no en las supersticiones humanas.

Además, el Catecismo de la Iglesia Católica nos insta a evitar la superstición y a confiar en Dios en todas las circunstancias de la vida. La superstición, según el Catecismo, es "el desvío del sentido religioso natural que Dios ha puesto en el corazón del hombre. Es igualmente rechazable atribuir la eficacia de las oraciones o de los signos sacramentales a su mera materialidad, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen" (Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 2111). En otras palabras, nuestra fe debe estar arraigada en una relación genuina con Dios y no en creencias supersticiosas sin fundamento.

Es importante recordar que nuestra fe en Dios nos libera del temor a las supersticiones y nos permite vivir con confianza y esperanza en su amor y cuidado. La superstición, en última instancia, nos distrae de nuestra verdadera llamada como discípulos de Cristo: amar a Dios y a nuestro prójimo, vivir en la verdad y la caridad, y buscar la justicia y la paz en el mundo.

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, el viernes 13 y otras supersticiones similares son simplemente productos de la imaginación humana y no tienen fundamento en la fe cristiana. Podemos vivir con la certeza de que estamos en las manos amorosas de Dios, quien nos protege y nos guía en todo momento. Que nuestra fe nos dé la valentía para liberarnos del miedo a las supersticiones y vivir en la confianza y la alegría que provienen de nuestra relación con Dios.

Que Dios los bendiga y los guarde siempre en su amor y gracia.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

¿Por qué se dice que las 3:00 a.m. es la hora del demonio?


Es mi deber aclarar que la afirmación de que las 3:00 a.m. es la hora del demonio no tiene fundamento bíblico ni teológico. No hay ninguna referencia explícita en la Biblia que establezca esta creencia. Es importante recordar que como cristianos, nuestra fe se basa en la Palabra de Dios y en la enseñanza de la Iglesia.

La idea de que las 3:00 a.m. es la hora del demonio parece ser más bien una creencia popular o una superstición que ha surgido a lo largo del tiempo. A menudo, las supersticiones y creencias populares pueden tener su origen en el miedo o en la falta de conocimiento sobre ciertos temas.

En cuanto a las referencias bíblicas relevantes, quiero destacar que la Biblia nos enseña que el diablo es un ser espiritual que siempre está activo y busca tentar y engañar a los seres humanos. En el Evangelio según San Pedro, se nos dice: "Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro 5,8). Esta enseñanza nos muestra que el diablo siempre está presente y no está limitado a una hora específica.

En el libro del Apocalipsis, se menciona que Satanás es el acusador de los hermanos, que los acusa día y noche ante Dios (Apocalipsis 12,10). Esta referencia muestra que el diablo está constantemente activo, sin importar la hora del día.

Además, Jesús nos enseñó a orar constantemente y a permanecer vigilantes. En el Evangelio según San Mateo, Jesús nos exhorta a "velar" y a estar preparados en todo momento, ya que no sabemos ni el día ni la hora en que el Hijo del Hombre vendrá (Mateo 24,42-44). Esta enseñanza nos muestra la importancia de estar alerta y conscientes de la presencia del mal en todo momento, sin importar la hora.

En cuanto a la interpretación de las horas específicas en la Biblia, es importante recordar que el tiempo es relativo y que las referencias horarias en la Biblia suelen tener un significado simbólico o espiritual más profundo. Por ejemplo, en el Salmo 22,2, el salmista dice: "Dios mío, clamo de día, y no respondes; y de noche, y no hay para mí reposo". Esta referencia no significa que Dios solo escucha nuestras oraciones durante el día o la noche, sino que el salmista está expresando su angustia y su clamor constante hacia Dios.

En cuanto a la cita bíblica que podría relacionarse con la creencia de que las 3:00 a.m. es la hora del demonio, podríamos considerar el pasaje del Evangelio según San Mateo donde se narra la crucifixión de Jesús. En Mateo 27,45-46 se dice: "Desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?". Este pasaje nos muestra que Jesús experimentó un momento de oscuridad y abandono en la cruz, pero no establece ninguna conexión específica con las 3:00 a.m.

En resumen, la afirmación de que las 3:00 a.m. es la hora del demonio carece de fundamento bíblico y teológico. Como cristianos, debemos basar nuestra fe en la Palabra de Dios y en la enseñanza de la Iglesia. Es importante recordar que el diablo está siempre activo y busca tentar y engañar a los seres humanos, sin importar la hora del día. Nuestra tarea como creyentes es permanecer vigilantes y orar constantemente, confiando en la protección y el amor de Dios en todo momento.

Autor: Padre Ignacio Andrade.

Qué es el escapulario y los peligros de usarlo de manera supersticiosa


El escapulario es una devoción mariana muy extendida en la Iglesia Católica, particularmente asociada con la Orden Carmelita. Consiste en un pequeño objeto devocional que generalmente se lleva alrededor del cuello, que consta de dos piezas de tela conectadas por una cuerda o cadena. Una de las piezas de tela se coloca sobre el pecho y la otra en la espalda, y generalmente tienen imágenes o símbolos religiosos relacionados con la Virgen María.

El escapulario tiene sus raíces en la tradición carmelita, que se remonta al siglo XIII. Según la tradición, la Virgen María se apareció a San Simón Stock, un carmelita, y le entregó el escapulario, prometiendo protección y salvación a aquellos que lo usaran devotamente. La devoción al escapulario ha sido respaldada y promovida por muchos santos y papas a lo largo de los siglos, y ha ganado una gran popularidad en la Iglesia Católica.

Sin embargo, es importante comprender que el uso del escapulario no es un amuleto mágico ni una garantía automática de salvación. La fe católica enseña que nuestra relación con Dios se basa en una respuesta personal de amor y obediencia a Su voluntad revelada, y no en objetos físicos. La salvación es un don gratuito de Dios, que se nos ofrece a través de la fe en Jesucristo y la participación en los sacramentos de la Iglesia.

La Biblia misma nos enseña que la fe verdadera se manifiesta en acciones concretas y en una relación viva con Dios. En el Evangelio de Mateo, Jesús dice: "No todo el que me dice: '¡Señor, Señor!', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21). En otras palabras, no es suficiente llevar un objeto religioso o recitar oraciones si no vivimos de acuerdo con la voluntad de Dios y nos esforzamos por seguir a Cristo en nuestra vida cotidiana.

Por lo tanto, el peligro de usar el escapulario de manera supersticiosa radica en verlo como una especie de amuleto protector o una fórmula mágica que nos garantiza la salvación. Esto puede llevar a una falsa sensación de seguridad y a descuidar el crecimiento espiritual y la conversión personal. Jesús criticó a los fariseos en el Evangelio de Mateo, diciendo: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpian por fuera el vaso y el plato, pero por dentro están llenos de robo y de injusticia" (Mateo 23:25). Del mismo modo, usar el escapulario de manera superficial, sin una verdadera transformación interior, puede llevar a una religiosidad vacía y sin sentido.

La Iglesia Católica no promueve ni aprueba las prácticas supersticiosas. La superstición implica atribuir poderes mágicos a objetos o acciones en sí mismos, en lugar de confiar en la gracia de Dios y en una relación viva con Él. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña claramente que "la superstición es el desvío del culto debido al verdadero Dios y a la religión" (Catecismo 2110).

En cambio, la Iglesia nos anima a vivir una fe auténtica y vibrante, basada en la oración, la participación en los sacramentos, la lectura y reflexión de la Palabra de Dios, la caridad hacia los demás y la obediencia a los mandamientos de Dios. Estas son las bases sólidas de una vida cristiana plena y significativa.

Dicho esto, es importante destacar que el escapulario puede tener un valor espiritual y devocional legítimo cuando se usa y se comprende adecuadamente. La Iglesia enseña que el escapulario es un signo de la consagración a la Virgen María y una expresión de confianza en su intercesión y protección maternales. Puede ser una ayuda concreta para recordarnos nuestra fe y nuestra llamada a vivir como discípulos de Cristo.

Sin embargo, es esencial que usemos el escapulario con una comprensión adecuada de su significado y propósito. No debemos confiar en él como un sustituto de una vida de fe auténtica y de una relación personal con Dios. En lugar de ello, debemos verlo como un recordatorio de nuestro compromiso con Cristo y nuestra dependencia de la gracia divina.

