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El voto de las mujeres en el sínodo


Autor: Presbítero José Francisco Gómez Hinojosa. Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

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Una buena decisión, por más que se tarde en ser tomada, deberá ser siempre alabada. Bueno. Esa es mi opinión. Aunque no faltará quien se queje de esa demora.

Ello aplica a la reciente disposición del Papa, en relación al voto femenino en el próximo sínodo, a realizarse en dos sesiones: del 4 al 29 de octubre de este año, y en octubre del 2024. En un gesto para algunos tardío y para otros apresurado, Francisco de Roma ha indicado que las mujeres participantes en la asamblea sinodal podrán votar sobre los asuntos ahí tratados.

¿Cómo?, se preguntará algún lector, que desconoce la ancestral discriminación hacia la mujer en la Iglesia Católica, ¿a poco las damas que participaron en asambleas sinodales anteriores no podían votar? Así es. Por ello muchas personas la consideran como una de las instituciones más machistas del mundo.

Pese a que el sufragio femenino fue aceptado por Nueva Zelandia el 19 de septiembre de 1893, es decir, hace ¡130 años!, y que, además, la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 20 de diciembre de 1952 -o sea, hace 70 años-, estableció: “Las mujeres tendrán derecho a votar en todas las elecciones en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna”, en ese tipo de reuniones eclesiásticas no era aceptado.

¿Por qué, entonces, tal disparidad cronológica? Algunos defensores de esa restricción sostienen que, como las asambleas sinodales no son democráticas -se le presentan al Papa las resoluciones y él las confirma o las rechaza-, por ello no es necesario que las mujeres voten. Se le puede replicar que, si así son las cosas, lo mismo debería aplicarse a los varones votantes.

Hay, sin embargo, otra razón que me parece más expresiva del actual momento eclesial. Bergoglio no quiere imponer cambios desde su autoridad cupular, sino que ellos vengan consolidándose de abajo para arriba. Si a esto agregamos la gran oposición, creciendo día a día, que enfrenta el argentino para ejecutar las reformas ansiadas, comprenderemos su actitud: las prisas no van con él.

Para quienes quisiéramos ver ya cristalizados tales cambios -que tarde o temprano llegarán- convendría que fuéramos un poco más pacientes, por una parte y, por otra, que viéramos más allá, como lo sugiere González Faus, de temas como el aborto, la eutanasia, los anticonceptivos, el sacerdocio femenino, el celibato sacerdotal obligatorio, el matrimonio de homosexuales y la comunión a divorciados vueltos a casar. Todos esos tópicos exigen una reforma radical, es cierto, pero no son los únicos.

Pero, bueno, hay que ser optimistas. Por fin se terminó con una de las prácticas más aberrantes de nuestra Iglesia Institución. Enhorabuena.

Pro-vocación

¿Por qué será que altos jerarcas insisten -y con una vehemencia que podía ser empleada para mejores causas, como apostar por la austeridad en sus vestiduras litúrgicas- en que el sínodo no es democrático? ¿Por qué este temor a que los laicos se empoderen cada día más? ¿Será que tienen miedo a perder sus privilegios?

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Fuente: https://www.vidanuevadigital.com/

Teóloga Cristina Inogés, sobre el voto femenino en el Sínodo: “No puede ser que algunos varones decidan siempre por las mujeres”


La teóloga ha valorado la decisión de Francisco de democratizar la asamblea del próximo mes de octubre
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La teóloga española Cristina Inogés, que forma parte de la Comisión Metodológica de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, ha calificado de “gran avance impensable hace unos días” la decisión del Papa de permitir el voto de mujeres y laicos.

En declaraciones a Europa Press, Inogés ha señalado que esta medida se enmarca en los “primeros pasos de lo que debe ser la Iglesia de la escucha y del discernimiento”.

“Entra dentro de lo que es la práctica sinodal. En este Sínodo, Francisco ha ido poco a poco aplicando cambios. Verdaderamente, es un gran avance impensable hace unos días. Tenemos que caminar hacia el Sínodo del pueblo de Dios, y este es el primer paso. Creo que estamos ante los primeros pasos de lo que debe ser la Iglesia de la escucha y del discernimiento. Es un paso muy importante y muestra la libertad con la que actúa Francisco”, ha explicado.

Una buena noticia para la Iglesia

El Papa ha renovado la estructura del Sínodo para que laicos y mujeres tengan derecho a voto en el texto final que salga de los debates sinodales. “No puede ser que unos pocos decidan por todos; no puede ser que se tomen decisiones sin tener en cuenta las peculiaridades y diferencias culturales; no puede ser que algunos varones decidan siempre por las mujeres. San Cipriano decía que lo que a todos nos afecta, por todos debe ser decidido y aprobado. Y esto lo decía en el siglo II… En el gobierno de la Iglesia tiene que estar representado todo el pueblo de Dios”, ha añadido Inogés.

En todo caso, avisa de que el Sínodo “no camina por una balsa de aceite” ya que “los obstáculos son muchos”. Para la teóloga española, estos obstáculos “han venido porque algunos obispos y parte del clero -sobre todo joven- sentían un cierto recelo ante los cambios que puedan llegar”. “También es verdad que estamos en el momento de pasar del poder a la autoridad, y eso impone bastante”, ha matizado.

A su juicio, esta decisión tendrá una buena acogida en España porque, “en definitiva, es buena para la Iglesia”. “Probablemente, algunas personas se sorprenderán, pero creo que será bien recibida la noticia porque, ¿quién puede negarse a la libertad del Espíritu?”, ha concluido.

Autor: Vida Nueva.
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Fuente: https://www.vidanuevadigital.com/

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