Además, es importante recordar que la Virgen María es una madre espiritual para todos los creyentes y que podemos acudir a ella con confianza y devoción. Ella intercede por nosotros y nos acompaña en nuestro camino de fe. Sin embargo, nuestra relación con María no debe eclipsar nuestra relación con Jesucristo, quien es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2, 5). María misma nos señala a su Hijo y nos lleva a Él.

En resumen, como sacerdote católico, mi intención es recordarles que el escapulario, si se usa de manera adecuada y comprensiva, puede ser una expresión válida de devoción y una ayuda para la vida de fe. Sin embargo, debemos evitar caer en la superstición y la creencia en poderes mágicos inherentes al objeto en sí mismo. La fe católica nos llama a una relación personal con Dios y a una vida de obediencia y amor en respuesta a Su gracia. Que nuestra devoción a la Virgen María y nuestra práctica religiosa estén siempre arraigadas en la fe en Jesucristo y en una búsqueda sincera de vivir según Su voluntad revelada.

Los riesgos de usar el agua bendita para "magia blanca" o supersticiones



Todavía es común ver en la entrada de las iglesias o a la salida de las sacristías, sobre todo en los templos antiguos, una pila de agua bendita en donde los fieles mojan un dedo y trazan con él una cruz sobre la frente. Al hacerlo, hasta hace algunos años, las personas solían decir: “Que esta agua bendita sea para mí salud y vida”.

Sin embargo, actualmente es muy fácil desviar una devoción legítima y convertirla en un acto de superstición o magia que, por supuesto, ofende a Dios. Y es que algunos fieles acuden a las iglesias en busca de agua bendita en grandes cantidades, porque creen que es necesario literalmente bañarse en ella para sentirse bendecidos o purificados, o exigen al sacerdote que les “eche bien agua bendita” al final de la Misa por considerar que no les cayó la suficiente.

También hay “brujos” que suelen pedir “agua bendita de siete iglesias de santos varones” y tiene que ser precisamente de templos dedicados a la memoria de algún santo hombre, y no de alguna santa o de la Virgen María. Esto es brujería pura y sería digno de risa si no fuera trágico por la gente que se lo cree.

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que cuando el sacerdote bendice el agua, la convierte en un “sacramental”, o sea “en un signo sagrado creado por la Iglesia imitando de alguna manera a los Sacramentos para expresar efectos sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los Sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida” *C.E.C. #1667).

Por ejemplo, el uso del agua bendita en la bendición de algún objeto de piedad nos hace descubrir que lo estamos destinando para acrecentar nuestra devoción cristiana; la aspersión del agua bendita en algún lugar se acompaña con la oración a favor de quienes allí habitan o trabajan; la aspersión de otros objetos, como los instrumentos de trabajo, es también una súplica a Dios para que se puedan desempeñar correctamente las actividades personales.

Al hablar de “agua bendita”, debemos también explicar que la fuente y origen de toda bendición es Dios mismo, quien hizo bien todas las cosas para colmarlas de sus bendiciones y seguirlas bendiciendo como un signo de su misericordia.

Dios nos concede el que podamos bendecir su nombre en la alabanza y, en su mismo nombre, podamos colmar de bendiciones divinas las realidades de nuestra vida. Con el rito de la bendición manifestamos la intención de querer utilizar las cosas creadas para alabar a Dios y poder servir mejor a nuestro semejantes. El uso correcto del agua bendita es, pues, responsabilidad de todo el pueblo de Dios.

La magia blanca, ¿Es buena o mala?


LA MAGIA BLANCA, ¿ES BUENA O MALA?
Por Pbro. Sergio G. Román

Algunos dicen que se puede influir para hacer el bien. ¿Qué opina la Iglesia?

El estadounidense David Copperfield fue capaz de “desaparecer” la Estatua de la Libertad ante los ojos atónitos de los espectadores y de las cámaras de televisión. ¿Mago?, no, tan sólo un prestidigitador; quizás el más famoso del mundo y el mejor pagado.

Prestidigitación significa rapidez de los dedos. Es un arte –de la ilusión y del engaño- tan deseado, que hasta pagamos por verlo. Allí no hay magia, hay habilidad, y si a la prestidigitación la llamamos “magia blanca”, entonces no tiene nada de malo, y es perfectamente lícita. Pero la magia blanca es otra cosa.

¿Qué es la magia?

Los diccionarios definen la palabra “magia” como el arte de influir en el curso de los acontecimientos o adquirir conocimientos por medios sobrenaturales, o como el arte o ciencia oculta con que se pretende producir -valiéndose de ciertos actos o palabras o con la intervención de seres imaginables- resultados contrarios a las leyes naturales.

Sobre esto, el Catecismo de la Iglesia Católica es muy claro: “todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la salud-, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios”.

Para el común de las personas, la magia blanca es aquella que se usa para obtener algo bueno o para defenderse de la magia negra, que es cuando se busca el mal de otro. Las personas creen que por tener el calificativo de “blanca” es buena y pagan por ella.

¿Se vale la magia blanca?

Podríamos pensar que el hecho de buscar el bien de los demás o la defensa del mal podrían ser motivo de que fuera lícito el uso de la magia blanca. Ésta es la creencia general e incluso algunas brujas que practican este tipo de magia hacen gala de que son muy católicas y de que aman a la Virgencita de Guadalupe.

Pero la magia blanca es mala, no porque busque el bien de los demás, sino porque en sí misma es una superstición y atenta contra el culto debido a Dios; en concreto, contra el primer mandamiento.

Y es que la magia consiste en atribuirle a las criaturas el poder que solamente Dios tiene. La magia implica una ofensa a Dios cuando tratamos de obligarlo a hacer nuestra voluntad con recursos que consideramos infalibles porque guardan en sí mismos un poder sobre Dios al que Él no puede resistirse.

Y si hablamos de la magia negra, que se caracteriza por la invocación de las potencias malignas para hacer el mal, ¡por supuesto que es mala!

¿Existe realmente la magia?

En esto hay que ser muy prudentes para no pecar de ingenuidad ni de incredulidad. Puede ser que algún brujo tenga un pacto con Satanás y pueda hacer uso de la magia negra para causar el mal. Puede ser, pero la mayor parte de las veces, los brujos, adivinadores y demás son charlatanes que lucran con la ignorancia humana. También puede suceder que haya brujos convencidos de que lo son y, entonces, ellos son los primeros engañados.

Es muy cierto que la magia forma parte de nuestra cultura ancestral, pero los que buscamos ser discípulos de Jesús debemos hacer un esfuerzo para liberarnos de esas prácticas que ofenden a Dios, porque sustituyen la fe, es decir, la confianza que deberíamos tener en Dios y sólo en Él.

Para un buen cristiano los consejos de magia que escuchamos continuamente por la radio y la televisión deberían de ser motivo de preocupación porque denotan la ausencia del Evangelio en nuestro mundo. “El que no conoce a Dios, ante cualquier palo se hinca”.

¡Librémonos de la magia!

Magia son:

• Las famosas cadenas de cartas, las novenas infalibles para obligar a Dios a conceder un favor.

•El sobar una imagen para después sobarnos a nosotros.

•El bañarnos con agua bendita.

•El usar calzones rojos o amarillos y sacar a pasear las maletas en año nuevo.

•Magia es llevar a bendecir semillas que no vamos a sembrar y preciosos borreguitos lanudos para obtener “lana”.

•Magia son esas herraduras, ajos, piedras, imanes, cruces hechas de ocote adornadas de color rojo y con múltiples estampas de la Virgen y de los santos que se utilizan como amuletos.

•Magia es la palma bendita puesta detrás de la puerta para que se vayan los malos vecinos.

•Magia es prender velas de diferentes colores para conseguir dinero, amor, salud, venganza.

•Magia son las limpias que se acostumbran en nuestras familias desde hace muchas generaciones.

Fuente, desdelafe.mx

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¿Qué hay sobre la Acupuntura?



¿QUÉ HAY SOBRE LA ACUPUNTURA?
Por Padre Jordi Rivero

Etim: Del latín "acus", aguja, y "punctura", punzada.

Acupuntura: Operación con fines curativos en la que se clavan una o más agujas en el cuerpo humano. Utilizada por los chinos y japoneses desde la antigüedad.

Nuestro interés no es comentar sobre la eficacia médica de la acupuntura. Eso le corresponde a la medicina. Pero quiero advertir sobre la "acupuntura" que se vende como parte de las prácticas de Nueva Era. Y no se trata de ciencia o medicina. Cuando un centro de "acupuntura" se anuncia de la siguiente manera, entonces se trata de adivinación:

¿Le gustaría Experimentar plenamente la vida, mejorar su salud, vivir muchos años, conocer su futuro, saber qué fechas son buenas para usted y cuáles adversas? LA ACUPUNTURA LE AYUDARÁ

Con frecuencia los centros de acupuntura mezclan una multitud de prácticas de la Nueva Era.

Otro anuncio:
¿Amor?, ¿Vida?, ¿Finanzas?, ¿Carrera?, ¿Qué tienes en la mente?.
El Tarot Mágico te permitirá...

Las promesas no tienen límites: La acupuntura quita todos los dolores y tensiones, hace bajar de peso, quita el vicio de fumar... A estas promesas sigue una jerga típica de la Nueva Era para hacer creer a los ingenuos que se trata de algo científico o misterioso... ¡armonice con el "gi" del día!

Una visita en la red produce innumerables sitios de acupuntura donde venden todo lo que usted necesita para ser un campeón: desde "brazaletes ionizados de rayos Q" hasta hierbas medicinales. ¡Y la gente lo compra! También hay regalos, como una página de acupuntura que ofrece un protector de pantallas chino para la buena suerte, capaz de llenar tu espacio de "Feng Shui positivo".

Los centros de acupuntura suelen utilizar abundantemente nombres de origen chino o japonés para identificarse con la antigua práctica de acupuntura que se remonta a esos países. Pero también promueven superstición y ocultismo: horóscopo chino, Tarot, el "mundo de I-ching" (un oráculo) y mucho más. Con frecuencia reclaman que sus productos tienen poderes sobrenaturales.

Recordamos al lector la admonición de San Pablo:

"En cambio los malos y embaucadores irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos. Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús" - II Timoteo 3,13-15

Conclusión: No nos compete evaluar los posibles méritos de la acupuntura terapéutica. Ese es el campo de la medicina. Pero sí debemos alertar sobre la "acupuntura" que se vende popularmente hoy día por todas partes pretendiendo satisfacer las necesidades humanas a base de técnicas y poderes misteriosos .... Señores, esto nada tiene que ver ni con ciencia ni con religión. Es una crasa impostura religiosa.

Fuente, corazones.org

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Fueron a curanderos y necesitaron cuatro años de exorcismos para liberarse del demonio



FUERON A CURANDEROS Y NECESITARON CUATRO AÑOS DE EXORCISMOS PARA LIBERARSE DEL DEMONIO

El curandero los convenció de estar siendo dañados por envidias, que además había males en su casa, atemorizándolos con un sinfín de embustes, mostrándose él como la única solución a sus males.

El auge de las sectas, el sincretismo religioso y prácticas ocultistas, es una realidad que involucra a miles de personas en el mundo, quienes engañados por las promesas de gurúes, chamanes o curanderos arriesgan su integridad física, psíquica, moral y espiritual.

Es lo que vivió Eduardo Omar Suárez -un hombre sencillo, hoy de 39 años, dedicado a labores del campo cerca de Lobos, ciudad argentina en la provincia de Buenos Aires- y también su familia.

Como muchos chicos de su entorno creció sin mayor educación religiosa y desde pequeño comenzó a relacionarse -sin ser consciente de ello- con el ocultismo… Cuenta a Portaluz que en la región donde vivían era muy normal ir a los curanderos para “sanar” de alguna dolencia: “Yo lo veía de chico en mi familia, al no ser gente de misa, creyente, por cualquier cosita yo iba a un curandero, ya de chico lo sabía. Acá se conoce llevar a los chicos a curar ojeadura, empacho, mal de ojo, esas cosas que existen, esas creencias que andan por todos lados”.

EL ENGAÑO

De mayor y luego de algunos años casado, la esposa de Eduardo -Ludmila- presentó síntomas como los que provoca un ACV (accidente cerebro vascular), aunque los estudios clínicos lo descartaron. “Mi esposa tenía medio cuerpo paralizado, estaba en una cama postrada, como si fuese un ACV”, describe Eduardo.

Mientras estaba internada en el hospital apareció cierto día una señora en la sala, de visita para otra paciente. Viendo el estado de la esposa de Eduardo, la congoja que este mostraba, lo llamó a un costado de la sala hablándole en voz baja… “Me pregunta si creía en los curanderos. Obvio que en ese momento le dije que sí, que creía en la gente que curaba y que, si podrían ver a mi esposa”, relata.

Un par de días después el mentado curandero estaba ante su esposa. Aquel hombre inició de inmediato su intervención. Eduardo así relata y comenta lo sucedido: “Le pasa las manos en los lugares, le hace una oración, en silencio, mi esposa se levanta y camina, ¡adelante mío! Ahí ya creo que me ganó a mí, totalmente. Un falso milagro, me ganó. Y ya después de ahí como que fui creyéndole mucho, haciendo lo que me pedía”.

DE MAL EN PEOR

Efectivamente el curandero los convenció de estar siendo dañados por envidias, que además había males en su casa -atemorizándolos con un sinfín de embustes, mostrándose él como la única solución a sus males- y les ordenó mudarse en dos ocasiones de vivienda. El último traslado sería a la casa del curandero para recibir allí un ‘tratamiento intensivo’. “El hombre era de una ciudad aledaña a Lobos y me convenció que me quedara ahí, a vivir… Como otros curanderos decía sus invocaciones en voz baja, o en silencio, ante un altar con imágenes de santos, también estaba el gauchito Gil y otras imágenes que, bueno, seguro no estaban bendecidas. En ningún momento me aconsejaron tomar la Biblia, ir a la iglesia, recurrir a un sacerdote, no, nunca. Siempre alejándome de todo, no transmitiéndome nunca ni una palabra de paz, sino aléjate, aíslate; eso, lo que el Demonio siempre quiere hacer que es aislar a la persona, para que sola sea más vulnerable...”.

Los días que soportaron en casa del curandero no trajeron la sanación prometida, pues tanto la esposa de Eduardo como la hija de ambos comenzaron a manifestar reacciones de autoagresión inesperadas. En un atisbo de racionalidad él supuso que pudieren ser crisis nerviosas, atribuibles a un estrés psicológico y debía buscar nueva ayuda.

ANTE EL SACERDOTE

Dejó a ese curandero, pero tal como reza el dicho cayó del fuego a las brasas, pues se fue en busca de otro chamán que le recomendaron, luego otro y otro más. “Pasó lo mismo que en todos lados, la solución mágica, pagar y después todo mal de nuevo; hasta que llegamos a la parroquia del padre René Cari un martes 5 de agosto de 2014. Fui a la parroquia (San Vicente Pallotti. Lobos, Argentina) de última, porque hacía media hora había ido a otro curandero”.

Eduardo tiene vívido en su memoria aquél primer encuentro con la vida cristiana, que no hacía parte de sus vidas, y menos aún sabía de lo que el sacerdote haría para ayudarles. Su esposa Ludmila, dice, como en un estado de ausencia “la mirada mala, perdida”, reaccionó como un rayo al escuchar que venía llegando el sacerdote. “El demonio se manifestó en ella, no soportaba, no quería estar ahí… ¡Y el color que tomó su cara!, no había visto nunca así a una persona. Estaba desconcertado, asustado, no entendía nada; es más, cuando le hacían las primeras oraciones a ella, yo los miraba a todos porque no entendía lo que estaba pasando” recuerda y se emociona hasta las lágrimas Eduardo.

EL DEMONIO DERROTADO

Una vez que arribó el sacerdote “arrancó la batalla”, resume Eduardo y fue de tal magnitud, agrega, que temía “perder a mi familia”. Fueron casi cuatro años mediando el sacerdote con oraciones de liberación y exorcismos, apoyado también por la comunidad de la parroquia, hasta que la esposa de Eduardo y su hija fueron liberadas por Dios de la posesión demoníaca que padecían.

Eduardo concluye que este fue un proceso de conversión, sanador, de encuentro con Dios para toda la familia. “De a poquito fuimos aprendiendo y aferrando a lo que nos enseñaban, que fue la oración (se emociona) del rosario, la oración a San Miguel Arcángel… Bendito el problema que me trajo a este lugar; sí, le doy gracias a Dios (se emociona) por haberme llamado, porque ha llamado a toda nuestra familia… y tuvimos que tocar el fondo para estar con Él. Mi sueño es llegar al cielo (se emociona), sí, lucho por eso; mi misión es que mi familia no se pierda, mis hijos, mis nietos, nada. Y sueño con que mis padres, mis hermanos, toda la familia, la familia de mi esposa, que haya conversión, conversión verdadera en todas las personas”.

Fuente, portaluz.org

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¿Qué es la superstición?


¿QUÉ ES LA SUPERSTICIÓN?
Por Padre José Luis Zarazúa Campa, fmap

SOMBRA DE LA AUTÉNTICA POSTURA RELIGIOSA

En el compendio del catecismo de la iglesia católica se nos dice que la superstición es una «desviación del culto debido al Dios verdadero» y señala que se puede expresar también «bajo las formas de adivinación magia brujería y espiritismo» (numeral 444).

Por eso no extraña el padre Manuel guerra afirme que la superstición «es como la sombra de la auténtica postura religiosa» (Gran enciclopedia Rialp) y Santo Tomás de Aquino señal de que se presenta cuando «se ofrece el culto divino a quien no se debe, o a quién se debe, pero de un modo impropio» (S. Th. 2-2 q92 a1).

El Catecismo de la Iglesia Católica, por su parte, nos ayuda a entender que la superstición es la desviación del sentimiento religioso que se encuentra en el corazón de todo hombre y que se orienta a otras cosas que no son Dios. Además, el Catecismo señala que la superstición puede afectar también al culto quedamos al verdadero Dios, como cuando se atribuye una importancia, de algún modo mágica, a ciertas prácticas religiosas, que son legítimas y oportunas cuando se hacen adecuadamente.

De hecho, puede considerarse superstición cuando se atribuye la eficacia de ciertas prácticas a la materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, sin tener en cuenta las disposiciones interiores que exigen. (Mateo 23 16 - 22; Catecismo de la Iglesia Católica, numeral 2111).

CREENCIA IRRACIONAL

En el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, encontramos que la superstición es «una creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón».

Por su parte, el Pequeño Diccionario Larousse, afirma que la superstición es la «tendencia derivada del temor o de la ignorancia, a atribuir carácter sobrenatural, sagrado u oculto, a determinados acontecimientos».

El Gran Diccionario Educativo Estudiantil Ilustrado, también de Larousse, señala que la superstición es la creencia en lo sobrenatural que no está basada en la razón o en la religión.

Como es fácil notar, la superstición implica una serie de creencias y prácticas irracionales que derivan de la ignorancia, el miedo a lo desconocido y el desconocimiento apropiado de la religión.

No hay que olvidar que detrás de las supersticiones existe la creencia en fuerzas invisibles y desconocidas. Los supersticiosos piensan que es posible influir sobre estas fuerzas a través de ciertos objetos, palabras o ritos. Es lo que se llama mentalidad mágica o pensamiento mágico.

Por eso no hay que extrañarse de que la magia, la hechicería, la brujería y, en general todo lo oculto o esotérico, entren en el amplio campo de la supersticiones. Así que los católicos debemos estar prevenidos, para no caer en este tipo de situaciones, que atentan contra el primer mandamiento de la Ley de Dios, que nos ordena a amarlo sobre todas las cosas (Mateo 22 37).

LA SUPERSTICIÓN ENTRE LOS CATÓLICOS

Actualmente, ¿Cómo se puede presentar la superstición entre los católicos? Cuando algunos católicos piensan que hay que bautizar a los niños pequeños para que no se enferme frecuentemente o para que no llore tan seguido, o que debe bautizarse a los niños "para que se le caigan los cuernos".

O cuando se piensa que rezando determinado número de veces ciertas oraciones, Dios está obligado a concedernos todo lo que le pedimos. Es el caso de las famosas "cadenas", especialmente la de San Judas Tadeo, y la práctica de las novenas mal entendidas, puesto que «se pretende obligar a Dios mediante ciertas oraciones, repetidas un cierto número de veces (3 - 7). Pero sabemos que Dios nadie le puede obligar a conceder algo. Lo que podemos hacer es pedir con fe y confianza. Si se trata de algo que nos convenga, seguramente Dios lo concederá. De otra manera es inútil intentar obligarlo repitiendo la oración un cierto número de veces y acompañándola con flores y veladoras» (Amatulli Valente, Flaviano, La respuesta está en las Escrituras. Preguntas y Respuestas, Ediciones Apóstoles de la Palabra, 2011 p. 111).

CONCLUSIÓN

En resumen, la superstición:

* Es la desviación del culto debido al Dios verdadero.

* Es una falta al primer mandamiento de la ley de Dios.

* Es como la sombra de la auténtica postura religiosa.

* Es una desviación del sentimiento religioso.

* Consiste en ofrecer culto divino a quien no se debe.

* Pero también cuando se tributa a Dios, o a las personas y cosas relacionadas con Dios, de un modo impropio.

* Es una creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón.

* Deriva de la ignorancia, el miedo a lo desconocido y el desconocimiento adecuado de la religión.

* Se manifiesta bajo formas de adivinación, magia, brujería y espiritismo.

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Religión y superstición


RELIGIÓN Y SUPERSTICIÓN
Por: Ricardo Sada Fernández 

Ton sólo Dios tiene poder, ni las cosas o personas creados por Él tienen tal don.

Dios es para el hombre el único Señor. Lo ha creado y lo cuida constantemente con su Providencia amorosa. La existencia de la criatura y todo cuanto son o posee, lo ha recibido de Él. Por consecuencia, el hombre mantiene con Dios unos lazos y obligaciones en cuanto Creador y Ser Supremo: es el culto que debe rendírsele y que se vive con la virtud de la religión.

Horóscopos, amuletos, lectura de cartas… ¿se puede confiar en la adivinación sin que afecte a nuestra vida espiritual?

Alabar y adorar a Dios es lo que se conoce como culto. Esa necesidad ha sido sentida desde los hombres más primitivos hasta los de más elevada inteligencia, que se rinden sumisos al descubrir a Dios en su ciencia. En cualquier caso, el culto dado a Dios se realiza de un modo adecuado a la naturaleza del hombre, a un tiempo material y espiritual. Ya en el siglo XVII la Iglesia consideró como herética la proposición de Miguel de Molinos, a quien parecía imperfecto e indigno de Dios todo rito sensible, queriendo reducirlo a lo interno y espiritual. En las facultades del entendimiento y la voluntad es donde, ciertamente, se debe fundamentar el culto, pero no basta: se precisan también actos externos de adoración: arrodillarse ante el Sagrario, participar activamente en la Santa Misa, asistir con piedad a las ceremonias litúrgicas….. Pues el hombre no es sólo espíritu, y Dios es también creador del cuerpo.

En la práctica el culto se concreta en tener prontitud y generosidad ante todo lo referente a Dios. Y llega hasta el detalle de mostrar la reverencia debida a los objetos religiosos que usemos corrientemente: colocar el crucifijo en el sitio de honor de la habitación, guardar el agua bendita en un recipiente limpio, tratar con reverencia el libro de los Evangelios y el rosario, permanecer atento y con una postura digna dentro del Templo, especialmente en las bodas y otras ceremonias, donde es fácil que el gusto de saludar a los viejos amigos nos lleve a convertir el recinto sagrado en la antesala del salón de fiestas. Todos estos detalles de reverencia son parte del primer mandamiento, pues con ellos manifestamos nuestra fe de modo exterior.

¿No pasas nunca debajo de una escalera? ¿Llevas un amuleto colgado del cuello? ¿Evitas que haya trece comensales en la mesa? ¿Intentas tocar la madera cuando ocurre algo que "da" mala suerte? ¿Te sientes influido en tu estado de ánimo porque el horóscopo que leíste hoy no te era favorable? Si puedes responder "no" a estas preguntas, ni te inquietan otras tantas supersticiones populares, entonces puedes estar seguro de ser una persona bien equilibrada, con la fe y la razón en firme control de tus sugestiones.

En nuestra sociedad "tecnificada", la falta de fe lleva a que cada vez haya más supersticiosos. La superstición es un pecado contra el primer mandamiento porque atribuye a personas o cosas creadas unos poderes que sólo pertenecen a Dios. La omnipotencia que sólo a Él pertenece se atribuye falsamente a una de sus criaturas. Todo lo que ocurre nos viene de Dios; no del colmillo de un tiburón o las consejas de un curandero. Nada malo sucede si Dios no lo permite, y todo lo que ocurre en nuestra vida o en la ajena es para bien, para que aquello de algún modo contribuya a nuestra santificación o a la del prójimo.

Del mismo modo, solamente Dios conoce de modo absoluto los acontecimientos futuros, sin "quizás" ni probabilidades. Todos somos capaces de predecir hechos que seguirán a determinadas causas. Sabemos a qué hora llegaremos mañana a la oficina (si nos levantamos a tiempo); sabemos qué haremos el fin de semana próxima (siempre y cuando no haya imprevistos); los astrónomos pueden predecir la hora exacta en que saldrá y se pondrá el sol el 15 de febrero del año 2019 (si el mundo no acaba antes). Pero no sabemos qué día moriremos ni quién será el presidente de la república dentro de veinte años. Dios conoce todo, tanto los eventos posibles como el feliz desarrollo de acontecimientos necesarios.

De ahí que creer en adivinos o espiritistas sea un pecado contra la fe que Dios ha querido que tengamos en Él y en su providencia. El supersticioso es un crédulo que funda su fe en motivos al margen del plan de Dios. Los adivinos son hábiles charlatanes que combinan la ley de las probabilidades con el manejo de la psicología y la autosugestión del cliente, y llegan a convencer incluso a personas inteligentes y cultas.

En sí misma, la superstición es pecado mortal. Sin embargo, muchos de estos pecados son veniales por carecer de plena deliberación, especialmente en los casos de arraigadas supersticiones populares: números de mala suerte y días afortunados, tocar madera y cosas por el estilo. Pero si se hace con plena deliberación y deseo, acudir a esos adivinos, curanderos o espiritistas, el pecado es mortal. Aun cuando no se crea en ellos, es pecado consultarlos profesionalmente. Incluso si lo que nos mueve es sólo la curiosidad, es ilícito, porque damos mal ejemplo y cooperamos al pecado ajeno. Decir la buenaventura echando las cartas o leer la palma de la mano en una fiesta, cuando todo el mundo sabe que es juego para divertirse que nadie toma en serio, no es pecado. Pero una cosa bien distinta es consultar en serio a adivinos profesionales.

Sobre este tema, la aparición de acontecimientos por encima de lo ordinario no puede ser debida sino al demonio. De ahí que la gravedad de la superstición se mide por la mayor o menor intervención del temible enemigo del hombre. Cuando hay invocación explícita del demonio, el pecado es gravísimo. Si es implícita -por ejemplo, el que inconscientemente lo relaciona con fuerzas ocultas- el pecado también es mortal.

De algún modo puede haber invocación implícita al demonio en las películas, obras teatrales, etcétera, que imprudentemente hacen aparecer intervenciones satánicas, para infundir terror, manifestar prodigios… a nuestro "hombre adulto" cada vez más deseoso de descargas de adrenalina. Hay invocación explícita -confirmada y aceptada por los mismos autores- en la letra de las canciones de ciertos grupos musicales modernos. En ambos casos -visuales o auditivos- existe la obligación grave de no formar parte como espectador o como escucha.

Este artículo fue publicado originalmente por nuestros aliados y amigos:


http://es.catholic.net/op/articulos/56034/cat/19/religion-y-supersticion.html


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10 prácticas que le abren las puertas de tu hogar al demonio



10 PRÁCTICAS QUE LE ABREN LAS PUERTAS DE TU HOGAR AL DEMONIO
Por: Silvia Ramos

El relativismo nos hace creer que todo lo que del diablo se dice es un juego y que no existe un ser malvado que puede meterse en nuestros hogares e intentar destruirnos.

Es común en nuestros días considerar al demonio como un personaje inexistente, alguien casi mitológico y sin importancia en nuestras vidas. Es como un cuento de horror creado para asustar a los más pequeños y en fechas como hoy es tratado como un objeto de diversión. No nos dejemos engañar, el demonio sí existe y una de sus mayores victorias es habernos adormecido y hacernos creer lo contrario.

“A esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios!” (SS. Francisco, Homilía en Santa Marta el 30 de octubre de 2014).

El relativismo nos hace creer que todo lo que del diablo se dice es un juego y que no existe un ser malvado que puede meterse en nuestros hogares e intentar destruirnos. Es así que sin darnos cuenta, realizamos prácticas que le abren las puertas de par en par. ¡Prestemos atención y alejémonos de ellas lo más pronto posible! ¡No seamos ingenuos!, el demonio es inteligente, conoce nuestras debilidades y sabrá como usarlas en nuestra contra si lo dejamos.

El diablo aprovecha estos espacios y nos engaña, nos hace creer cuentos fantásticos para finalmente ingresar en nuestras vidas y en nuestro espíritu. Por eso hoy te queremos advertir de algunas de estas prácticas más comunes:

1. Consulta de Adivinos y brujos.

En nuestra cultura latinoamericana es común consultar adivinos y brujos. El motivo: tener una certeza de lo que está por venir. Un nuevo trabajo, una pareja, la sanación de alguien e incluso, buscar hacer daño. La mayoría de las personas que dicen ser adivinos y brujos son unos meros charlatanes que se aprovechan de la gente para ganar dinero.

2. Los curanderos.

El curanderismo tiene su base en algunas prácticas de las culturas autóctonas de nuestros pueblos indígenas. Es un sincretismo mezclado con medicina naturista. Muchas veces dentro de estas curaciones se ingresa a rituales que tienen que ver con la manipulación y el contacto con el mundo sobrenatural.

3. La superstición.

Vivir pendiente de lo que dice el horóscopo, no pasar debajo de una escalera, encontrase con un gato negro… ¡y un sin fin de supersticiones que la tradición popular nos ha heredado! Éstas nos llevan a poner nuestra fe a un lado y a necesitar de elementos tangibles para sentirnos seguros de lo que estamos haciendo. De este modo empezamos a confiar en prácticas que abren canales para la acción demoníaca y nos alejan de la confianza en Dios.

4. La Ouija.

Este juego, bastante conocido, consiste en poner las manos sobre una pequeña plataforma que se desplaza lentamente sobre un tablero movida por alguna fuerza misteriosa. El tablero está inscrito con números y las letras del alfabeto. Los jugadores esperan respuesta a sus preguntas según las letras sobre las que se mueva la plataforma. La “diversión” está en la curiosidad y el misterio de comunicarse con algún espíritu que revela secretos y, cuanto más parezca “funcionar”, más la ouija (y el espíritu detrás de ella) atrae y ata hasta convertirse en una obsesión. Muchas veces esta práctica se inicia con intención de contactar a un ser querido que ya no está.

5. La lectura del Tarot o de las manos.

Existe un sinnúmero de tipos del cartas del tarot, así como expertos en su lectura y adivinación. Esta práctica también tiene que ver con el porvenir. Es de esta manera que el demonio va haciendo uso de quien lee y frecuenta estas lecturas para manipular su mente y su vida.

6. Rituales, magia blanca y maleficios.

Existen muchos libros, incluso artistas y personalidades famosas que difunden rituales o prácticas de la llamada magia blanca que promete una vida llena de éxito y prosperidad. Mucha gente cae en estos cuentos y por imitación empieza a practicar y jugar con este mundo oculto. Una de ellas es la wicca: práctica neopagana muy difundida en estos días.

7. Consulta de médiums e invocaciones a los muertos.

Consultamos a médiums y participamos en prácticas de invocación espiritual para entrar en contacto con seres queridos que ya no son parte de este mundo. Y eso es definitivo, ya no son parte de este mundo. El demonio se aprovecha de nuestro deseo de querer tener a estas personas cerca y como es inteligente nos hace creer que nos hablan. No es tu ser querido el que responde, lo más probable es que sea, o charlatanería de parte del que se hace pasar de médium, o un demonio que está jugando contigo.

8. Realizar prácticas exorcistas.

Las prácticas exorcistas solo las puede realizar un sacerdote preparado par este fin. Cualquier tipo de practicas en este sentido pone en un riesgo muy grande a todo aquel que participe.

9. El Horóscopo y la carta astral.

El deseo del hombre por conocer el porvenir puede convertirse en una obsesión. Algo que puede comenzar como un juego inocente para saciar una curiosidad abre las puertas a otras realidades cada vez más potentes. Todo esto nace de la falta de fe en Dios y es el demonio quien se aprovecha: usa nuestras debilidades para entrar en casa con un acto “inocente” y “por curiosidad”. Esto poco a poco irá menguando tu fe y llevándola hacia el otro camino.

10. Reiki.

El Reiki reduce a Dios a una energía que se puede canalizar, es decir, ya no es una persona sino un algo con lo que podemos sintonizar. Muchas personas creen en la bondad de estas prácticas en cuanto a sanación, pero es necesario el discernimiento para preguntarnos el porqué las realizamos. No se trata de que los católicos rechacemos todo lo desconocido del mundo sobrenatural, sino que conocemos el orden que este lleva y los medios por los cuales llegar a Dios. No podemos caer en la ingenuidad y en la falta de sentido crítico que nos lleven a ser incoherentes con nuestra fe y además poner nuestra vida en peligro siendo tomada por quién más nos detesta: el demonio.

“Nos ayudaría mucho preguntarnos ¿creo o no creo? ¿creo un poco sí y un poco no?, ¿soy un poco mundano y un poco creyente? Sin fe no se puede ir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús”. Papa Francisco.

Este artículo fue publicado originalmente por nuestros aliados y amigos:

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15 razones de por qué el Yoga no es cristiano y sí es sumamente peligroso


15 RAZONES DEL POR QUÉ EL YOGA NO ES CRISTIANO Y SÍ ES SUMAMENTE PELIGROSO
Por Jaime Duarte Mtz.
(Analista, investigador socio-político y Consultor en Imagen Pública) 

1. Disciplina o práctica milenaria, mística-espiritual hindú (1,800 a.C.). Sus posiciones y ejercicios son inseparables de su cosmovisión; "no hay hinduismo sin yoga, y no hay yoga sin hinduismo". 

2. Fueron Christopher Isherwood y la Sociedad Teosófica quienes trajeron a Occidente el budismo zen y el yoga del Oriente. No se conocían antes estas creencias ni en Estados Unidos ni en Europa. Los gobiernos estadounidense y británico impulsaron sus planteamientos. La Sociedad Teosófica fue dirigida por masonas y ocultistas (Helena P. Blavatsky, Annie Besant, Alice Bailey). 

Fuente: José Lesta y Miguel Pedrero, Claves Ocultas del Poder Mundial, Ed. Edaf, Madrid, 2005. 

3. En cualquiera de sus formas, la finalidad del yoga no es únicamente la relajación, la correcta respiración ni el bienestar o control físico, sino la "iluminación". Es una "vía de perfección" (de 8 pasos) a través del control de los "elementos físicos y psíquicos" de la persona que pretende el "nirvana" (extinción el sufrimiento) para alcanzar la "iluminación" (apertura del "tercer ojo") y la "unión con Dios". Los primeros 5 pasos (disciplina moral, purificación corporal y espiritual, posturas gimnásticas-corporales, control respiratorio y desconexión sensorial) dicen los yoguis hindúes, son la preparación para alcanzar los grados más altos del "yoga regio" o "raja yoga". 

Fuente: Manuel Guerra Gómez, Las sectas y su invasión del mundo hispano: una guía, EUNSA, Navarra, 2003, p. 491 y 992. 

4. La "Iluminación" se lograría despertando a "Shiva" (dios hindú) en forma de serpiente ("kundalini"), que se dice mora al final de la espina dorsal, o bien, en los genitales, con objeto de que ascienda desde ese punto por la columna vertebral y vaya "activando" uno a uno los 6 o 7 "chakras" (supuestos "centros de energía" ubicados a lo largo del cuerpo) y así se una a su esposa "Parvati" (diosa "energía") que le espera en la cabeza. El enlace Shiva-Parvati abriría el "tercer ojo" a nivel psíquico y ¿físico? Esta es la meta del "yoga kundalini" y de la "meditación dinámica". 

Fuente: Fernando D. Saraví, Invasión desde Oriente: Los peligros de las nuevas filosofías hinduistas, Clie, Barcelona, 1995, p. 185-186. Mitch Pacwa, Los católicos y la nueva era, Florida Center for Peace, Miami, Florida, 1992, p. 256. La Biblia nos dice en Mateo 4, 10: “Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a Él darás culto”. 

5. Instructores y difusores de esta disciplina como Ana Paula Domínguez (Directora del Instituto Mexicano del Yoga) confirman que, en efecto, las diferentes posiciones de ese método encarnaban al dios "Shiva" a quien solían adorar mediante un símbolo fálico llamado "linga", y que "el objetivo era obtener la liberación al fundirse con aquella poderosa deidad". 

Fuente: Milenio Diario, 12 julio 2002. 

6. La apertura del "tercer ojo" ha sido motivo de interés de los yoguis, swamis y "maestros" orientales, como también de los ocultistas occidentales, pues afirman que con ello se tiene acceso al conocimiento de todo cuanto existe, de toda la realidad aún de la sobrenatural (por ejemplo, sobre el futuro). Por ello, personalidades como el fundador del satanismo, Aleister Crowley (“el satanista más depravado de todos los tiempos”) y Jon Klimo (el "médium" más famoso de la historia), practicaban y recomendaban ampliamente el yoga. 

Fuente: Jaime Duarte Martínez, Nueva Era vs. Buena Nueva, México, 2007, p. 64 y 329. 

7. Asociaciones como la Masonería (excomulgada por la Iglesia Católica) promueven dicha práctica oriental. En el ritual llamado "Paladión", el segundo paso (de cinco en total) consiste en la "iluminación" o apertura del "tercer ojo". Willian Shnoebelen (ex satanista y ex masón) quien practicó el ritual, afirma que ese ojo ("el Ojo que todo lo ve") "es el punto de contacto entre los humanos y la conciencia de Lucifer" y se comienza a "pensar como él piensa y a ver con sus ojos... No es una buena experiencia". 

Fuente: William Shnoebelen, La Masonería más allá de la luz, Chick Publications, California, 1997, p. 197. 

8. Gopi Krishna, ex yogui de Cachemira quien introdujo la teoría del "Kundalini" ("energía vital" y "serpiente"), estuvo a punto de caer en locura completa en 1937, mientras meditaba sobre su "chakra" superior (o "tercer ojo"). Dijo: "De aquí en adelante, durante largo tiempo, tuve que vivir pendiente de un hilo, debatiéndome entre la vida y la muerte, entre la salud y la enfermedad...". "He pasado por casi todas las etapas de... tipos de mente: mediúmnica, psicótica y otros; durante un tiempo estuve alternando entre la cordura y la locura". 

Fuente: Abraham Dastferrez, Nueva Era, Ed. Clie, Barcelona, 2000, p. 235. 

9. El Swami Prabhavananda advierte sobre los peligrosos efectos físicos que pueden resultar de los ejercicios de respiración yoga: "A menos que se hagan correctamente, hay una buena posibilidad de dañar el cerebro. Y las personas que practican este tipo de respiración sin una supervisión adecuada pueden sufrir una enfermedad que ninguna ciencia o médico conocidos pueden curar". Los ejercicios respiratorios tienen como finalidad, en la religión hindú, aspirar el prana = la esencia del éter, el Atman-Brâhman, lo divino, la “fuerza vital” (“la energía”). Asimismo, el yogui Shakta Kaur Khalsa afirma: "El mito de que el kundalini es peligroso sólo sería posible mediante una muy mala práctica... la técnica y preparación adecuadas son el aislante necesario para el flujo correcto de la energía kundalini". 

Fuente: Michel Gleghorn, “El yoga y el cristianismo: ¿son compatibles?, en: http://www.ministeriosprobe.org/docs/yoga-esp.html#text19; y Shakta Kaur Khalsa, Kundalini Yoga, Ed. Alamah, 2001, p. 10. 

10. Ana Paula Domínguez y Marco Antonio Karam (Director de Casa Tíbet México), reconocieron juntos en el programa radiofónico "¿Qué tal Fernanda?" en 2004, que el yoga puede presentar un riesgo para quienes lo practican, debido, en parte, a que en México existen numerosos institutos o escuelas no autorizados para enseñarlo. 

11. El Pbro. Manuel Guerra, un importante investigador de las sectas, afirma que es un riesgo "suprimir la conciencia", pues según el segundo principio del "sutra" (discurso de Buda) "el yoga consiste en impedir que la conciencia/pensamiento tome formas diversas", o sea, en la "cesación de la actividad mental". 

Fuente: Manuel Guerra Gómez, Las sectas y su invasión del mundo hispano: una guía, EUNSA, Navarra, 2003, p. 992. 

12. El Pbro. Alfonso Uribe Jaramillo considera: "El yoga puede ser instrumento válido para el hindú que busca con sinceridad la salvación y no ha conocido la verdad revelada por el Verbo de Dios. Pero para el cristiano es un camino erizado de peligros y, a la larga, si no lo aparta de Jesucristo, lo llevará a una gran confusión, pero no a la verdadera perfección cristiana". 

Fuente: Alfonso Uribe Jaramillo, Ángeles y demonios, Lumen, Argentina, 1995, p. 205. 

13. El Cardenal Norberto Rivera Carrera señala: "El yoga es, en su esencia, un ejercicio espiritual y corporal nacido de la espiritualidad hindú. Las posturas y ejercicios, aunque se presentan como un simple método, son inseparables de su sentido propio en el contexto del hinduismo. El yoga es una introducción a una tradición religiosa muy ajena al cristianismo. La palabra "yoga" significa "unión". Habría que preguntarnos: ¿Unión con qué?". 

Fuente: Norberto Rivera Carrera, 18 preguntas sobre la Nueva Era, México, 1996, pregunta 16. 

14. El Consejo Pontificio para la Cultura y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso del Vaticano ubican al yoga como parte de las muchas prácticas de la New Age, al tiempo de cuestionarla como forma de "iluminación". 


15. Existen ya testimonios de posesiones demoníacas, parciales o totales, en personas que practicaron el yoga. Los mismos ocultistas y médiums ya mencionados, nos confirman lo anterior, pues usaban su cuerpo con esta técnica para entrar en contacto con los "muertos" (espíritus malignos). 

Por lo tanto, el Yoga es una forma actual de idolatría, esoterismo, neopaganismo, ocultismo, adivinación, comunicación "mediúmnica" y posesión diabólica.
Yoga y cristianismo son esencialmente incompatibles.
No diga ahora… que no sabía. 



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El culto a la mal llamada "Santa Muerte" no es católico



EL CULTO A LA MAL LLAMADA SANTA MUERTE NO ES CATÓLICO 

EL CULTO A LA SANTA MUERTE ES SATÁNICO 

¿Quién es la Santa Muerte? ¿De dónde viene? ¿Es una entidad buena o mala? Son muchas las preguntas que la gente se hace y pocas son las respuestas. En este espacio conocerás la historia de la Señora desde sus orígenes hasta nuestros días. Aprenderás cuál 

DECLARACIONES DE LOS OBISPOS DE MÉXICO: 

1. El obispo que supuestamente sigue esta secta NO está ordenado sacerdote
2. Es una secta
3. La autodenominada “Iglesia católica tradicional, misioneros del Sagrado Corazón y de san Felipe de Jesús”. NO son católicos, ni tradicionalistas. Tampoco son una iglesia.
4. quienes caen en este tipo de culto son personas que se encuentran desesperadas, pero no por una crisis económica, sino por una crisis de fe.
5. Los católicos que caen en este culto deben saber que es un pecado grave: idolatría (“devoción popular” sin ningún soporte doctrinal ni justificación teológica) 

Y advierten a los seguidores de la santa muerte que “esto no es un juego, ni la muerte es una deidad divina, detrás de ese culto hay algo diabólico y la gente debe tener mucho cuidado. Detrás de esto está el reino del maligno y la gente puede ser víctima de una posesión diabólica". 

La Iglesia católica alerta sobre el peligro que representa adorar a la “santa muerte”, dado que esto trae como consecuencia pérdidas de algún familiar o desgracias en los hogares. 

NO ES UNA DEVOCIÓN CATÓLICA 

El culto a la Santa Muerte se ha extendido de tal forma en México que quienes lo profesan han decidido no ocultar más su fervor y han puesto altares en la calle para que cualquiera que requiera su ayuda pueda invocarla. 

Sus promotores la presentan como una «entidad espiritual» que ha existido siempre, desde el principio de los tiempos hasta nuestros días, por lo que maneja una energía denominada «energía de la muerte», capaz de materializarse en una figura, que concentra tanto la fuerza creadora como la destructora del universo. Según ellos, el creyente en la Santa Muerte puede aprender a manejar esta fuerza, que emana de sus imágenes consagradas, puesto que la Santísima (otro de sus nombres) es una de las protecciones más fuertes que existen. 

Para sus devotos, la Señora, como la llaman afectuosamente, es capaz de aparecerse y manifestarse corporalmente o imprimir sus imágenes en diversos lugares. En libros y revistas en los que se promueve su culto, narran las intervenciones milagrosas que han vivido, en las que la Santa Muerte los ha librado de múltiples peligros y les ha ayudado a resolver problemas complicados. 

¿Qué decir al respecto? Que se trata de una superstición más, que en este caso se manifiesta dando características humanas y divinas a un fenómeno tan natural como la muerte, que no es ni una persona ni siquiera una cosa o fuerza. Podríamos definirla simplemente como el término de la vida. 

Conviene señalar que los católicos que rinden culto a la Santa Muerte y a sus imágenes, están haciendo un pecado gravísimo, pues les están atribuyendo poderes que no tienen ni tendrán jamás. Por otra parte, en vez de poner la propia confianza en Dios, la ponen en una supuesta entidad (o ser) espiritual que, sencillamente, no existe. En realidad, la Santa Muerte no es una persona. Es sólo un fenómeno natural como el nacer o el crecer (el inicio y el desarrollo de la vida), aunque nunca se habla del Santo Nacimiento o Santo Crecimiento. 

QUIENES SIGUEN ESTE CULTO ESTÁN LEJOS DE DIOS Y LEJOS DEL PAPA 

Esta falsa devoción la permite, favorece y promueve una agrupación no-católica que se autonombra "Iglesia Católica Tradicional MÉX-USA, Misioneros del Sagrado Corazón y San Felipe de Jesús". Es un grupo tradicionalista, que se opone a las reformas del Concilio Vaticano II y a la autoridad del Papa. Este grupo religioso no está en comunión con la Iglesia Católica ni con la Santa Sede, como podría desprenderse del nombre que ostenta. Ni tampoco son una congregación religiosa católica, como parece sugerir el nombre “Misioneros del Sagrado Corazón y San Felipe de Jesús”. Sus ministros de culto no son sacerdotes católicos, y el arzobispo David Romo Guillén -líder del grupo- no es reconocido por el Papa. Hasta este momento ignoramos si son válidas sus ordenaciones sacerdotal y episcopal y quién las realizó. 

Al respecto, el padre David Romo habla a nombre de su comunidad, “Nosotros no hemos encontrado nada realmente criticable, o a juicio nuestro, capaz de juzgarse como herético o que desvíe la doctrina o el conocimiento de la fe. “ 

Y por si hubiera dudas, señala que no tiene nada que ver con la Iglesia Católica. 

"Para nosotros, no nos hace más, ni menos (católicos) esta situación, es más, hay un lema que dice ´lejos de Roma y cerca de Dios´ y nosotros preferimos estar cerca de Dios y lejos del Papa". 

Claro, el culto de la parroquia de la Misericordia no consiste exclusivamente en venerar a esta imagen, pero su párroco no duda en afirmar que sobran razones para acaparar la popularidad de la devoción, y que le duela al Vaticano si quiere. 

"Ubicar a la santa Muerte, en el lugar que le corresponde, que es el de los santos, es lo natural, ya que este ser no necesita de una canonización, como el ángel Gabriel, quien sin necesidad de que un Concilio o de que un Papa lo hubiese nombrado santo, es santo porque es un ángel de nuestro señor", afirma el sacerdote. "Lo mismo la Santa Muerte". 

¿QUIÉN ES LA MUERTE PARA UN CATÓLICO? 

“Morir, sólo es morir. Morir, se acaba...” Así describe el muy recordado escritor José Luis Martín Descalzo a la muerte. Y más que un estilo poético, recalca una verdad de fe. 

La muerte es una consecuencia de nuestro pecado original. No es un castigo de Dios, sino una privación de los bienes que tenían Adán y Eva antes de desobedecer a Dios Padre. Cristo quiso hacerse hombre, padecer, morir y después resucitar para alcanzarnos la salvación eterna. De esta forma, la muerte para el cristiano, aunque no deja de ser dolorosa y misteriosa, tiene un sentido positivo y se convierte en un paso de este mundo al Cielo en donde estaremos en presencia de Dios, y en donde tendremos dicha completa. Por eso, se entiende esta frase bíblica: “ Cristo ha vencido a la muerte”. ( Catecismo de la Iglesia Católica nos. 410-421, 1010-1014). 

Con la muerte se experimenta una separación real de cuerpo y alma. El cuerpo del hombre continúa un proceso de corrupción –como cualquier materia viva– mientras que su alma va al encuentro de Dios. Esta alma estará esperando reunirse con su cuerpo glorificado. Con la resurrección, nuestros cuerpos quedarán incorruptibles y volverán a unirse con nuestras almas. 

Dios nos dio una vida temporal en la tierra para ganarnos la vida sobrenatural. Con la muerte termina nuestra vida en la tierra. ( Juan 5, 29, cf. Dn. 12,2). 

Desde que Cristo venció la muerte y nos dio nueva vida, el cristiano mira a la muerte con una gran esperanza. Esto no quita, sin embargo, que uno sufra cuando ve que nos dejan los seres que más amamos, o sienta miedo cuando vea que le llega la hora de la enfermedad y de la muerte. Pero también, en medio del dolor y del sufrimiento, el cristiano puede levantar los ojos y contemplar a Cristo, que dio su vida por nosotros, que murió a nuestro lado, que nos rescató con su Resurrección y nos espera con los brazos abiertos en la vida futura. 

Cristo nos dice: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 15). Por medio de la muerte nosotros llegamos a la vida. No podemos estar en el Cielo si no dejamos la vida terrena. Por lo tanto, es un paso necesario para llegar al Cielo. La muerte a todos nos puede causar tristeza. Pero no nos puede abatir. ¡Cristo es la respuesta a la vida y a la muerte! 

SÓLO A DIOS SE LE DA EL CULTO 

Bien conocido es el pasaje del Evangelio en el cual un doctor de la Ley le pregunta a Jesús sobre cuál es el principal mandamiento de la Ley y la respuesta: “Amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento”. (Mateo 22, 36-38). 

Ya en el Antiguo Testamento, encontramos el mandato de Dios: “Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de la servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí” . (Ex. 20, 2) 

Este mandato lleva como consecuencia la necesidad de vivir la fe, la esperanza y la caridad. Así como la virtud de la religión. 

La virtud de la religión es la virtud moral, por la cual el hombre tributa a Dios el culto que le es debido en justicia, como Creador y Ser Supremo. 

Amar a Dios como al Ser supremo es una virtud. Podemos definir la virtud de la religión como el hábito de amar a Dios por encima de todo. Se exterioriza por medio de los actos de culto y por el cumplimiento de los Mandamientos. 

El culto: son las acciones a través de las cuales el hombre expresa su relación de amor y respeto a Dios. 

Existen diferentes tipos de culto: 

Interno: culto que se rinde a Dios en la conciencia, en el corazón, en la inteligencia y la voluntad. Es el fundamento de la virtud. (Mateo 15, 8) Como pueden ser la devoción, es decir, la disponibilidad y la generosidad ante lo referente al servicio a Dios, y la oración. 

Externo: manifestaciones externas en actos visibles, de la relación que se vive con Dios. 

Hay diferentes categorías de culto: 

Adoración: culto interno y externo que se tributa a Dios y que en sentido estricto solo se debe a Él, porque como criaturas sólo existimos por Él. Se llama de “latría”. 

Veneración: culto que se tributa a los santos. A ellos nos encomendamos para que nos alcancen por su intercesión las gracias de Dios. Este culto se llama de “dulía”. 

Una veneración especial: reservada a la Santísima Virgen por su dignidad de Madre de Dios. A este culto se le llama de "hiperdulía”. 

El culto a las imágenes sagradas, fundado en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios, no es contrario al primer mandamiento. 

El que venera una imagen, venera en ella al modelo, a la persona que representa. Es una veneración respetuosa no una adoración que sólo corresponde a Dios.(Catecismo 2132, 2141) 

NO ES NINGUNA SANTA LA MUERTE 

Recordemos que sólo la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, tiene la facultad de proclamar la santidad de una persona. Cuando popularmente se tiene a un difunto como santo que no ha sido reconocido por la Iglesia, puede ser que: 

1. La devoción de la gente acierte y años más tarde el difunto sea oficialmente reconocido por la Iglesia como santo. 

2. Puede que el difunto sea santo pero que nunca sea reconocido canónicamente. 

3. Puede que la gente se equivoque. La gente se identifica con quien tuvo luchas, sufrimientos y tragedias. Pero no es suficiente sufrir para ser santo, hace falta vivirlo todo con heroico amor y fidelidad a Jesucristo. La devoción a los verdaderos santos está orientada a imitarlos en su total obediencia a Dios. 

Para concluir recordemos lo que la Sagrada Congregación para el Culto Divino ha dicho sobre los peligros que pueden desviar la piedad popular y las sugerencias que propone para poner remedio a estas eventuales limitaciones y defectos que de ella se derivan. 

65.El Magisterio, que subraya los valores innegables de la piedad popular, no deja de indicar algunos peligros que pueden amenazarla: presencia insuficiente de elementos esenciales de la fe cristiana, como el significado salvífico de la Resurrección de Cristo, el sentido de pertenencia a la Iglesia, la persona y la acción del Espíritu divino; la desproporción entre la estima por el culto a los Santos y la conciencia de la centralidad absoluta de Jesucristo y de su misterio; el escaso contacto directo con la Sagrada Escritura; el distanciamiento respecto a la vida sacramental de la Iglesia; la tendencia a separar el momento cultual de los compromisos de la vida cristiana; la concepción utilitarista de algunas formas de piedad; la utilización de "signos, gestos y fórmulas, que a veces adquieren excesiva importancia hasta el punto de buscar lo espectacular"; el riesgo, en casos extremos, de "favorecer la entrada de las sectas y de conducir a la superstición, la magia, el fatalismo o la angustia". 

66. Para poner remedio a estas eventuales limitaciones y defectos de la piedad popular, el Magisterio de nuestro tiempo repite con insistencia que se debe "evangelizar" la piedad popular, ponerla en contacto con la palabra del Evangelio para que sea fecunda. Esto "la liberará progresivamente de sus defectos; purificándola la consolidará, haciendo que lo ambiguo se aclare en lo que se refiere a los contenidos de fe, esperanza y caridad". 

En esta labor de "evangelización" de la piedad popular, el sentido pastoral invita a actuar con una paciencia grande y con prudente tolerancia, inspirándose en la metodología que ha seguido la Iglesia a lo largo de la historia, para hacer frente a los problemas de enculturación de la fe cristiana y de la Liturgia, o de las cuestiones sobre las devociones populares. 

Se recomienda la lectura del documento completo: DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA. PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES


Fuente Catholic.net


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